Ela Nowakowska, vecina de Sirviella. Polaca de nacimiento, estudió en Edimburgo Gestión de los Recursos Marinos. Allí conoció a su marido, Simon Hainey, un inglés de Manchester que trabajaba en la industria petrolera escocesa. Pero un día, hartos del estrés, decidieron cambiar de vida. Con sus dos hijos, Jojo y Marlo, se han instalado en el pueblo de Sirviella y tienen en mente un proyecto de agroturismo ecológico.

“Al final nos quedamos en Asturias un poco por casualidad. Nosotros ya habíamos venido hace igual diez años, cuando yo estaba embarazada con el primer hijo, que se llama Marlo. Luego nació la niña, que se llama Jojo. Nos enamoramos de Asturias, pero entonces todavía no éramos capaces de hacer la mudanza. Y volvimos a Inglaterra y nos quedamos allí un par de años pero, al final, volvimos en 2018”.

“Volvimos con una caravana con el plan de viajar por toda Asturias, buscando un sitio, una finca para comprar. No teníamos tan claro exactamente dónde queríamos estar y vivir. Pero al final nos quedamos en esta casa de Sirviella. Al final creo que nos fuimos en la caravana dos veces nada más. Ahora llevamos cuatro años en esta casa, la alquilamos, pero todavía buscamos algo para comprar. Deseamos algo con más terreno para cultivar. Para vivir y trabajar desde el mismo sitio. Ahora, con esta casa y con los niños en el colegio local, no nos da tanta gana salir del concejo. Y me imagino que ya conocéis el plan ecoturismo que se ha puesto en marcha en Onís y creo que hay bastantes oportunidades para desarrollar algo con éxito relacionado con la sostenibilidad y otra manera de vivir. ¿No?”

“Para no solo gastar lo que tenemos acumulado para comprar la finca, Simon Hainey, mi marido, trabaja ahora un poco de albañil. Y le gusta, pero la idea, el plan, es comprar una finca bastante grande para montar un negocio relacionado con la huerta y el cultivo sostenible. Para que la gente visite la huerta, para que conozca mejor la generación joven de dónde proviene la comida nuestra, cómo se cultivan las cosas… Para que puedan pasar un fin de semana o un día en el campo”.

“Nosotros nos conocimos en Escocia, en Edimburgo, donde yo estudiaba yo y él trabajaba. Simon es de Manchester, del norte de Inglaterra. Yo soy de una ciudad que se llama Opole, en el sur de Polonia, estudié Gestión de Recursos del Entorno Marino, creo que algo así es en español. Mi marido trabajaba en la industria de los combustibles, ¿se dice así? ¿En una petrolera? Eso. Pero estaba tan decepcionado, tan aburrido….”

Ela Nowakowska Julián Rus

“Simon es ingeniero mecánico y trabajaba con los proyectos de construcción de toda la infraestructura que se pone debajo del mar. Tenía un buen puesto. Haciendo ese tipo de trabajo se gana mucha pasta, pero también tienes mucho estrés. El último año de su trabajo eran un estrés enorme para Simon porque tenía que estar disponible las 24 horas al día y te llaman a todas horas. Por eso te pagan bastante, porque se supone que vives para trabajar en vez de trabajar para vivir. Simon trabajaba en esa industria donde no le molaba la cultura que había, que es una cultura de mucha pasta, de comprar coches de estos más lujosos. Y él no. Aguantó otros dos años y más no podía seguir”.

“Nosotros entonces estábamos interesándonos por la ecología, nos empezaban a interesar otras cosas y el trabajo no encajaba con las ideas que teníamos. Y después de tener los niños, más aún. Eso te cambia la mente. Nos gustó Asturias porque es muy parecida a Escocia por el clima y del paisaje, pero con mejor temperatura”.

“Cuando lo dejamos, el golpe financiero económico que aceptamos fue bastante importante, pero la verdad es que el estilo de vida lo disfrutamos más, aunque tengamos menos dinero. Al revés que la gente de Escocia: ganan muchísimo, pero es una vida que ya no queríamos vivir. Aquí en Asturias es un sitio maravilloso para cultivar cosas, para reducir tu huella de carbono. Porque se puede producir tu propia comida. Yo no soy capaz de imaginar ya a los críos en otro sitio. Mis hijos está bien que vayan a Polonia con mis padres, para que practiquen el polaco un mes de verano, pero mis padres viven en una ciudad donde mucha contaminación. Porque en Polonia todavía tenemos el carbón. No, no. Están muy bien aquí. Ellos ya son más asturianos que nada”.

“Onís es una zona muy rural. Estamos muy lejos de las ciudades. Tenemos a Santander por un lado y Oviedo y Gijón por otro lado, pero estamos a hora y media. Antes buscábamos fincas por todos los lados, incluso más cerca de la ciudad, pero al final te acostumbras a vivir donde estás. Es un sacrificio que aceptamos. Estar un poco más lejos de los centros culturales y los aeropuertos, pero lo con la vida hecha del pueblo, más despacito, más sano, para ser con calma”.

“Cuando llegó a España me sorprendieron muchas cosas. Por una parte, la burocracia me sorprendió. Se parece mucho al sistema de Polonia que todavía, piden muchos papeles, muchas preguntas. Hay que saltar muchos pasos y es un poco complicado comparado con Inglaterra. Lo que me sorprendió del lado positivo es cómo nos aceptaron en la comunidad local y sobre todo en la escuela, que casi no nos preguntaron nada. ¿Queréis matricularlos en el colegio? Genial, genial, genial. Pueden empezar mañana y vamos a rellenar los papeles. Y dentro de tres meses los niños hablaban español, increíble”.

“Pues nada, hasta otra, vamos a encontrar una finca muy bonita por la zona y la próxima entrevista que hacemos sería de la huerta. ¿Sí?”