Irene Muñiz, geógrafa, miembro de la Asociación del Hórreo Asturiano. Nacida en Candás hace 24 años, se formó como geógrafa y experta en desarrollo territorial en la Universidad de Oviedo. Colabora con la Asociación del Hórreo Asturiano, impulsada en 2016 en Candás por Víctor Manuel Suárez, y junto con el arqueólogo Fernando Mora ha desarrollado una ruta con documentación accesible a través del móvil en el pueblo allerano de Casomera, con la que divulgan toda la historia que almacenan estos centenarios graneros elevados.

La geógrafa candasina Irene Muñiz forma parte de la Asociación del Hórreo Asturiano, dedicada a promover la conservación de los hórreos y paneras de Asturias, de los que existen 14.566 ejemplares, según el primer censo presentado el año pasado por la Consejería de Cultura. También, a largo plazo y en alianza con otras regiones españolas y portuguesas donde estos graneros elevados son distintivo de su cultura tradicional, aspiran a que la Unesco los declare Patrimonio Cultural de la Humanidad. Irene está contribuyendo a ello.

"El trabajo que hago en la Asociación del Hórreo Asturiano básicamente es elaboración de rutas e itinerarios relacionados con la innovación en la divulgación del patrimonio etnográfico vinculado a los hórreos y paneras. Junto con mi compañero Fernando Mora hicimos la ruta de la etnografía y la memoria con códigos QR en Casomera (Aller), y ahora queremos extenderla a Pelúgano". (Se trata de un itinerario por el pueblo donde el visitante encuentra en cada hórreo y panera un indicador con esos códigos. Así, a través del móvil, accede a documentación escrita o en formato vídeo sobre cada granero elevado).

"Fuimos trabajando en colaboración con los vecinos. Primero hicimos un trabajo de campo para ver qué ejemplares de hórreos y paneras había en la zona y cuáles nos interesaban, que al final eran todos. Pero no teníamos información de todos. Entonces, una parte se hizo grabando vídeos con los propietarios y, con los que no pudimos, incorporamos el acceso a una ficha técnica que hizo Fernando. En los vídeos quisimos resaltar toda la historia familiar, toda la memoria oral, vinculada a los hórreos. Veíamos que la gente conocía el hórreo, pero no conocía la historia que había detrás. Al grabar con los vecinos y pedir testimonios te das cuenta de que tienen muchísima historia, que llevan siglos viendo la vida de los pueblos pasar. Algunos de ellos hasta 400 años. Y, pese a ello, los propios propietarios no saben muchas veces la historia del hórreo".

"Al hórreo no le damos valor pese a que es el emblema de Asturias. Está tan presente en el paisaje, en los souvenirs turísticos, en las campañas promocionales, que no le damos importancia. Y, además, existe cierta tendencia a despreciar aquello que venga del medio rural. Yo soy joven, tengo 24 años, y lo veo a mi alrededor: hay un desconocimiento enorme del patrimonio asturiano. No solo etnográfico, también paisajístico y cultural. Muchas veces tendemos a salir fuera de Asturias y de España y no conocemos lo que tenemos aquí".

"El futuro del hórreo lo veo bien. Hace unos años igual te hubiera dicho lo contrario. Pero ahora, por el trabajo que estamos realizando por los pueblos, y por lo que nos cuentan la gente y los propietarios, vemos que las generaciones más jóvenes y las familias que tienen un hórreo están interesadas en mantenerlo, en conocer de ello. Muchas veces nos preguntan a nosotros incluso sobre el propio hórreo que lleva en la familia muchos años, porque ellos no lo saben. El futuro es bueno, pero hay que andar con pies de plomo porque, aunque la gente esté por la labor, esto es un trabajo a largo plazo".

"Nosotros tenemos en la asociación el proyecto ‘Ayalga’. Ponemos en contacto a personas propietarias que quieran donar un hórreo, por lo que sea, con otras personas que quieran tener un hórreo. Hay mucha demanda. Nos llegan muchos correos preguntando. También hay mucha gente interesada en reparar su hórreo. Pero no hay muchos maestros horreros en Asturias, y en algunos casos hay una lista de espera de año y medio. Se ve que la gente tiene interés en conservarlos y en conocerlos".

"En la labor de conservación del hórreo es importantísimo darlo a conocer. Tú no puedes pretender conservar algo que no tiene interés para la gente. Y, además, algo que está en el medio rural, que está en proceso de abandono total. Para empezar, hay que desarrollar una labor de difusión importante y luego abrir la mano a nuevos usos, pero sin olvidar que los hórreos no dejan de ser un granero del medio rural vinculado sobre todo al paisaje. Los hórreos están vinculados a una casería en la zona de la costa, y en los pueblos del interior incluso están dentro de la aldea. Y hay que respetar ciertas normas de construcción. Pero sí se tiene que abrir la mano porque los tiempos han cambiado, no estamos como hace 200 años".

"El hórreo es el emblema de Asturias y forma parte del paisaje asturiano. Y hay que tener en cuenta los diferentes estilos, las diferentes tipologías que están asociadas dentro de Asturias a unos territorios concretos. No es lo mismo un hórreo del Occidente, de Allande o de Grandas de Salime, que un hórreo en Cabranes. Hay una marca paisajística importante en cada uno de ellos".

"Todos los paisajes están modificados por el hombre y sus actividades. No encontramos las mismas actividades en la zona de Gozón o de Carreño que en Cangas del Narcea. Al final, el hórreo es una imagen de la sociedad de cada sitio y de las actividades económicas que había en cada lugar. Los hórreos de Allande no son igual que las paneras de Carreño, donde la pintura con la que están decoradas era la que se utilizaba para las lanchas de la mar y que conseguían intercambiándola por maíz o patatas. Al final, el paisaje te está contando cómo es la historia y la sociedad de ese lugar, cómo son las personas que hay en ese determinado territorio. No es lo mismo el paisaje de los Picos de Europa que el paisaje de la costa occidental asturiana. A pesar de que Asturias es muy pequeña, hay muchos tipos de paisaje, y todos están relacionados con un modo de vida concreto".

"Somos una comunidad autónoma que, turísticamente, vivimos del paisaje. Precisamente por esa imagen de marca de Paraíso Natural hay que cuidarlo, mantenerlo y divulgarlo. Por ejemplo, a los lagos de Covadonga hay una oferta turística en la que subes en autobús viendo el paisaje desde la basílica hasta los Lagos, pero no te explican cómo se formaron esos paisajes. No te hablo a nivel geológico, hablo de cómo el hombre, los pastores de los Picos lo fueron transformando a lo largo del tiempo".