Navia es una isla de prosperidad en mitad de una comarca, sobre todo los concejos del interior, que viven perseguida por un despoblamiento que se va haciendo más y más acusado a medida que se remonta el río Navia por una carretera maltrecha y laberíntica, la AS-12, que lleva a una Asturias en serio peligro de extinción. Navia es, en una comparativa que ya hizo fortuna, nuestra Alemania occidental, el oasis industrial en una comarca seriamente tocada por la lejanía hasta que se abrió la Autovía del Cantábrico y por la severa reconversión del campo, su sustento tradicional. Todos respiran optimismo en Navia. El optimismo que aporta un buen empleo.

La clave de Navia es su sector industrial, apoyado en tres potentes pilares: la factoría láctea de Reny Picot en Anleo, la papelera de Ence Navia y los astilleros Armón, que recientemente se convirtió en el mayor astillero privado de España tras hacerse con Barreras, en Vigo. En total, 1.413 empleos industriales en un concejo de 8.300 habitantes. Aunque es verdad que no ha conseguido que su población se incremente, Navia ha mantenido su censo prácticamente intacto desde los años 50 del pasado siglo XX. Solo ha perdido un 3% de habitantes, todo un logro en los tiempos que corren.

Dinero llama a dinero, y lo mismo que los empleos industriales crecieron en las dos últimas décadas (de 1.267 puestos a 1.413) el sector servicios también ha incrementado su peso dentro de la economía naviega, y ahora sostiene 1.834 puestos de trabajo cuando al comienzo de este siglo daba empleo a 1.515 personas. El comercio, oxigenado económicamente por los buenos sueldos y la estabilidad de la industria naviega, es el principal creador de empleo dentro del sector terciario. El concejo naviego, que llegó a estar el tercero en el ranking municipal de renta familiar, ahora ocupa el octavo lugar, al lado de los grandes municipios tractores de la economía asturiana, los del gran núcleo urbano del centro regional.

Eso sí, Navia no se ha librado del hundimiento generalizado del campo en toda la región. En la Alemania del Occidente había 739 personas viviendo del sector primario en 2001 y que hoy en día sostiene 337 empleos.

Por lo demás, una sociedad próspera y bien articulada en torno a las actividades deportivas y culturales. Un lugar donde la tasa de natalidad supera en dos puntos la media regional y la tasa de nupcialidad la duplica.