Yonatan inventa la nueva manera de subir y bajar

"Hablo como hablaba mi güela Guillermina, eso ye una joya que tienis"

ASTURIANOS EN BIMENES: Jonathan Sierra

Julián Rus

Eduardo Lagar

Eduardo Lagar

Yonatan Sierra, presidente de Ascensores ATI, pioneros en el desarrollo de elevadores controlados por voz y por reconocimiento facial. Este ingeniero de minas encabeza una empresa yerbata de veinte empleados que destaca por su innovación tecnológica, que ahora aspira a exportar al País Vasco en alianza con otra empresa. También es un comprometido defensor de la variante local del asturiano, que heredó de su güela Guillermina Alegría, y profesor de Matemáticas.

"Tengo 39 añus y nací en Vigo, pero la familia entera ye de Bimenes, unus de San Julián y otrus de Canteli. Soy ingeniero de minas, estudié en Oviedo. Nací en Vigo porque mi padre trabayó en la empresa de ascensoris de Thyssen como delegado. Estuve allí hasta los trece años. Mi padre trabayaba toes les horis del mundo y dijo que, pa trabayar pa otru estis horis, mejor trabaya pa él. Decidió montar la empresa aquí en Asturias. Soy fíu únicu, pero tengo otru hermanu, que ye la empresa. Y ahora la llevo yo. Además de fabricación, también hacemos mantinimientu, que ye el secreto de que les empreses de ascensoris no hayan quebrado ninguna y ya pasamos por dos crisis. España e Italia son los dos únicos países con mantinimientu obligatoriu mensual".

"Mi padre vio que en Gijón, donde tenemos la oficina, cuando hubo la revolución industrial tardía aquí en Asturias, hicieron muchísimos edificios sin ascensor. Y vio la jugada de poner ascensor donde no había. Muchísimos pusimos: 300 o 400. Tienes que buscar el nichu tuyu. Nosotros en obra nueva no entramos. En lo que ye sota, caballo y rey, no. Los ascensoris están normalizaos y ahí no puedes entrar porque el preciu de les empreses grandes igual ye la mitad que el tuyu, sin exagerar. Nuestro mercado fue de la rehabilitación a medida. Ye donde vas al centímetro. Donde el de la multinacional ofrez un ascensor estándar y pierde centímetros porque tien que ofrecer el estándar y yo ofrezco hasta el milímetro. Entós el que quiera escuchar y que no se quede solo con el nombre, pues ahí entramos. Porque, de preciu, somus seguro que más baratus y de mejor calidad".

"Yo quería dar un extra. Y haz dos años, con el tema del covid, pensamos además en manejar el ascensor con voz y con reconocimiento facial. Vender un ascensor que suba y que baje ye muy normal. Si non destaques en algo, no te compren... Entonces colaboramus con la Universidad de Oviedo y conseguimus el añu pasadu un proyecto y que nos dieran una subvención. Y ahora tamos también para hacelu en realidad aumentada. Pa que vayas con la tablet al cliente y pueda ver cómo queda el ascensor instaláu. En dos o tres meses pensamos tenelu. Aquí no se para".

"Nosotros montamos la caja y diseñamos la interfaz con el usuario. Para el reconocimiento facial y de voz, lo que diseñamos ye una inteligencia artificial que controla el ascensor. ¿Reconozte? Sí. Entós ya pulsa virtualmente por ti. Tú llegues allí y ya te reconoz. Eso sí, tienes que dame 15 o 20 fotos para programala. Y tienes que decime el vecino que yes. Por ejemplo, el del quinto. Nada más llegar, si tas en la planta baja, automáticamente te abre les puertes, entres y ya te sube al quinto. Y si tas en el quinto ya te baja abajo. Hay algo que todavía no tenemos estudiao: si soy el vecino del quinto y quiero visitar al del segundo, pues de momento tienes que pulsar manualmente. Pero eso son les menos de les vecis. La voz, lo mismo. La idea surgió de Alexa. La inteligencia artificial del ascensor va analizando les palabres de diez en diez y si en eses palabres escucha la palabra clave, que ye ‘ascensor’, y un número, llévate al pisu. El ascensor no almacena nada, ni la cara ni la voz, no hay posibilidad de que mañana alguien venga y diga: ‘Esti hombre montó cinco vecis y mira la foto’. No. El aparatu ye tontu. Reconozte, pulsa y ya no sabe quién yes tú. De voz tenemos instalados ya cuatro, y de reconocimiento facial, uno".

"Hay una fase de esta empresa que ye hacer reuniones las comunidades de propietarius. Yo tengo el lujo de tener a gente en la empresa que fai eso. Yo soy feliz programando, peleándome con el ordenador. Y ahora metime también a profesor de instituto. Soy interino, cogí media jornada de profesor de Matemáticas en Ribadesella. Tuvi una crisis existencial cuando el covid, tuvi nueve diis ingresado en el HUCA bastante jodíu. Con oxígeno, pero en planta. Pero la cabeza da mucho pa pensar. Toi seguro que no me pasaba casi nada, pero la cabeza no hacía más que pensar. Apetecíame ser profesor y no me lanzaba no sé por qué. Pues lanceme. Ahora ya estoy siendo profesor y voy feliz".

"Apetecióseme. Llegabis a casa y faltábate algo. Por suerte, millonario nun voy a morrer y tampoco me importa no selo. Tengo una guaja de 6 años y yo no me veo diciéndo-y: ‘Candela, hay que ser millonaria’. Véome diciéndo-y: ‘Candela, hay que ser feliz’. En la medida de lo posible. La mi felicidad nun ta en coger para hacer 50 ascensoris más al añu. Ta en diseñar un ascensor que esté chulo. Que si no me lo compra nadie, no me permite seguir diseñando, pero nosotros ya tenemos trabayu para un añu, por eso lanceme a ser profesor. Con una seguridad que ye esti añu en la empresa pue vese la salida".

–Usted habla un asturiano con la característica inflexión vocálica de Bimenes. ¿Por...?

–Ye un convencimientu. Hubo una época en la que hablaba castellano. Cambiábate el chip y en cuanto veíes a alguien desconocíu, castellano. Mi padre decíame que hay que vender ascensoris, y en Oviedo, no sé si sois de Oviedo, el castellano ye más importante que el asturiano. En Gijón, no. Pero ya llega esti momento en que hables como hables. Y acompléjente lus que hablen castellano y lus que hablen asturiano también. Hay alguno que te diz: no lo hablis correcto. Y ye verdá, no lo hablo correcto. Hablo el asturiano de Bimenes, donde cambien les terminacionis sobre todo. Yo voy perdiendo. Mi güela hablaba más asturiano que yo, mi padre habla menus que mi güela pero más que yo... Al final vas perdiendo. Hablo así porque me presta decir que soy de Bimenes, aunque haya nacido en Vigo. Queda muy pedante, parezco aquí un filósofo, pero tiénes-y un cariño a cómo habla to güela. Mi güela morrió y ahora todo lo que tienis de ella ye como una joya. Y la manera de hablar, como me reconozco en cómo hablaba ella, no la pierdo por nada.

–¿Y su hija Candela habla algo de asturiano?

–Nada. La guaja tien 6 años y cometí el error casi de metela por ello y ahora tien un rechazu... Dígo-y: ‘Candela, yes asturiana, pues hablar asturiano’. Y me diz: ‘Ya, pero en Asturias también hablamos castellano’. No soy capaz. Tengo amigus que ya me dijeron: ‘Déjala que ya volverá’. Pero, oye, habla castellano con el verbo haber. En casa del herreru, cuchillu de palu.