Luis Miguel explora el territorio yerbato

ASTURIANOS EN BIMENES: Luis Miguel Montes

Julián Rus

Eduardo Lagar

Eduardo Lagar

Luis Miguel Montes, Médico odontólogo y cronista oficial de Bimenes.

Nacido en 1960, Luis Miguel Montes Arboleya es uno de los cronistas oficiales más jóvenes de Asturias. Fue nombrado en 2016. Es médico especializado en odontología y tiene clínica en Oviedo, pero se mantiene estrechamente vinculado con Bimenes, a donde acude cada fin de semana

Luis Miguel Montes Arboleya, médico odontólogo nacido en 1960 en San Miguel de Bimenes, es cronista oficial del concejo yerbato desde 2016. Tiene la consulta en Oviedo pero mantiene una estrecha vinculación con su municipio natal, al que acude todos los fines de semana y donde aún reside su padre, "que está mejor que yo de salud; anda con la motosierra como si fuera un chaval". Así ve Bimenes.

Minero desde el principio

"Como digo yo siempre, Bimenes estuvo siempre en el mismo sitio. Lo que pasa es que no era conocido. Dicen: ¿dónde estará Bimenes? Pues estamos en el centro de Asturias, a media hora de Oviedo, a media hora de la playa de Gijón. Pero siempre fue un concejo muy pequeño rodeado de otros muy grandes como de Siero o Laviana".

"Bimenes es un concejo minero desde el inicio de la minería en Asturias, cuando mediados del siglo XVIII ya en los estudios de Jovellanos y Casado de Torres lo incluían en triángulo principal de las minas de carbón de Asturias con Langreo y Siero. Era el triángulo Bimenes, Siero, Langreo. En los años 50 y 60 del pasado siglo XX aquello era la belle époque, con minas por todos los lados. Había mucha actividad económica. La gente de Bimenes, muchos de ellos, trabajaban en minas de concejos cercanos, en Langreo, en Lieres, en San Martín del Rey Aurelio. También hubo minas en el concejo: La Arquera, en El Malato, El Pinganón... La mina generaba mucha actividad, había bares, había tiendas, había de todo. Eran minas pequeñas y justo cuando nació Hunosa cerraron".

"A lo largo de todo el siglo XX. Bimenes fue aumentando la población, llegó a tener 4.500 habitantes censados (década de los 60). A partir de ahí ya empezó a bajar y a bajar. Se produjo una sangría poblacional alucinante y ahora el concejo ronda los 1600 habitantes. Cuando yo era guaje había 16 escuelas en Bimenes. Era raro el pueblo que no tuviera una escuela con 50 o 60 guajes, había tres academias donde podías estudiar hasta las puertas de la Universidad. Había cuartel de la Guardia Civil, había estanco... Ahora no queda nada de eso. El médico todavía lo mantienen, de momento".

Golpe al campo

"En los 60, con el declive de la minería, empezó el declive de Bimenes. Y luego hubo otra fecha importante, ya en los años 80, cuando entramos en la Comunidad Europea. Ahí se produjo un mazazo criminal, no sólo para Bimenes, para toda Asturias y para todo el norte de España. Fue cuando la leche y la carne empezaron ya a tener muy poco valor. Entre las minas que cerraban y los corrales que no admitían vacas, fue lo perfecto para llevar a una región y a un concejo a lo más bajo. Y todavía no tocamos fondo, ese es el problema".

"La gente de Bimenes, muchos de ellos, dejaron las casas para comprar pisos en otros concejos limítrofes. Lo que queda en los pueblos es gente mayor. La gente que llega ahora no es una solución de futuro. Hay honrosas excepciones, también hay gente trabajadora, pero gran parte de ellos vienen como a buscar una oportunidad. Lo primero que hacen es ir al Ayuntamiento a ver si hay algún bono social, a ver si hay algún bono de luz, un bono de calefacción... Luego quieren comprar una cabañina en el quinto pino y quieren tener luz, tener agua, unas cosas que no pueden ser. La gente compra una cabañina por 20.000 euros y luego quiere hacer una casa y eso no es terreno edificable. Si tienes una cabaña, tienes una cabaña. En la gente que llega no hay solución de continuidad. Con ellos no puedes contar, es pan para hoy y hambre para mañana".

