"Puerto de Vega tiene una gran tradición musical. Siempre hubo orquestas, siempre hubo música. Uno de los primeros grupos de rock en Asturias, que fueron ‘Doberman’, nacieron en Puerto de Vega a principios de los ochenta".

"En 1983, un grupo de amigos del pueblo, también rockeros, decidieron montar aquí el festival Unirock. Aquellos jóvenes querían traer el rock a Puerto de Vega y hacer un festival cómo se hacía en otras ciudades más importantes. Pero era una época complicada para que un pueblo tan pequeñito comprendiera lo que era el rock and roll, lo que era un festival más allá de las típicas verbenas y tal. En 1984 se hace el segundo y aquello se tuvo que parar. Empezaron a surgir una serie de presiones. Entrevistamos a los fundadores del festival, que todavía viven excepto uno, y nos contaron cómo había sido. Imagínate los primeros años ochenta. No hacía mucho que estábamos en democracia. La gente aún tenía una mentalidad muy antigua. Al día siguiente del festival, alguna gente del pueblo decía que los hombres que habían ido al concierto se habían liado con mujeres y que cuando se terminaban las mujeres pues, como no había más, los hombres se liaron con los hombres. Era una idea que había calado. El festival se celebró en el campo de fútbol, que queda en la parte de arriba del pueblo. Pues decían que se veía una nube de humo que envolvía toda aquella zona de lo que la gente se estaba drogando y fumando y tal. El clima al final era insoportable. Los promotores lo pasaron bastante mal, la verdad. Eran gente muy joven, de veintipocos años"

"Treinta años después justo, un grupo de personas decidimos empezar en 2013 recogiendo la semilla de todos aquellos y mantener el nombre de Unirock. Nos constituirnos como asociación y empezamos a celebrar en agosto un festival de música que pronto hará diez años. Era ya otra época, todo fue muchísimo más fácil. Nosotros siempre tuvimos un apoyo general. Siempre que hacemos cualquier cosa, prácticamente está a tope. Es algo que el pueblo siente como muy suyo. Mucha gente todavía recordaba aquel festival de los ochenta y pervivía en el corazón de muchos".

"Desde 2013 en adelante tenemos un crecimiento sostenible, pero exponencial, bastante importante. Con la pandemia no pudimos hacer festival pero este año ya lo recuperamos otra vez. En el festival tenemos actividad a lo largo de todo el día. Calculamos que por el pueblo pasan ese día (este año fue el 20 de agosto, con las actuaciones de “El Drogas”, “Fe de Ratas”, “Unexpentance” y “Monasthir”) entre 3.000 y 4.000 personas".

"Nosotros diferenciamos el festival de una sesión vermut por la mañana, que está pensada para la gente como más del pueblo, para tener una conexión de fiesta tradicional. Va gente de todas las edades y siempre con una banda de rock and roll haciendo versiones. La parte más original del festival es un tributo al rock nacional e internacional que hacemos en un camión por diferentes partes de Puerto de Vega y donde participan más de 100 personas".

"Otra de las actividades que hacemos es un concurso de versiones dónde se juntan grupos que pueden ya estar creados o gente que junta para hacer una versión de una canción. La particularidad del concurso es que tienen que llevar al rock de una canción que no sea rock, que no tenga nada que ver con el rock. Habitualmente participan 20 o 25 grupos. Este año lo hicimos en el parque de Puerto de Vega y había unas 600 personas más o menos. Nosotros trabajamos todo el año con venta de lotería, merchandising, una campaña de socios y el Ayuntamiento también colabora con nosotros. Todo el dinero que vamos sacando a largo del año va para financiar el festival"

"El rock se mantiene muy vivo en Puerto de Vega. Estuvo muy vivo en las familias, se fue transmitiendo de padres a hijos. Pasó a formar parte casi de la esencia del pueblo. Es difícil encontrar una familia donde no haya un músico o varios. Eso hace que la gente quiera participar en el tributo, o que en el concierto del tributo del camión participen hasta niños de 9 años tocando la guitarra con padres que están tocando la batería".

"En la zona en la que estamos, tienes que tener una propuesta o muy atractiva o muy consolidada para atraer a la gente. Eso solo lo da el tiempo. Por ejemplo, el surf en Tapia es algo consolidado. El Descenso a Nado en Navia también, lleva más de 60 años celebrándose. Nosotros ahora tenemos también esa meta. Estamos intentando consolidar el festival a base de años. Pero la propuesta tiene que ser buena y profesional. El del rock y el del heavy es un público muy fiel. Nosotros siempre tenemos una masa de seguidores, de gente que nos apoya. Y, lo que te digo, el pueblo ve como suyo el festival".

"Nosotros ahora vemos un problema gordo para llegar a los grupos de edad entre los 15 y 25 años. Esta gente es otra generación, tienen otra mentalidad, viven en un mundo totalmente diferente. Yo tengo 39 años, pero el mundo de la gente de 15 a 25 años ya no es el mundo que yo viví, ni por el acceso a redes, ni por el acceso a material musical. Yo todavía fui de esos que para poder escuchar un disco lo grababa en cassette. Yo soy de aquellos que sufrí el no poder escuchar discos porque no tenía dinero. Nosotros todavía crecimos con la época del grunge y teníamos raíces en el rock y el heavy metal. Después, ya fuimos adentrándonos más en estilos más extremos, pero a día de hoy eso no existe. Ahora el tipo de música que se difunde y que conecta con la juventud es el trap o el reguetón. Aquella generación que creció con el rock de los 80 en España, aquel boom absoluto de grupos como ‘Barón Rojo’, ‘Barricada’, ‘Obús’ o ‘Leño’, es algo que ya no existe. Es algo que ahora se murió, pero todavía mucha gente lo vive con mucha nostalgia. Por eso hacer un festival como el nuestro, donde damos cabida a todas esas generaciones, para ellos es muy importante, porque encuentran su lugar".