Avilés, J. MORÁN

Laura González (Avilés, 1941), repasa en esta última entrega de «Memorias» su actividad en la Junta del Principado, en el Parlamento Europeo y en el Gobierno regional.

l Manifestación y Pleno. «Ser presidenta de la Junta del Principado me permitió visitar toda Asturias y creo que eso gustó a la gente que me recibía. También pude tener un margen de decisión sobre algunos temas, por ejemplo, fue la primera vez que los comités de empresa de la minería en conflicto entraban en la Junta; o la primera vez que recibíamos a niños saharauis o a una delegación cubana. Y fue también la primera vez que visitaron la Junta personas con discapacidad, del colegio de Pando, en Langreo, a los que quise mucho y conservo unas imágenes preciosas de ellos en la Cámara. Pero fue una época difícil y tuve un conflicto con mi propio partido en una ocasión que hubo huelga de la minería justo un día de Pleno en la Junta. Yo no podía dejar de presidir la Cámara y primero pedí que dejaran el Pleno para otro día, pero, evidentemente, los grupos que no apoyaban la huelga no quisieron. No dormí en tres días, pero al final tomé la decisión que me parecía justa y se la comuniqué a mi organización. Por la mañana fui a la manifestación con los mineros, en solidaridad con ellos (fue un símbolo porque ¿cuándo en Asturias se había visto que la presidenta de la Junta fuera a una manifestación?); y por la tarde presidí el Pleno, pero le dije al letrado mayor que no tuviera en cuenta ni mi voto, ni mis dietas. Se enfadaron militantes como José María Laso, que me escribió una carta, o Gabriel Santullano, que dimitió en un consejo, creo que el de la Universidad, en el que representaba a IU. Creo que hubo incomprensión hacia mí en una parte de la organización, pero si fuera hoy, volvería a hacer lo mismo, porque creo que también me debía al resto de grupos».

l Pancarta del marido. «Recuerdo también un debate sobre la siderurgia. Mi marido estaba en el comité de empresa de Ensidesa y les dije: "Tened en cuenta que el reglamento me obliga a suspender el Pleno o a echar a las personas que no guarden la compostura y que pongan pancartas". Pero no sólo pusieron pancartas, sino que una tapaba a los de IU de larga que era. Y estaba mi marido allí, que casi lo mato. Tuve que llamarles la atención y recogieron la pancarta. Había problemas en la minería, en la siderurgia, en el naval, en el campo, en todo, y a los seis meses de legislatura, por los diferentes puntos de vista sobre esos problemas, se rompió el acuerdo entre PSOE e IU que había llevado a mi nombramiento como presidenta. A partir de ahí fui un poco rehén de los dos grupos. Los conflictos llegaban a la mesa de la Junta y yo trataba de mediar. Y recuerdo a un buen diputado, muy leal con la presidenta, y sobre todo muy atento a los tiempos que la presidenta marcaba, Xuan Xosé Sánchez Vicente. Gaspar Llamazares soltaba todavía en aquel momento unos rollos enormes, que yo tenía que cortar. Ahora me encanta cómo habla, cómo se expresa y cómo sintetiza. Y me ponía un poco inquieta la boina de Antón Saavedra y cómo se dirigía a Zapico, consejero de Industria. Fui vadeando bastante bien los problemas, pero creo que Llamazares, que en aquel momento era responsable de IU en Asturias, "consoló", como decimos en Asturias, cuando dimitió el eurodiputado que iba cabeza de nuestra lista, Pérez Royo, y yo, que iba en el puesto siguiente, podía ir al Parlamento Europeo. Fue en enero de 1993 y recuerdo una viñeta genial de LA NUEVA ESPAÑA en la que yo me iba en un tren y Gaspar me decía adiós».

l Derechos civiles y mujer. «El Parlamento Europeo me metía mucho miedo, primero, porque tenía olvidado el francés o el inglés que pude estudiar de joven. Además, siempre consideré que no era capaz de acometer las responsabilidades que IU me encomendaba. Me pasó en la preautonomía, cuando me mandaron a presidir el consejo de los hospitales, del psiquiátrico y del General, y me paso cuando presidí la Junta. Pero fui eurodiputada 10 años porque en las siguientes elecciones europeas, en 1998, volví a ser elegida cuando IU obtuvo nueve eurodiputados, porque fue el momento de descenso del PSOE. Una manera de castigar a los dos grandes partidos sin cambiar el gobierno es votar en el Parlamento Europeo por grupos diferentes y eso creo que va a pasar ahora, en 2014. El trabajo del Parlamento Europeo fue interesantísimo. Yo estaba en ámbito de Medio Ambiente y en la Comisión de Peticiones, para mí la fundamental del Parlamento, porque lo acerca a los ciudadanos ya que cualquiera pude presentar una queja. En esa comisión trabajé temas medioambientales, de derechos civiles y temas de las mujeres. Llevé a grupos y colectivos a la Cámara y allí defendieron cuestiones ecológicas de Murcia, o de la balsa de Aznalcóllar, o de las islas Canarias y Baleares. De Asturias me acuerdo de defender el urogallo y nuestros ríos. No me gustaba viajar, pero iba a todos los lugares y todavía tengo en mi agenda más de 40 plataformas de vecinos y organizaciones que acudieron a mí».

