Laviana tiene medio cuerpo en el cráter económico industrial que dejó la reconversión minera y la otra mitad en el medio rural asturiano. Es la puerta del Alto Nalón, donde empieza a terminarse el severo impacto urbanístico que dejó el aluvión demográfico desatado al calor de la hulla. Entre los concejos más poblados del Nalón es el que menos vecinos ha perdido en este siglo, "apenas" un 12 por ciento en estas dos últimas décadas, lo que tratándose del valle del Nalón podría considerarse hasta una buena cifra. Es no quiere decir que en Laviana no se haya sentido, y mucho, en lo económico y en lo emocional, el ocaso minero. Pese a ello, si abrimos el foco, es uno de los diez municipios asturianos que hoy tiene más población que en 1950.