Rocío Díaz Martínez Arquitecta. Aunque nació en Oviedo su familia está muy vinculada a Muros, donde ella reside desde hace 15 años y a donde acudió a veranear desde que tenía 4 años. Como arquitecta, ha diseñado buena parte de lo que se ha construido en el municipio en lo que va de siglo.

En "La muerte contada por un Sapiens a un Neandertal", el segundo libro conjunto entre el escritor Juan José Millás y el paleoantropólogo Juan Luis Arsuaga, el primero relata un encuentro con un guardabosques. Los tres hablan de la vida. El episodio es el siguiente:

"El guardabosques González decía en esos momentos:

–Todos tenemos dos vidas; la segunda empieza cuando te das cuenta de que solo tienes una.

–¿Y entonces? –preguntó Arsuaga.

–Entonces, lo único que quieres tener es una casa en Asturias".

Al punto, Millás, que tiene casa en Muros de Nalón desde los años noventa del pasado siglo, añade: "Me sentí afortunado, pues tal era mi caso".

Algo parecido le ocurre a la arquitecta Rocío Díaz Martínez, vinculada al concejo como veraneante desde que era niña y residente en Muros con su marido, Julio Félix y sus tres hijos,Yuri, Vital y Alejandra, desde hace quince años. De su mano como arquitecta han salido buena parte de las construcciones que se han hecho en el municipio en este siglo. Su último trabajo es la delicada y elegante rehabilitación del histórico hotel Brillante de San Esteban, un proyecto del empresario Fernando Artime, ahora convertido en emblema hotelero de la zona, y que ha devuelto la vida un alojamiento de referencia con huéspedes ilustres como el poeta Rubén Darío. Así ve Rocío el concejo de Muros:

"Nosotros vivimos algunos años en Madrid y, a veces, estamos mi marido y yo sentados aquí en el porche y nos decimos: ‘Seguro que ahora tenemos a algún amigo metido en el metro de Madrid y nosotros aquí’. En Muros tenemos una calidad de vida espectacular. A mis hijos se lo digo todos los días: ‘Hijos, vivimos en el paraíso, no penséis que esto es normal; no es normal, pero nos acostumbramos y creemos que es normal".

Un punto de unión familiar. "Yo soy de Oviedo, pero desde que tenía siete años veraneaba aquí. Mis padres vinieron a veranear a Muros porque el padre de mi padre, mi abuelo, trabajó en el puerto de San Esteban y siempre le quedó esa añoranza de San Esteban. Mi abuelo, de hecho, se vino a jubilar a aquí. Mi padre y mi abuelo se hicieron una casa en Muros. Algunos de mis hermanos viven aquí, pero otros, que están en el extranjero, también se hicieran casa en Muros. Porque tengo hermanos viviendo por el mundo entero. Dos están casados con japoneses, una vive en París y otro en Alemania. A mi padre le encantaba Japón y, fíjate, algo les debió transmitir a ello, jajaja. Muros, digamos, es nuestro punto de unión".

"Hará unos quince años, mi marido y yo, que vivíamos en Oviedo, también nos hicimos una casa aquí y veníamos los fines de semana y todos los domingos nos parecía una pena tener que marcharnos. Cuando se abrió la autovía decidimos quedarnos definitivamente. Pensamos que, para nuestros hijos sería bueno venir aquí al colegio y, además, yo tenía mucha obra por la zona. Ahora tengo el estudio en mi propia casa".

El cambio de la autovía. "La apertura de la autovía fue un cambio radical. Recuerdo cuando venía con mis padres, de niña, por la carretera, por Grado. Era terrible. Con la autovía yo diría que, en los últimos 15 años aquí se construyó más que en los 40 años anteriores. Fue un municipio que dejó de estar en el Occidente de Asturias para incorporarse al Centro".

"La comunicación por carretera está fenomenal. Mi marido, que es médico en el hospital de Cabueñes, tarda menos desde aquí que cuando vivíamos en Oviedo. Conozco una chica que antes vivía en Avilés y ahora alquiló en Somao y tarda menos en llegar al trabajo que cuando vivía en el centro de Avilés".