La "Y" de Bimenes

"Si somos egoístas, para el concejo la ‘Y’ de Bimenes vino bien. Pero si piensas un poco más allá eso fue un despilfarro. Imagínate lo que costó, más de 160 millones de euros para ahorrar diez minutos de viaje. Sobran ya las palabras. Un despilfarro más de los fondos mineros. No la hicieron por nosotros, no nos hagamos a trampas al solitario. Fue para dar salida a la cuenca del Nalón y conectarla con Villaviciosa. No hay apenas tráfico, cuatro coches por el verano de alguno que va a Rodiles a la playa. Tampoco sé si nos ayudó. La población sigue menguando. Sabes que dicen que las carreteras a veces en vez de favorecer que llegue gente favorecen que la gente marche".

La aldea "amadrileñada"

"Hubo un poco de movimiento de gente que vino con la pandemia. La gente que vivía en pisos debió haberlo pasado muy mal y fue cuando descubrieron que en un pueblín se estaba mejor. Pero bueno, muchos de ellos ya están volviendo otra vez. Estuvieron un año muy a gusto, sí. Pero no es gente que tenga arraigo a la zona. Luego suele ser gente que va con otra mentalidad, choca con los lugareños, son distintas filosofías de vida. Ahora en Bimenes lo que más ves es el cartel de ‘Se vende’ y normalmente compran madrileños, gente de fuera. Y lo que estamos viendo son aldeas ‘amadrileñadas’. Gente que compra una casina de corredor muy guapa y cuándo vas a los dos o tres años puso una cristalera de lado a lado y un toldo amarillo delante. Debería de haber políticas para controlar eso porque los pueblos a veces parecen favelas. Habría que respetar la arquitectura tradicional y no se pone mucho empeño en eso. Es un problema de Asturias, no sólo de Bimenes".

El paraíso matorral

"El paraíso natural que venden, en realidad para la gente que vive en los pueblos, todo el mundo te dice, es como de cartón piedra. ¿Qué hay detrás? Antes ahí había prados, ahora se ve todo maleza. Donde antes había camperas ahora es todo artos y cotoyas por todos los lados. Con la despoblación, la gente no trabaja el monte y así está todo. Tengo fotos que sacaba desde la casería nuestra en La Rubiera que se ve todo Peñamayor. Contabas prados por todos los lados. Ahora está completamente tapado, es como si fuera todo un castañéu, tiénenlo sin trabajar. Peñamayor antes estaba mucho más cuidado. Pero ahora no te dejan hacer una quema, no te dejan hacer nada. Las ovejas no pueden andar por ahí sueltas porque, encima, el lobo está protegido. O una cosa o la otra. Si las vacas o las ovejas no pueden pastar, no pueden andar por el monte y el lobo está protegido, vas acabando con todo. Eso la gente no lo entiende. Desde que se llevan las cosas desde Oviedo, o ya desde Madrid, peor. La gente, antes, sabía cuándo había que quemar, cuándo había que hacer una batida de lobos… Pero ahora esto no tiene ni pies ni cabeza. De eso se queja la gente: ¿quién va a hacer una ganadería cuando no puedes tomar medidas contra el lobo? Eso es una manera de acabar con la pequeña actividad que podía surgir. Le quitan las ganas al más pintado".

Teletrabajadores

"La solución al despoblamiento del medio rural es muy complicada. Pero no se soluciona con gente que vaya a trabajar a las casas con el ordenador, por decir que hay gente en una casa. Porque el problema es que el paisaje, los montes y los prados van a ser una pira cuando haya un incendio. Porque no es gente que vaya a trabajar del campo. Va a estar en el campo, pero no va a trabajar campo. Les van a llegar les ortigues y los artos hasta la casa, hasta el corredor. No hay gente que vaya a trabajar en la ganadería como antes. ¿Quién es el valiente que se pone ahora, con los precios que hay y con todas las trabas qué ponen a los ganaderos? Pero si el mismo gobierno está alentando que no se consuma carne… ¿Dónde vamos a parar entonces? La gente mayor acaba y no tiene relevo. Algún joven que hay, más que nada porque le gusta por la tradición. Pero eso no quieren ese empleo ni los inmigrantes, gente que viene de Colombia o de Ecuador y que a lo mejor se dedicaban a esto en su país y tampoco lo quieren. El problema es muy difícil. Desde luego la solución no la tengo. Tendría que ser un programa nacional dedicado a ello. Pero primero tendrá que ir a los sitios que están peor: Teruel, el desierto de las Bardenas.... Y cuando llegue Asturias, a Galicia o León ya no quedará nadie".

