Cabrales no sólo sabe a cabrales. La cocinera Lola Inguanzo, que lleva el apellido del pueblo donde reside, ha creado un bombón de chocolate que va camino de convertirse en un pequeño distintivo gastronómico del concejo. Son los “Urriellinos” y se llaman así porque, efectivamente, tienen la forma del Urriellu.

“Como a mí me gusta mucho la cocina, pensé en hacer un postre cabraliegu, sin más. Pero no sabía cómo”, explica Lola Inguanzo, la creadora de este dulce que apenas lleva un año en el mercado. “Pensé en otros ingredientes. Chocolate no fue el principio, pero oí hablar de los vulcanitos y ahí me surgió una idea. Vulcanitos, montañas de chocolate… Así que me introduje en el mundo del chocolate y fui practicando. Fui a Bilbao a formarme con David Payàs y luego me asesoré con Tino Helguera y fui haciendo pruebas con él”.

El urriellín es un bombón de chocolate con leche que imita la forma del Picu Urriellu. Lleva una fina capa de chocolate blanco en su cumbre que imita la nieve. En relleno es una mezcla de avellana y maíz tostado, kikos, que le da una textura especialmente crujiente. El molde salió de las manos del artesano ceramista cabraliego Miguel Carrascal.

“La verdad es que llevamos apenas un año y todos en Cabrales lo acogieron genial”, explica David Menéndez Inguanzo, hijo de la creadora de los Urriellinos, que ayuda a su madre en la fabricación, promoción y distribución del nuevo bombón cabraliegu. “Sí, lo acogieron genial, nos lo pidieron para venderlo casi sin conocerlo. Ahora se vende en establecimientos de Cabrales, pero también en Posada de Llanes, en Llanes villa, en Benia de Onís y en El Entregu”, explica Xuan quien espera que estos bombones le permitan cumplir su sueño de seguir viviendo y trabajando en Inguanzo, su pueblo natal. “Estuve en Oviedo tres años, estudiando un módulo de grado medio en mecanizado, luego en un pueblo de Siero de carpintero y ahora me gustaría intentarlo aquí, aprovechar esta oportunidad que tengo con los Urriellinos de vivir y trabajar en el pueblo donde de nací”.

Asturianos en Cabrales: Lola Iguanzo JULIAN RUS

Ahora, para lograr que parte de los ingredientes sean autóctonos, han plantado avellanos para que, en cuanto empiecen a dar fruto, puedan convertirse en parte del relleno de los Urriellinos. “Los bombones de chocolate se venden muy bien porque, en verano, se vende a turista. Pero pal tardíu, pa septiembre u octubre, ya tienes alguna boda. Trabajamos mucho con bodas”, explica Xuan Menéndez Inguanzo. “Como se venden en cajas de 2 o de 4 son buenos detalles para las bodas. Y también para Navidad. La primera boda donde se dieron como regalo fue de dos chicos de Inguanzo, amigos nuestros de toda la vida. Y a raíz de aquello, casi sin publicitarlo todavía mucho, ya tenemos encargos para bastantes bodas. Es un buen detallín”.