Las otras comunicaciones. "Muros tiene la autovía, pero la comunicación por otros medios está fatal. El transporte público, tanto en autobús como en tren, es malísimo. Y eso afecta mucho, por ejemplo, a la gente joven de aquí que está estudiando fuera. Uno de mis hijos, por ejemplo, quiso hacer formación profesional y nos tuvimos que ir a vivir a Oviedo un par de años porque no tenía combinación para llegar a las clases. Tengo otro que trabaja en Gijón y, a lo mejor, sale a las siete y no logra llegar a casa hasta las diez de la noche. Con Oviedo y Gijón hay una combinación horrible tanto en autobús como en tren. Por eso, la gente joven cuando tiene que ir a estudiar fuera, acaba marchándose a vivir fuera".

"Con las telecomunicaciones estamos igual. Dicen que van a poner pronto la fibra óptica, pero aún estamos esperando. Eso es importante porque en los últimos años está llegando mucha gente que la necesita para trabajar. La nueva ley de telecomunicaciones dice que antes de junio del año que viene todos los pueblos asturianos tienen que estar con fibra óptica, pero ya van tantas promesas que hasta que no lo vea no lo creo. A mí, por ejemplo, me falla muchísimo, igual me quedo dos días sin ADSL. Y para mí es mortal. Con el móvil me pasa lo mismo, estoy hablando, pero de repente puedo no tener cobertura. Vivo a dos kilómetros del ayuntamiento, pero en una zona que está poblada. Esa es una demanda fundamental".

Un lugar para criarse. "El concejo dio un cambio muy grande. Cuando veníamos a veranear había algunas casas de veraneo, de familias así grandes como la nuestra, pero, sobre todo, la población era gente de Muros de toda la vida. Ahora han venido muchos vecinos de fuera y creo que se ha hecho una buena labor de integración. Cuando yo vine, en el colegio había muy pocos niños que no fueran de padres del pueblo, pero ahora ya hay muchísimos niños de familias que se han venido a vivir aquí. Cuando llegué, en el colegio habría 60 o 70 alumnos, ahora hay más de cien".

"Cuando vinimos a Muros nuestro hijo mayor tenía 12; el siguiente 10 y la tercera tenía 7 años. Les chifló, les encantó. Yo pensaba que el cambio les vendría fenomenal. Si volviera a tener hijos ahora, tendría clarísimo que irían al colegio a Muros. Un colegio pequeño, al que podían ir en bici, con un profesorado buenísimo…".

"Luego aquí, actividades deportivas las hay prácticamente todas. Creo que mejor que en una ciudad, fíjate. Y la Escuela de Música. De pequeña fui al Conservatorio y aquí voy a clase de piano y, personalmente, para mí una de las fortalezas del concejo es la Escuela de Música, a la que va gente desde tres años y hasta los ochenta. Tenemos un profesor muy abierto de mente, con el que lo mismo estudias jazz que blues".

Dos concejos en uno. "Desde mi punto de vista, sociológicamente, Muros son dos concejos. Está San Esteban y está Muros. La gente de Muros somos más de vivir en las casas. Socializamos, pero no somos tanto de estar en la calle como en San Esteban. En San Esteban, donde siempre se hicieron pisos, la gente es mucho más de salir. Creo que tiene mucho que ver con su tradición portuaria. Mira, aún tengo una tía en San Esteban que tiene 103 años y cuenta muchas aventuras de su marido, de cuando traía telas y aquellos bañadores que no había en ningún otro sitio. Creo que los de Muros somos más del pueblo y los de San Esteban más de calle".

