Julio Blanco, director de la asociación de armadores que ha conseguido el certificado MCS de pesca sostenible para el pulpo del Occidente. Julio Blanco, pescador e hijo de un marino mercante como tantos en Ortiguera, capitanea la asociación Arpesos de armadores, que ha logrado darle un vuelco a la pesca del pulpo en el Occidente al lograr el cotizado certificado MSC de pesca sostenible. Son un ejemplo de cómo se puede revalorizar un producto local de altísima calidad que antes casi pasaba desapercibido.

Un grupo de pescadores de Tapia de Casariego, Viavélez, Ortiguera, Puerto de Vega, Oviñana, Figueras y Luarca, agrupados en la asociación de Armadores de la Pesquería del Pulpo con Certificado de Sostenibilidad (Arpesos), han conseguido darle un giro radical a la pesca del pulpo en la costa occidental asturiana gracias a la obtención del certificado de calidad otorgado por el Marine Stewardship Council (MSC), la organización mundial independiente sin ánimo de lucro que establece el estándar para la pesca sostenible. El año pasado, estos pescadores del Occidente renovaron una certificación obtenida hace seis años, la primera en el mundo para el pulpo y la tercera en España en el sector pesquero (las otras dos tienen que ver con la anchoa del Cantábrico y el bacalao). Esta iniciativa es un ejemplo a seguir de cómo se puede revolucionar el mercado de un producto local de altísima calidad que, hasta la fecha, los profesionales asturianos casi estaban regalando. Ahora se ha convertido en una delicia muy cotizada por la que los pescadores ingresan casi el triple. Lo cuenta todo Julio Blanco Álvarez de 56 años, pescador de Ortiguera (Coaña) y presidente de Arpesos.

" La historia del pulpo con certificación MSC empezó hace 8 años o 9 años atrás en el Ceder Navia Porcía (el centro de desarrollo de la comarca). Entre todas las cofradías salió la idea de hacerse con el sello de MSC. Contactamos con la consejería de Pesca y con Germán Campal, el director del ceder Navia-Porcía y todos los componentes de su equipo, y empezamos a intentar sacarlo adelante. Fuimos trabajando poco a poco con el Centro de Experimentación Pesquera y también con biólogos de la Universidad de Oviedo. Estuvimos ahí tres o cuatro años gestionándolo y hace 6 años, por fin, conseguimos la primera certificación de MSC. Fuimos los primeros en todo el mundo que logramos el sello de MSC del pulpo".

"El pulpo es el de siempre, pero lo que ocurría era que no se estaba dando al producto la importancia que tenía. Entonces, al entrar en este sello, cogió una importancia que fue asombrosa. Nosotros ni siquiera nos lo esperábamos. El pulpo que normalmente se vende por aquí viene de Marruecos y de por ahí abajo. Es un pulpo muy grande, pero no sabe igual que el nuestro. No comen los mismos pastos y eso se nota".

Julio Blanco Julián Rus

"Nosotros hacemos básicamente lo mismo que hacíamos antes, lo que pasa es que nos exigen más cosas. Hay que llevar un control con el pulpo para que sea pesca sostenible. Lo primero, nada más podemos pescar pulpo, si cogemos otras especies tenemos que volver a soltarlas al agua para no influir en el ecosistema. Nos piden eso y más cosas. Nos piden exagerao, pero vamos haciéndolo. El pulpo tiene que tener una medida que hay que respetar. El pulpo pequeño, cuando entra en la nasa, tenemos que tirarlo al agua para que siga viviendo. Si no, estamos matando la especie. Eso es lo principal. Después, también el cebo que ponemos para el pulpo tiene ciertas condiciones, no sea que fastidiemos a otras especies, como puede ser la caballa o la sardina, que es normalmente lo que se usa. Estamos utilizando cebo artificial, ya no tiramos tanto de estas otras especies para no influir en ellas".

"El precio ha cambiado radicalmente. Antes se vendía por kilos, quitando a lo mejor algunos pulpos de dos kilos que se separaban. Pero el resto quedaba todo junto. Con la certificación, lo que hicimos fue separar el pulpo a la hora de venderlo. Hicimos cuatro lotes: el que va de un kilo a kilo y medio; otro de kilo y medio a dos kilos y otro de dos kilos en adelante; después está el lote que llamamos de pulpo despatado, al que le faltan algunos raxos de los ocho raxos que tiene el pulpo. Ese es el inferior, el despatado".

"El pulpo antes no lo valorábamos. Igual pescabas 100 kilos y sacabas 300 euros, a una media de 3 euros el kilo. Ahora, con el sello de calidad, eso ha cambiado. Una de las cosas que hicimos fue cambiar el sistema de subasta, que antes las hacían las cofradías y ahora las hacemos nosotros, los pescadores que estamos adscritos al sello. Normalmente las subastas de otras especies parten de un precio y luego va bajando. Nosotros hicimos al revés: nosotros ponemos unos precios mínimos al pulpo y a partir de ahí las empresas que quieran el sello de calidad pues tiran para arriba".

"Claro, esto para los pescadores es lo mejor. Así, antes el pulpo salía el kilo por 3 o 4 euros, pero ahora estamos subastando el pulpo de kilo o kilo y medio, sobre los 9 o 9,40 euros. El cambio fue espectacular. Lo que pasó es que empezamos valorar una especie que teníamos, pero a la que no le dábamos importancia. El pulpo es un marisco que tiene mucha aceptación, pero no tenía el valor suficiente y con la MSC cogió mucho valor. En el norte de Europa, sobre todo, se consume mucho este tipo de producto. No son como nosotros, que cogemos la marca blanca de los productos. Ellos miran mucho que tenga este sello de pesca sostenible".

"El sistema de subasta el pulpo nos permite calcular los ingresos que tenemos. Si cojo, por decir algo, cien kilos y sabes que el pulpo mediano andará por los diez euros, sabes que sacarás mil euros y fallarás por muy poco. Cuando estás en la mar ya puedes calcular, es otro aliciente. Salvo con el pulpo, cuyo precio lo pongo yo, con los tiempos que corren cada día vamos a peor en la pesca. El gasoil se está poniendo a unos precios que dentro de poco no me merecerá la pena salir a trabajar, me valdrá más quedarme en casa pues a la hora de vender el pescado a la rula va ser igual que gaste mucho o poco, serán los compradores los que pongan el precio en la subasta. Sólo con el pulpo no nos pasa eso".

"Las cofradías no son los amos del sello, somos las embarcaciones que estamos dentro de esa certificación. No están todas ahí. El sello es nuestro y es muy bonito sí, pero también lleva muchos gastos. Cada 5 años hay que hacer una re-certificación del sello y nosotros pagamos 45.000 euros para tenerlo. Eso lo tienen que pagar las embarcaciones".

"Nosotros, además estamos trabajando con el Centro de Experimentación Pesquera, en Gijón, como con la Universidad de Oviedo, que están estudiando el sector. Porque el problema que realmente tenemos es que no sabemos el stock que hay de pulpo, la cantidad de alevines que hay. Por eso los biólogos están haciendo los estudios correspondientes para ver de qué stock disponemos. Si hay un stock muy grande, podremos coger mucha cantidad de pulpos, si es pequeño entonces habrá que reducirlo".