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Guillermo Basagoiti | Escultor y director del Museo Evaristo Valle de Gijón

"Ochoa me llevó a cenar a la Ópera de Nueva York y al entrar él todos se pusieron en pie"

"Josefa García me dijo: "Quiero ser la primera persona que entre en este museo porque Evaristo Valle fue el que descubrió a mi hermano Antón""

Guillermo Basagoiti, en los jardines del Museo Evaristo Valle, durante la conversación con LA NUEVA ESPAÑA. Juan Plaza

Guillermo Basagoiti (Madrid, 1944), evoca en esta segunda entrega de "Memorias" su venida a Asturias para dedicarse por completo a la escultura y su posterior implicación en el Museo Evaristo Valle.

Ascendencia irlandesa.

"Siendo fotógrafo de Fórmula 1, recorrí varios circuitos y recuerdo un Gran Premio en Barcelona en el que salieron volando dos o tres coches, cuando comenzaban a utilizarse los alerones, y de milagro no decapitaron allí mismo a varios espectadores. También estuve alguna vez en Mónaco, e hice el circuito entero con la cámara, e incluso atravesando el famoso túnel por la pequeña acera y con los coches pasando a 240 kilómetro por hora. Eran otros tiempos. La foto de "Life" me permitió comprar un pisito en Madrid y que Alina y yo nos casáramos. Ya éramos novios. Ella es prima carnal mía, pero vivió en Cuba y no vino a España a conocer a sus parientes españoles hasta los 21 años. Fue cuando la conocí y surgió el flechazo. Alina Brown García-Tuñón es de ascendencia irlandesa, y su bisabuelo fue el célebre almirante William Brown, de grandes hazañas bélicas, que se nacionalizó argentino y está considerado como el padre de la Armada de ese país. Un descendiente suyo, el abuelo de Alina, emigró a Cuba y se casó con una cubana de origen español, Amparo Rasco. En 1975 dejé IBM y decidimos venir a Asturias, a Villaverde, en la Marina de Villaviciosa".

Aliento de Camín.

"La idea era dedicarme decididamente a la escultura y Rubio Camín es el que me alienta. Él también vendrá un tiempo después, a Valdediós, y me iba a visitar asiduamente. Camín, a sus 21 años, había sido albacea testamentario de Evaristo Valle y después colaboraría intensamente en el proyecto del museo. Hice mis primeros trabajos en el taller de un herrero de Villaviciosa, y para piezas más especializadas trabajé en el taller Varela Meana de Tremañes, en el que también lo hacía Camín. Fue un período de seis años bastante intenso, y mi primera exposición fue una colectiva en la galería Atalaya de Gijón, donde hoy está Cornión. Se inauguró el 19 diciembre de 1975, con obra de Fernando Alba, Adolfo Bartolomé, Rubio Camín, Ernesto Deira, Xosé Díaz, Trinidad Fernández, González Pascual, Acisclo Manzano, José Mar, Poldo Novoa, Orlando Pelayo, Nicanor Piñole, Seoane, Antonio Suárez e incluso un cuadro de Valle que nos prestó María Rodríguez del Valle, futura fundadora del Museo. Al año siguiente tuve mi primera exposición individual en Florida, en la galería TAP. Y otra más en ese mismo lugar con motivo de bicentenario de EE UU. Más tarde expuse en la primera Bienal de Arte "Ciudad de Oviedo", y en la galería Ynguanzo de Madrid, y también en Zaragoza, Valencia, Huesca y otras veces más en Florida. En 1978 lo hice en la galería Tassili de Oviedo, que era de Toto Castañón, después director del Museo de Bellas Artes. Y ese mismo año expuse en la Oficina Española de Turismo de Nueva York, en la Quinta Avenida. La visitó nuestro premio Novel, Severo Ochoa, que me invitó a cenar al Metropolitan Opera. Era un comedor enorme... y cuando él entró todo el mundo se puso en pie y, a medida que pasaba, le hacían reverencias. Impresionante y parecido al caso que le hicieron en Asturias".

Genética del mar.

