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"Alguien cortó con una cuchilla los 26 lienzos de Valle de la Diputación en vez de quitar el marco"

"Dejé de ser conservador de los fondos del Banco Hispano cuando regalaron "El conde de Floridablanca" al Banco de España"

Guillermo Basagoiti, en los jardines del Museo Evaristo Valle. Juan Plaza

Guillermo Basagoiti (Madrid, 1944) evoca en esta última entrega de "Memorias" para LA NUEVA ESPAÑA su actividad en el Museo Antón de Candás y en el Evaristo Valle de Gijón.

Superdotado.

"Valle conoció a Antón en un concurso de La Felguera al que el escultor de Candás se presentó con una pieza en escayola titulada "Arrapiezo dormido", un niño somnoliento. Al verla, Valle preguntó: "¿De quién es?". "Es mía", respondió Antón, que era pequeñín y tenía de aquella 19 años. "Bueno, tú eres el que la trae, pero ¿quién la ha hecho?". Así fue el descubrimiento. Valle tuteló a Antón y lo recomendó a José Francés, un crítico muy influyente de Madrid. También consiguió que la familia Albo, que tenía las fábricas de conservas, le financiara los estudios. Incluso le dejaron un espacio en la fábrica de Candás para que trabajara, y empleadas de la factoría posaron para él. Y entre Valle y Antón hay una transmisión de sabiduría impresionante. Más tarde, Josefa García guardó con un celo extraordinario la obra de su hermano Antón, al que mataron en la Guerra Civil cuando tenía 25 años. Era un superdotado absoluto y hubiera sido un escultor increíble".

Utopía.

"Con ese legado se estaba proyectando el Museo Antón y me llama el alcalde de Candás, José Luis Vega Fernández, "Pelis", de IU, un hombre muy inteligente. Le propuse crear una comisión de Oviedo en la que estuvieran Toto Castañón, Emilio Marcos Vallaure y Javier Barón. Yo hice equipo con Francisco Zapico, que es patrono del Museo Evaristo Valle, crítico de arte, comisario de exposiciones y la persona que más ha sintonizado, de los que están vivos, con Valle. Nuestro proyecto iba a cotejarse con el de los de Oviedo, pero un día nos llama el Alcalde y nos dice que los de Oviedo estaban muy liados y que delega en nosotros, para que yo fuese director. Puse la condición de formar un equipo de personas de confianza y funcionamos bien unos años, desde 1989, aunque cuestionados por el equipo de Oviedo, que decía que el nuestro era un proyecto excesivamente ambicioso para un pueblo, o que era otra utopía de Guillermo Basagoiti. Dejé el Museo Antón en 2001, cuando empezaron con convocatorias para funcionarios. Dije adiós y anuncié lo que iba a pasar. Incluso hubo pleitos con que si habían destruido piezas de Antón".

Cuadros mojados.

"Hay un factor desencadenante de que María Rodríguez del Valle quisiera hacer el Museo como fundación privada. En 1963, la Diputación de Oviedo compra por 1.200.000 pesetas 26 cuadros de la herencia de Valle, que fueron seleccionados por Lafuente Ferrari, académico de Bellas Artes, de un gran prestigio y de gran calidad humana (la última salida que hizo fue a la inauguración del Museo). Eran cuadros para el futuro Museo de Bellas Artes, cuya apertura se dilató en el tiempo, así que los colocaron en el edificio de la Diputación, hoy Junta General del Principado. Vine a verlos desde Madrid en un Seat 600 de mi madre. Llegué por la tarde y el conserje me dijo: "Están arriba, en la galería, hay un cuadro de luces, enciéndelas". Subo y no veo el cuadro. Llamo a voces al conserje por el patio (tengo esa imagen grabada), y me dice: "Sí hombre, encima de la silla del conserje". Entonces lo vi: detrás de la silla estaba el "Autorretrato" de Valle, que era la tapa del cuadro de luces, lleno de grasa por la zona por donde lo cogían para abrir, y hundido y con grasa del pelo porque era el reposacabezas, o almohadilla, del conserje cuando se echaba para atrás. Ese fue mi descubrimiento de Evaristo Valle. Encendí la luz y vi el resto de los cuadros en un lamentable estado. Había goteras que chorreaban por las paredes y los cuadros estaban mojados y tenían pérdidas enormes de material".

Sin contornos.