Los recursos locales

"Bimenes tiene la sierra de Peñamayor, que pertenece a tres concejos: Nava, Bimenes y Laviana. Eso podría ser un potencial turístico que había que aprovechar, pero está un poco apagado. Cada concejo hace la guerra por su cuenta, el Principado tampoco está muy implicado en ello y entonces eso no funciona. También está el polígono Xenra, que se aprovechó para concentrar ahí las pequeñas industrias del concejo. Están, por ejemplo, los ascensores ATI, una empresa modelo en el concejo porque apostó por nuevas tecnologías. Otra cosa que funciona en Bimenes es el Palacio de Martimporra, está a pleno rendimiento y es la joya de la corona del concejo. Ahí tiene una cuadrilla de gente para bodas y eventos. Es un foco de riqueza. El palacio es una maravilla, de finales del siglo XVII y está en perfecto estado. Es todo un ejemplo para el concejo y para toda Asturias. Solo hay que ver los palacios cómo están, cayendo, en ruinas, en venta. En Bimenes, en ese sentido, ahí tenemos que estar muy orgullosos del palacio.

Ilustres locales

"En el Palacio celebramos todos los años los premios de la asociación San Diego de la Fontanina, con su presidente Manuel Vega a la cabeza. Son los premios más importantes de Bimenes, y este mes de noviembre se dieron a título póstumo a Manuel Arboleya, un pintor que tiene obra en el Museo de Bellas Artes y fue maestro de pintores. Bimenes tiene personajes ilustres que hay que dar a conocer como Salvador Gutiérrez Ordóñez, de la Real Academia Española, catedrático de Lingüística. También está Melanio Asensio, el primer atleta olímpico asturiano, recientemente fallecido. Este año el premio también lo recibió una joven yerbata diseñadora de moda María Menéndez (su marca es "La Raposa") que se está abriendo paso en un mundo muy difícil".

El asturiano

"Esti añu precisamente se cumplieron los 25 años desde que se declaró la oficialidad del asturiano en Bimenes, siendo alcalde Joaquín García. Como promoción está muy bien, pero a efectos prácticos prácticamente nada. El problema con la cooficialidad del asturiano en Asturias es que aquí tenemos el bimenetu, el habla de Bimenes. Tien unes característiques propies. Es un idioma dentro del propio asturiano, por la famosa inflexión metafonética y otras cuestiones más que sabría explicales mejor que yo Salvador Gutiérrez, académico de la RAE. En vez de decir muyeres decimos muyeris, en vez de vaques decimos vaquis, en vez de Melendreros decimos Melendrerus. Sin embargo, se está promocionando el bable de la Academia, el asturiano central, el bable unificáu, el bable normalizáu, el bable artificial, como se quiera llamar. Entonces el asturiano de caleya, el asturiano que se habla en los pueblos, en les cases, el que yo mamé de guaje ¿dónde está? Teníen que saber explicarlo mejor esos de la oficialidad. Por hacer un idioma artificial no puedes acabar con el resto de les hables. Vamos a hacer oficial del asturiano normalizáu pero los demás van a morir. Eso la gente no lo quier. Un amigo que fue a un curso de asturiano decíame que antes teníamos el español arriba. Y nosotros estábamos a un segundo nivel con el bable, se reíen de nosotros. Y ahora resulta que vas a pasar a un tercer nivel. Primero estará el castellano, el segundo va a ser el asturiano normalizáu y luego lo que habla la gente".

"¿Y la obligatoriedad? Eso ya sería el colmo. Que llegue uno de Oviedo al médico y le diga: hazme el informe, pero en asturiano central. O que para ser sepulturero de plantilla te exijan el tercer nivel de asturiano. Eso no puede ser".