Hace 30 años, coincidiendo con la apertura de L A NUEVA ESPAÑA de Avilés, en Asturiana de Zinc pusimos en marcha una mejora en las instalaciones de San Juan de Nieva que nos permitió incrementar la capacidad de producción hasta las 323.000 toneladas anuales de cátodo de zinc fundido. En ese año, el informe de gestión de la sociedad recogía que la planta se había convertido en el mayor centro productivo del mundo y detallaba: “Cualquier previsión sobre la evolución del negocio es un ejercicio aventurado. Resulta extremadamente difícil elaborar cualquier hipótesis acerca de la evolución previsible de la sociedad y de las perspectivas que se le presentan”.

No deja de ser llamativo que después de tres décadas, en las que la compañía ha pasado por periodos más o menos complejos y ha adoptado decisiones que han mejorado claramente la eficiencia en su gestión, esta reflexión tenga plena vigencia. No son las mismas razones las que la sustentan, pero sí coinciden las conclusiones.

Las continuas inversiones realizadas en estos años han situado a Asturiana de Zinc de hoy como una de las mayores y más eficientes plantas de cinc electrolítico del mundo. Y en este marco, tres décadas después de aquella ampliación, guiado por su vocación de mejorar, afrontamos la construcción de una nueva nave de electrolisis que nos permitirá enfrentarnos a los retos de la industria del cinc, principalmente el consumo energético, el desarrollo sostenible y la gestión de los residuos.

Nos gustaría pensar que dentro 30 años las páginas de este periódico recogerán nuevas apuestas de futuro por una comarca con la que nos sentimos tan vinculados.

La comarca de Avilés, entre otras muchas cuestiones, destaca –según datos del INE– por ser el área urbana con mayor peso industrial del país y, además, por su elevada concentración de empresas electrointensivas. Este dato no es baladí. La industria es el sector económico que mayor incidencia tiene sobre el entorno. Según datos de la patronal CEOE, cada euro de aumento en la demanda final de la industria genera un incremento de valor para el conjunto de la economía de 3,11 euros.

Las continuas inversiones realizadas estos años han situado a AZSAcomo una de las mayores y más eficientes plantas de zinc electrolítico del mundo

Carlos Navalpotro - Presidente de Asturiana de Zinc

Y ahora mismo, el futuro de las electrointensivas es incierto. En nuestro caso, frente a países como Francia o Alemania, soportamos sobrecostes que superan los 50 millones de euros al año. Las empresas electrointensivas –solo en la comarca de Avilés somos tres multinacionales– necesitamos un marco estable que nos dote de estabilidad y nos aporte seguridad. Necesitamos certezas. Y, sin ellas, el futuro a 30 años vista es, cuando menos, incierto.

Las industrias creamos empleo estable y de calidad. Es un hecho que allí donde se enraízan, el nivel de renta y la capacidad de crecimiento de la economía es más alto. En Castrillón, una elevada tasa del empleo está ligada de alguna manera a la actividad de Asturiana de Zinc. Si nos centramos en Avilés, casi el 30% de todo el empleo está en la industria.

Es evidente la importancia de comprometerse con un polo industrial que aporta valor añadido no solo a su entorno cercano, sino a toda Asturias. Hace ya dos años, FADE, en su documento “Sin empresas no hay paraíso”, recogía las consecuencias que el freno de producción de las empresas tractoras del metal puede acarrear, señalando que se verían afectadas 59 de las 66 ramas de actividad en las que se clasifica la economía. El resultado de la falta de certidumbre para la industria puede tener un enorme impacto a medio plazo.

Quiero ser positivo, no obstante, porque Avilés y Asturias tienen futuro. Voy a imaginar que el diseño y ejecución de políticas se realiza de forma clara y que ello nos permitirá a toda la industria definir proyectos a medio y largo plazo para ser competitivos no solo a nivel europeo, sino mundial. Porque, si esto no es así, las industrias dejarán de ser rentables, con el terrible impacto que tendría en el empleo y en la sociedad.

Esperemos que, dentro de 30 años, LA NUEVA ESPAÑA pueda continuar informando de decisiones que sirvan para mejorar nuestro entorno y crear empleo estable y de calidad en nuestra industria.