"Hasta 1981 continúan las exposiciones y estoy totalmente entregado a producir obra. Íbamos tirando porque habíamos vendido el piso de Madrid. Yo trabajaba en un antiguo pajar de nuestra casa en Villaverde, la que nos la había dejado María Rodríguez del Valle. En ella pasaban el mes de julio, pero no estaba habilitada para vivir en invierno y no tenía calefacción. Fue duro y, visto con distancia, parece una cosa disparatada. Era cortar con todo e iniciar una actividad sin saber cómo te va a funcionar, y con hijos pequeños, y en un sitio bastante inhóspito. Pero estábamos al lado de un acantilado que me proporcionó momentos idílicos e imborrables, así que no me he arrepentido. Y como siempre he analizado el tema genético, el mar tiró mucho de mí para venir a Asturias. Los Basagoiti fueron pescadores de ballenas y bacalao que ya desde el siglo XVII iban a Terranova. Estaban cuatro años de campaña y hacían testamento antes de partir. Descendientes de esos marinos fueron algunos capitanes de barco, y uno de ellos obtuvo la Cinta Azul del Atlántico a finales del siglo XIX, o sea, que batió el récord de velocidad a vela. Fue una apuesta con un portugués, de modo que el primero que llegara se quedaba con el barco del otro. Pero mi antepasado Basagoiti no era el dueño de su barco, sino que tenía socios. Al salir de Bilbao le cogió una tempestad y rompió palos. Estuvo cuatro días en La Coruña, de reparaciones, pero al salir cogió unos alisios y llegó a Veracruz, México, antes que el portugués. Así que ganó un barco y además la Cinta Azul, pero podía haberse empufado. Y por parte de Alina, los Rasco descienden de los hermanos Rascones, navegantes que acompañaron a Colón y que fueron los primeros que volvieron en la "Pinta" a Bayona de Galicia para notificar el Descubrimiento de América. Y nuestro primer hijo, Guillermo, es marino y un poco aventurero. Está en Gerona y tiene una empresa de barcos charter. También hace escultura porque desde niño palpó nuestras historias en Villaverde. Mi otro hijo, Pablo, está en Gijón, y la tercera, Ana, que tiene ya dos hijos, se casó con un ingeniero de minas asturiano que trabaja para Cepsa. Por esa genética del mar, tiraba de mí el acantilado y además hice una serie de esculturas, que llamé "Décollages navales", con piezas de los desguaces que había en los muelles de Fomento, en Gijón. Uno de eso barcos fue una gabarra que durante 120 años navegó por el Mississippi".

Capital fundacional.

"Desde 1975 venía a Gijón a visitar a mi tía abuela María Rodríguez del Valle, que también lo era de Alina. Me interesaba por el museo, porque ya estaba acabado por fuera el edificio de acceso y Camín hizo su rejería. El proyecto del museo había nacido ya en vida de Evaristo Valle, que muere en 1951. Y en 1963 había fallecido José María Rodríguez, el marido de María; de modo que a ella le entró un poco de miedo a meterse sola en esta aventura. De hecho, el edificio de acceso, con proyecto inicial de Joaquín Vaquero Palacios, empieza a construirse en los años sesenta, con vistas a una posible inauguración en 1971, centenario del nacimiento de Valle. El proyecto lo adapta después el arquitecto Joaquín Planell, sobrino de la fundadora e hijo del que fuera ministro de Industria. María Rodríguez del Valle muere en mayo de 1981 y deja en testamento la constitución de la fundación con un capital fundacional. Rubio Camín y Eduardo Vigil, que tenía la galería Atalaya, fueron los albaceas de María e hicieron el primer inventario".

Museo Antón.

"La fundación se constituye el 28 de diciembre de 1981 y forman parte de ella ocho sobrinos de la fundadora, y Guillermo Quirós, padre del Quirós que ha sido presidente de la Cámara de Comercio de Gijón. Quirós, que estaba emparentado con la familia, redactó los estatutos, y también formó parte como tesorera Encarnación Rubiera, la primera mujer apoderada que hubo en Asturias, en el Banco de Gijón, cuyo ex presidente, Julián García Fernández, también se incorporó. En el presente, las ocho ramas de sobrinos siguen representadas en el patronato y uno de ellos es Antonio Basagoiti, el político, hijo de mi hermano Antonio. Se constituye la fundación pero hay pocos recursos y menos para contratar a un director como hubiera sido lo propio. En ese momento yo asumo mi compromiso anterior con la fundadora, por lo mucho que me había involucrado en el proyecto. Eso me absorbió por completo, a mí y a mi familia, y la escultura quedó apartada. Terminamos el edificio de acceso y reformamos el edificio principal, y el 5 de marzo de 1983 inauguramos el Museo y asistió el ministro Solana, ya bajo el Gobierno del PSOE. Y la primera visitante fue una señora mayor que tres o cuatro horas antes de la apertura ya estaba esperando y me llamaba a través de la reja de Camín. Era la hermana del escultor Antón, de Candás, Josefa García, que me dijo: "Quiero ser la primera persona que entre en este museo porque Evaristo Valle fue el que descubrió a Antón". Y me contó toda la historia. Por eso la creación del Museo Antón de Candás viene de la mano de Valle".

Tercera entrega: "Pinturas rotas"

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