Puerto y pasarela: una ría con futuro. "San Esteban fue durante años la cloaca de las Cuencas y todavía está empezando a resurgir, pero creo que no ha resurgido del todo. Mi opinión como arquitecta es que San Esteban da mil vueltas a muchos pueblos de alrededor. Pero sigue siendo desconocido. Incluso en el entorno más próximo. Cuando mis hijos empezaron a estudiar fuera hasta en Avilés le preguntaban que dónde estaba Muros, que dónde estaba San Esteban. Y San Esteban tiene un encanto impresionante".

"Aquí hay dos cosas fundamentales para el futuro de San Esteban. Por una parte, la construcción de la pasarela peatonal con San Juan de la Arena, de la que se lleva hablando treinta años, pero no se acaba de hacer nunca. Esa pasarela peatonal creo que es fundamental. Y, en segundo lugar, desarrollar aquí un gran puerto deportivo. La zona tiene un gran potencial. Mi hijo estuvo trabajando en Irlanda en un sitio muy parecido a lo que tenemos aquí y allí tenían a 2.000 niños haciendo deportes náuticos, kayak, paddle surf… Nosotros somos muy de piragua y subimos hasta la isla de los kiwis y bajamos. Es súperseguro, no hay ningún peligro. Hay una empresa que en San Esteban montó rutas y una escuela de paddle surf y tiene gente sin parar. La ría tiene un potencial muy grande y está completamente sin explotar. Este sitio, en otro país o dentro España, en otro lugar, estaría súpercuidado, pero para cualquier cosa son miles las pegas que surgen".

"Yo creo que todo eso ayudaría a romper la estacionalidad turística. Cuando alguien se plantea hacer un apartamento turístico o algo para alquilar, los cálculos que hacen giran sobre 100 días al año. Verano, Semana Santa y algunos fines de semana. ¿Pero por qué no planteárselo para 200 días? Por ejemplo, ahora al hotel Brillante de San Esteban está llegando mucha gente extranjera, de Suiza, de Suecia, de Alemania, que vienen en invierno y para ellos esta zona es maravillosa”.

El patrimonio paisajístico. "Digamos que San Esteban es la parte más urbana, pero Muros tiene la parte del patrimonio paisajístico, que es impresionante. Yo entiendo que mucha gente que compró aquí su segunda residencia se quede a vivir en Muros. Tiene muchos atractivos. Aparte de la playa de Aguilar, que es muy turística y a donde viene gente de todos los sitios, también tenemos otras playas apenas conocidas. Aquí, debajo de mi casa, está la playa de Las Llanas y seguimos siendo las mismas familias que llevan cincuenta años viniendo, somos cuatro gatos. Y luego está la senda costera. En invierno es muy tranquilo y en verano hay mucha gente, puedes tener problemas para aparcar en la playa de Aguilar, pero desde luego esto no tiene nada que ver con el Oriente, con Cudilllero en pleno verano”.

Una casa para el futuro. "Creo que aquí ha habido un desarrollo urbanístico muy ordenado. Además, en ese sentido el Ayuntamiento siempre ha sido muy exigente. En mi opinión no se construyeron grandes bloques, casi todo fueron viviendas unifamiliares".

"Además de buenas comunicaciones por carretera, buen transporte público y buenas telecomunicaciones, para captar población también hay que ofrecer buena vivienda. Hasta hace poco, la vivienda que se ofrecía en los pueblos era una vivienda rústica. Se buscaba lo asturiano, lo tradicional. Pero ahora la gente ya busca casas con mucha luz, abiertas, más modernas. Ya no buscan casas de piedra en las que tengas que poner un montón de radiadores para calentarlas. Ahora quieren otro tipo de vivienda, por supuesto respetando el entorno. Y ahora la gente pide casas pasivas y arquitectos y promotores estamos ofreciendo eso. No podemos estar en el siglo XXI y construyendo como en el XIV, sobre todo desde el punto de vista energético. Creo que ahí está el atractivo y, ahora mismo, eso con una buena comunicación y buen transporte público los que tienen aquí segunda residencia se instalarían el año entero. Serviría para atraer a un tipo de población, profesionales. Yo he tenido clientes con este perfil que se han venido a Asturias a vivir".