l Palestinos y saharauis. «También estuve en la delegación de América Central y México. Estuve en Chiapas, con Samuel Ruiz, en Venezuela con Hugo Chávez, en Cuba con Fidel, en Nicaragua, en Guatemala? Eso te da una visión global de lo que ocurre en el mundo que no te lo ofrece otro puesto institucional. Apoyé al pueblo saharaui, visité Palestina en una época de matanzas? Tengo que agradecer a IU aquella oportunidad de trabajo. Todavía hace unos días me llamó para que nos viéramos un eurodiputado italiano de nuestro grupo, Giuseppe di Lello, que fue uno de los cuatro jueces del proceso italiano de "Manos limpias" (a dos de ellos los asesinaron). Y acabo de hablar con la persona que me ayudaba en el Parlamento, Dionisio Fernández, de Langreo, ya jubilado, como yo. Durante aquellos años traje a Asturias a eurodiputados alemanes, franceses, griegos, italianos?, y es curioso que todos resaltaron la gran calidad de vida que tenemos aquí. Las ciudades de Asturias son muy vivibles, decían».

l Gobierna la derecha. «Tras las elecciones autonómicas de 1995, gobernó la derecha en Asturias cuando IU decidió en una asamblea, aquí en Avilés, no apoyar al PSOE. No estuve de acuerdo con la decisión mayoritaria en nuestra organización, pero comprendí las razones. Era la época del GAL, de Filesa y de todos los problemas de Felipe González, y nuestra gente estaba muy quemada con el PSOE. Manuel García Fonseca, "El Polesu", o yo, u otros militantes, defendíamos que era mejor apoyar al PSOE y luego pasar a la oposición, para controlarlo. Pero no dejar que gobernara la derecha, que gobernando Asturias ha sido penosa, con Marqués y Cascos, y después con Cascos. Paralizaron Asturias».

l Consejos tensos. «En 2003 yo llevaba 30 años en la política y quería volver a casa. Pero fue cuando me llamó Jesús Iglesias para entrar en el Gobierno de Areces. Le dije, yo creo que ocho veces, que no, hasta que me llamó la última vez y apeló a la militancia, a mi responsabilidad y a que era una persona aceptada por otros grupos políticos. Al final acepté ser consejera de Vivienda y Bienestar. Tuvimos problemas de escasez de presupuesto para gasto social. En algunos momentos el PSOE era reticente a algunas de las políticas que decidíamos, por ejemplo, el salario social costó bastante trabajo sacarlo adelante. Y también había dificultades cuando planteábamos la necesidad de plazas para mayores o para discapacitados. A veces había tensiones en el Consejo de Gobierno, muchas de las cuales no trascendieron. Eran consejos tensos con Areces o con otros consejeros, pero en conjunto hay que hacer un balance positivo porque se hizo una política social importante. Ahí está en Avilés la residencia del Nodo, que se va a abrir ahora y que se proyectó en mi época. O la residencia de Piedras Blancas, o el centro de discapacidad en el antiguo centro sanitario de la Magdalena. Y centros en Gijón y en las Cuencas. Aumentó la financiación de los ayuntamientos en el plan concertado, que pasó de 13 a veintitantos millones, y se suplió la carencia de dinero de la Ley de Dependencia por parte de la Administración central, porque nunca pagó el 50 por ciento que se le exigía.

l Grandes ideas. «Creo que los momentos en que avanzamos en Asturias en temas sociales ha sido estando de acuerdo con el PSOE. Nosotros tenemos grande ideas y creo que debemos estar en la calle defendiéndolas, pero la gente no puede esperar. Vamos a suponer que ahora el PSOE suba algo en España (aunque parece que no despega demasiado), y que con la ayuda de IU pudiera gobernar. ¿Qué hacemos? ¿Decimos que no? En el 2008 me propusieron ir en las listas al Congreso por Asturias. Fue una cosa de última hora, de no saber a quién poner, y acepté por disciplina. No salí elegida, de manera que sigo en mi casa y siempre enamorada de Avilés».