El 3 de abril de 1979 se produjeron las primeras elecciones democráticas en nuestros ayuntamientos, tras la larga dictadura franquista. Roberto Pérez López, del PSOE, se convirtió en el primer alcalde de esta nueva e ilusionante etapa, cargo que revalidó durante 8 legislaturas consecutivas, uno de los pocos de España que lo logró. En esa primera corporación, el PSOE gobernó con el apoyo del PCE. Algunos de aquellos primeros concejales electos del Ayuntamiento de Belmonte de Miranda ya no están con nosotros, sirva esta lista como recuerdo y reconocimiento: Roberto Pérez López, José Manuel Quintana García, Elías García Iglesias, Demetrio Calzón Martínez, Alfonso Álvarez Fernández, Arcadio Menéndez Barredo, José Antonio Fervienza Rodríguez, José Manuel Fernández Rodríguez, Eladio Jesús Menéndez Fernández, Manuel Alvarez Menéndez, Manuel Arias Alvarez, Francisco López Menéndez y Aurelio González Rodríguez.

La incorporación de la mujer en la política municipal fue más lenta, no fue hasta 1987 cuando fueron elegidas las primeras concejalas de la corporación belmontina, ambas del PSOE, Olga Álvarez Suárez y Celia Menéndez Fernández, que ejercieron sus cargos como parte del equipo de gobierno local. Especial mención a Olga Álvarez Suárez, que fue concejala durante 32 años hasta la pasada legislatura 2015-2019. Fue en las elecciones de 2011 cuando, por fin, una mujer se convirtió en la primera alcaldesa de Belmonte de Miranda, Rosa María Rodríguez González, que mantiene su cargo en la actualidad.

En estos 40 años de democracia los cambios más visibles en el concejo fueron los relacionados con la mejora de infraestructuras, con los accesos a todos los pueblos del concejo, los primeros saneamientos, la electrificación rural o el nuevo centro de salud, así como la mejora de las comunicaciones con la zona central, que ha supuesto que desde la villa de Belmonte hasta Oviedo el trayecto en coche no supere los 40 minutos. En contraposición, la mejora de la calidad de vida vino acompañada del descenso demográfico que afecta tan gravemente a los concejos rurales. Un descenso que implica también un envejecimiento de la población, por lo que la atención a las personas mayores se convierte en un pilar imprescindible de los esfuerzos del concejo. Tanto el convenio con el Principado de Asturias como la ley de Dependencia garantizan esta atención a través de la Ayuda a Domicilio y la Residencia de Mayores de Belmonte, del ERA. El Plan de Salud también es otra herramienta que permite planificar actuaciones que mejoren la calidad de vida, no solo de nuestros mayores, sino de toda la población.

Así debe encontrarse un equilibrio, para que no sea olvidada otra parte muy importante de la población para garantizar el futuro del concejo, los niños y niñas. Por eso las actuaciones en estos últimos años, además de en los mayores, también se centran en las familias y la infancia, con políticas municipales que han hecho que el concejo sea reconocido con el Sello de Ciudad Amiga de la Infancia de Unicef desde 2010. La coordinación y colaboración con el Colegio Público de Belmonte también es imprescindible, fomentando los programas y distintas actividades que se llevan a cabo en los últimos años y mejorando poco a poco unas infraestructuras que, en algún caso, ya tienen más de 50 años. La apertura de una Escuela Infantil de 0 a 3 años es el próximo objetivo, dotar a nuestro concejo de la posibilidad de impartir la primera etapa de Educación Infantil, lo que contribuirá al desarrollo de nuestros niños y niñas, así como facilitar la conciliación de la vida personal y familiar, con un servicio cercano y próximo.

El otro gran reto será conseguir que las telecomunicaciones supongan la gran revolución en la zona rural. Que, desde cualquier pueblo, en cualquier casa o negocio, el acceso a una conexión de internet de calidad y asequible sea una garantía. Es esta un revolución pendiente e imprescindible si queremos que nuestros pueblos, y toda la actividad que en ellos se desarrolla y que garantiza el mantenimiento del territorio, se mantengan vivos.