Podemos permitirnos pensar que el balance de los últimos años en lo que a Avilés se refiere puede calificarse de positivo. Para aquellos que no quieran reconocer nunca los avances, supongo que al menos sí habrán de reconocer que todos los desastres que se podían presagiar por aquellos años, afortunadamente, no se han producido.

En el año 1992 (hace 30 años) el plan de competitividad de la siderurgia contemplaba, entre otras cosas, la fusión de Altos Hornos de Vizcaya y Ensidesa en una nueva empresa constituida a partir de la Corporación Siderúrgica Integral, así como la desaparición de casi 10.000 empleos y el cierre de todas las instalaciones de Avilés (solo quedaron en pie en aquel momento la central térmica y las baterías de cock). Sin lugar a dudas este acontecimiento protagonizaba el pánico que todos sentimos por el futuro industrial de Avilés.

Muchos de los agobios que nos atenazaban se han ido encauzando. Efectivamente, Avilés fue capaz de salvar su industria y además se incorporó y desarrolló un importante núcleo de innovación que tiene capacidad de desarrollo y crecimiento. En estos momentos importantes industrias de la comarca como Asturiana de Zinc y Fertiberia están desarrollando, en el primer caso, y anunciando, en el segundo, importantes inversiones que garantizan su futuro para unos cuantos años. Podemos pensar que Saint-Gobain, que tiene un mercado potencial en plena expansión, pueda también consolidar su papel en la fábrica avilesina. Esta misma semana ArcelorMittal anuncia una millonaria inversión para descarbonizar su actividad en Asturias, lo cual supone no solo la consolidación de la siderurgia en nuestra región, sino un importante nicho de oportunidad para el impulso de otras muchas empresas asturianas que tendrán una magnífica palanca para avanzar también en la digitalización y en la descarbonización. Solamente la antigua Alcoa presenta en este momento un panorama más sombrío, pero no podemos perder de vista que gran parte de sus instalaciones fabriles se ubican en suelo portuario y que su salida portuaria ofrece grandes posibilidades para un resurgimiento de la actividad industrial.

La fusión de los Altos Hornos de Vizcaya y Ensidesa, con el cierre de las instalaciones de Avilés, sembró el pánico sobre nuestro futuro industrial

Santiago Rodríguez Vega - Presidente de la Autoridad Portuaria de Avilés

En este tiempo también se han producido importantes transformaciones urbanas en las que no me voy a detener y que tan solo quiero ejemplificar en la recuperación de nuestra ría y de nuestro casco histórico por ser seguramente dos símbolos determinantes del cambio físico realizado en Avilés.

Pero hay que seguir haciendo cosas. Todos los que se atreven a opinar con conocimiento insisten en que Asturias tiene que cambiar su modelo productivo y que es imprescindible propiciar la vinculación de la industria con la innovación, cosa que ya se ha empezado a hacer en Avilés, e incrementar la inversión en I+D+i.

En torno a estos dos conceptos tenemos que trabajar en el futuro inmediato: la transformación urbana y la industria innovadora. Pienso que la transformación urbana es necesaria para la reindustrialización con innovación y que Avilés debe renovar con ambición una propuesta de ordenación de los antiguos suelos de Baterías de Cok y del espacio que se viene denominando Isla de la Innovación. No podemos conformarnos con un PEPA II y el papel de Sepides no puede limitarse a urbanizar y vender para liquidar activos. Sé que es complejo, pero merece la pena detenerse un poco y reflexionar sobre la estrategia que queremos para ese espacio, y me consta que el Gobierno Municipal es plenamente consciente de ello. Los nuevos espacios no pueden ser un simple polígono industrial, entre otras cosas porque ocupan gran parte de los mejores suelos de la ciudad, en un entorno que debe servir a una estrategia de fijar también población y ofrecer incluso usos residenciales de especial interés que también son necesarios para la nueva industria. Hay que escapar de la prisas y de los tópicos, como el del conservacionismo nostálgico que no aporta más que añoranzas de un pasado que ya no es, y trabajar para implicar más directamente al Gobierno de Asturias en el desarrollo industrial de esta comarca, recuperando el concepto de que el futuro de Asturias también pasa por Avilés.