Celebramos el 30.º aniversario de la edición de Avilés de LA NUEVA ESPAÑA haciendo un breve balance de estas tres últimas décadas del sector educativo avilesino, con una pandemia que ha trastocado su evolución, ha acelerado algunos procesos como la digitalización y ha mostrado la importancia del factor humano en el acompañamiento del alumnado. Si echamos la vista atrás no podemos sino congratularnos por cómo la enseñanza pública ha ampliado su oferta formativa en nuestra villa. Avilés, a nivel educativo, está a la altura de grandes ciudades, pues además de contar con una amplia variedad de centros de enseñanza Infantil, Primaria, Secundaria y de Bachillerato en todo su perímetro, completa su oferta con Enseñanza Secundaria para adultos, Bachillerato nocturno, escuelas infantiles de 0 a 3, un centro integrado de Formación Profesional y ciclos de FP en otros institutos, un centro de Educación Especial y numerosas opciones adicionales que han ido creciendo en estos 30 años, pues a la enseñanza musical del Conservatorio se ha sumado la deportiva (Escuela del Deporte), la artística (Escuela Superior de Arte), la de lenguas extranjeras (Escuela Oficial de Idiomas), dispone de un Centro de Profesorado para contribuir a la formación continua de nuestro colectivo e incluso podemos acceder a cursos de Extensión de la Universidad de Oviedo.

El último curso de la pandemia hemos aprendido que lo socioemocional es tan importante como los conocimientos y habilidades adquiridos

Natalia Menéndez - Directora del IES Carreño Miranda

La pandemia ha hecho mella en el ámbito educativo como también lo ha hecho en otros sectores, y aunque podemos celebrar con prudencia que hemos sobrevivido a un curso complejo, debemos reflexionar sobre lo que hemos perdido, lo que ha llegado “para quedarse”, y la dirección en la que debemos movernos a partir de ahora. La enseñanza no ha salido reforzada de esta crisis, sino “tocada” en sus pilares más básicos. Este último curso nos ha demostrado que lo tecnológico no puede sustituir a la parte humana del proceso de enseñanza-aprendizaje, que lo socioemocional es tan importante como los conocimientos y habilidades adquiridos, que aprender a relacionarse es un punto fundamental en el desarrollo de las personas, y que formarse no se lleva a cabo solamente en el aula, sino que los espacios de aprendizaje son múltiples.

¿Qué educación imagino para el futuro? Una que sirva de compensación ante las desigualdades, que no descuide lo socioemocional y fomente el espíritu crítico, la creatividad, la autonomía y la iniciativa, y que promueva el trabajo en equipo. Una educación en la que cada nivel de formación de nuestra ciudad cuente con los espacios y recursos que necesita, algo que no sucede en la actualidad. Urge una renovación y ampliación de instalaciones. Aprovecho la ocasión que se me brinda para reivindicar la relevancia de las Humanidades en la formación integral del alumnado, la importancia de la lectura y de la comunicación oral y escrita.

Creo firmemente que hay que invertir en Educación, apostar por un pacto de Estado que limite los vaivenes legislativos que viene sufriendo el sistema educativo y que no tienen en cuenta las valoraciones de quienes nos dedicamos a la docencia. Solo cabe afrontar el futuro con optimismo, pero siendo conscientes de que el sistema educativo se enfrenta a una crisis derivada de la baja natalidad.

En definitiva, la transformación debe pasar por lograr la estabilidad del profesorado, por la mejora de los espacios educativos, por cambios metodológicos adaptados a los cambios sociales y por continuar en sintonía con la Administración local para contribuir al espíritu de Avilés como una “ciudad educadora” que se ha forjado en los últimos años. Y en este contexto de innovación educativa debemos contar con medios de comunicación, con la prensa escrita, como un firme aliado para la consecución de estos cambios.