"Pero la película continúa cuando antes de inaugurarse el Bellas Artes, en 1980, alguien da orden de trasladar esos cuadros al nuevo museo. Y quien hace el traslado coge una cuchilla y en lugar de quitar los marcos corta los lienzos, los enrolla y a lo mejor hasta los llevó debajo del brazo. Eso implicaba quitar dos centímetros por cada lado, y era peor aún en el caso de Valle, que afinaba mucho en los contornos. Estamos hablando nada menos que de los años 80 del siglo XX, y LA NUEVA ESPAÑA publicó un reportaje titulado: "Evaristo valle, cuadros rotos". Una restauradora se encargó de arreglar aquel desaguisado, pero los medios y los criterios de restauración eran entonces otros. Ella es la actual restauradora del Bellas Artes, Clara Fanjul, que es buena y conoce a Evaristo Valle a la perfección, y aquel fue un esfuerzo importante. El día que se inauguraba el Bellas Artes acompañé a María Rodríguez del Valle, pero a mitad de las escaleras ella dio la vuelta y me dijo: "Guillermo, nos vamos". Seguramente no fue capaz de ver las consecuencias del desaguisado, pero aquello fue lo que definitivamente la convenció de que lo que se hiciera con el legado de Valle tenía que ser por vía privada".

Un milagro.

"En estos 30 años de vida del Museo la parte negativa es la falta de valoración que ha tenido en Asturias. En 1984 la Academia de Bellas Artes de San Fernando nos daba su Medalla de Honor, y ese mismo año recibimos una mención de honor del Consejo de Europa entre ciento y pico museos que aspiraron a ser Museo del Año. Sin embargo, a nivel municipal, el PSOE siempre nos ha negado el pan y la sal. Ha sido como una pesadilla y no sé por qué. Creo que llevan mal lo de la iniciativa privada y que con poco dinero se puedan hacer cosas con dignidad. Es el cuarto año que no recibimos un duro de la Consejería de Cultura, a pesar de que estamos en la red de museos del Principado y mantenemos un convenio de colaboración. Se ha publicado ahora la tesis de una historiadora del arte muy interesante que toca los aspectos económicos de nuestra Fundación. A medida que han ido descendiendo las ayudas públicas han crecido las ayudas privadas, básicamente del patronato y otras instituciones.Tenemos un presupuesto lineal de ciento y pico mil euros para pagar sueldos, mantener los jardines, hacer ocho o diez exposiciones al año, conservar la obra de Valle, publicaciones... Un milagro".

Rectificaciones.

"El Ayuntamiento de Gijón se está portando bastante bien y en dos años consecutivos nos ha subido la asignación, que ahora es de 50.000 euros más la financiación para entrar en la red Domus, una aplicación informática para hacer accesibles los fondos. También estamos en tratos con la Fundación Azcona, de Lalo Azcona, para publicar el catálogo razonado de la obra de Valle. Será una obra exhaustiva, pero es muy complicado por la extensión de su obra, o porque hay rectificaciones u obra pintada encima de otra, o porque siguen apareciendo cuadros, el último en California".

Conservador.

"En 1984 organizamos la exposición de fondos del Banco Hispano Americano: El Greco, Goya, Rubens, Van Dyck, Alonso Cano..., una muestra hoy impensable y que costaría 20 años de nuestro presupuesto anual. Y salió adelante porque fui a ver al director de inmuebles del Banco Hispano, que era Ramón Colao, más tarde presidente de Duro Felguera. Le llevé una solicitud razonada de los cuadros que quería y me dijo: "¿Y todo esto es nuestro?". Eran los fondos procedentes del Banco Urquijo. Al cabo de un tiempo me ofrecieron ser conservador de la colección del Hispano y lo fui durante tres o cuatro años. Pero un día el presidente me llama y me dice que van a regalar al Banco de España, como pago de algo, "El conde de Floridablanca", de Goya. Eso rompía la colección totalmente y le dije: "Si se va 'El conde de Floridablanca', yo me voy a mi casa". Y presenté la dimisión. No me arrepiento de estos 33 años dedicados a la Fundación Evaristo Valle. Tengo la satisfacción de que el Museo puede seguir abierto y que está conservado en un estado óptimo, y con esperanzas de futuro. Máxime cuando piensas que si no me hubiera metido en esto, no existiría el museo. Siempre les digo a mis hermanos financieros que el día que Botín se muera hay otro que lo hace igual o mejor que él. Esta historia ha significado que me moriré tranquilo sabiendo que había que hacerlo".

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