En los próximos quince años la población del Principado de Asturias disminuirá en 101.436 personas, un 10 por ciento en el mismo periodo de tiempo. En 1998 la población de Avilés era de 84.835 personas y en 2020 el número de personas que vivían en el municipio se situó en 77.791 personas. Además de los preocupantes datos demográficos no cabe duda de que en un contexto local los planteamiento artísticos y culturales no podrán ser ajenos ni escaparán al contexto global. El cambio climático, los nuevos sistemas de comunicación y redes, los sistemas de control y seguimiento, los avances tecnológicos y la investigación científica, el cambio de modelo productivo y de relaciones; van a marcar no solo el devenir social y económico, sino que definirán los caminos del arte planteado desde la investigación y la contemporaneidad.

En este contexto, previsiblemente los caminos de la creación contemporánea se alejen cada vez más de la comodidad meramente contemplativa. Será difícil de entender el empeño de situar el arte contemporáneo como un espectáculo más de entretenimiento, medido en términos cuantificables. Será difícil de asumir programaciones artísticas más próximas al reclamo turístico, populista o meramente económico y especulativo.

La exposición de Elisa Cuesta en el Valey Mara Villamuza

Revisando algunas producciones artísticas correspondientes a las generaciones más jóvenes en la comarca de Avilés, concluimos líneas de investigación y trabajo que podrían definir lo futurible: el control, la utilización y manipulación de nuestro datos, el concepto del nuevo ser humano que emerge a partir de la cultura de las nuevas tecnologías, la relación entre condiciones ambientales y emociones, la memoria y la sociedad postindustrial, el papel de la mujer en la sociedad, los vínculos entre trabajo, tecnología naturaleza y sociedad o los procesos migratorios han sido algunas de las líneas que se han abordado recientemente en los planteamientos de los artistas contemporáneos emergentes en Avilés y su entorno entre otras muchas propuestas que nos pueden adelantar el camino de lo futurible.

Así la artista Elisa Cuesta (Soto del Barco, 1992) presentó en Valey Centro Cultural de Piedras Blancas en 2020 su obra “Skeens” (del inglés skin [piel] y screen [pantalla]). En un intento por dar respuesta a las preguntas emergentes, la artista emprende un proceso de reapropiación de su propia identidad digital. Para ello, utiliza materiales, herramientas y símbolos de la tradición textil, naturalmente ligados a la expresión de identidades individuales. “Trabajé sobre mi huella digital almacenada por Facebook durante 10 años con el objetivo de reflexionar sobre la intimidad, la memoria y la autoconstrucción en el estado conectado”. Su proyecto fue Premio LabJoven-Los Bragales 2019.

El equipo formado por María Castellanos (Gijón, 1985) y Alberto Valverde (Madrid, 1967) presentaron en 2017 en la Factoría Cultural de Avilés “Avilés Data City”, un proyecto artístico construido a partir de la pieza “Environment Dress”; un vestido inteligente que medía la agresividad del medioambiente para establecer de este modo una relación entre los factores externos y como afectan a nuestro comportamiento grupal. La obra recibió una de las ayudas a la Creación Artística del Ayuntamiento e Avilés en 2017. Ya en “Ensayo y error de un posthumano” expuesto en el Museo Antón de Candás en 2017 investigaron a partir del concepto de lo posthumano para referirse a un nuevo humano que emerge a través de una cultura de las nuevas tecnologías, de cirugía plástica y modificaciones genéticas, abogando por un mundo natural modificado. El proyecto obtuvo la beca Antón a la creación escultórica en 2016 del Ayuntamiento de Carreño.

El artista residente en Londres Fran Meana (Avilés, 1982) presentó en el Valey Centro Cultural de Piedras Blancas en 2018 “Arqueologías del futuro”, tomando como punto de partida la obra del arquitecto asturiano Joaquín Vaquero Palacios, creador de las centrales hidroeléctricas de Salime (1954), Selviella (1958-1962) y Proaza (1964-1965). Este proyecto analizaba el papel mediador que la tecnología industrial tuvo y tiene entre naturaleza y sociedad. La instalación consistía en un archivo expandido, una cápsula temporal, que nos trasladaba a un momento indeterminado en el tiempo. Un futuro hipotético capaz de proponer alternativas a un modelo de gestión energética obsoleto. Retazos de historia y de futuro nos invitaban analizar y repensar los vínculos entre trabajo, tecnología, naturaleza y sociedad. El proyecto fue Premio LABjoven-Los Bragales en 2018.

Factoría Cultura de Avilés Fernando Gorena

En el año 2020 dentro de la 30.ª edición de la Muestra de Arte Joven del Principado de Asturias que anualmente se presenta en la Casa Municipal de Cultura de Avilés entre otras propuestas pudimos ver la obra “Cuarentena. Tinder swip” de Noemí Iglesias (Langreo 1987); un proyecto en el que investiga sobre los patrones de comportamiento emocional dictados por las plataformas de encuentros y citas. La obra de esta artista presenta una evolución muy interesante fruto de sus procesos de investigación en los que partiendo de las redes y lo digital muestra su interés por lo físico y analógico y la recuperación de técnicas más tradicionales como la cerámica y la porcelana. “Las relaciones analógicas requieren una figura física y cierto nivel de compromiso. La red, sin embargo, presenta una matriz que, en lo que dura un clic, conecta y desconecta”. Y continúa diciendo: “En mi trabajo, recupero este proceso tradicional para representar la actual mercantilización del enamoramiento y cómo los patrones emocionales son asumidos socialmente como iconos de consumo”.

En el año 2021 se presentó en el CMAE y en la Casa Municipal de Cultura de Avilés la exposición Wom@arts, proyecto del que forma parte la Factoría Cultural, en la que participaron 32 creadoras de distintos países europeos. Entre otras, la obra The Invisible Woman de la artista Cristina Busto (Avilés, 1976) un vídeo inspirado en el último capítulo del libro el Segundo Sexo de Simone de Beauvoir. “Como artista y mujer viviendo en este momento, me siento responsable de la creación de nuevos símbolos y referentes que representen a las mujeres”, afirma. La crítica Natalia Alonso Arduengo, en el catálogo de la exposición editado por la Fundación Municipal de Cultura de Avilés, manifestaba: “Queremos dejar de ser imaginadas y ser las autoras de nuestro propio relato. No ser el segundo sexo en las artes, desempeñar nuestro trabajo en igualdad de oportunidades y poder acceder a la disciplina que libremente decidamos…”.

Con estas líneas hacemos referencia solo a algunos caminos posibles planteados por las últimas generaciones de artistas contemporáneos por la que podrían transcurrir los procesos, discursos y planteamientos del arte desde una perspectiva de lo local sin excluir por inevitable la transcendencia de las influencias del contexto global. Sin lugar a duda la apuesta por la investigación, el compromiso crítico y el trabajo colectivo serán más necesarios que nunca en un contexto postindustrial como es el de la ciudad de Avilés donde la crisis demográfica y el cambio de modelo productivo y social condicionará las producciones y discursos futuros.