Sergio Suárez directivo de La Peruyal y miembro del colectivo Selleros. Sergio Suárez, de 36 años,es consultor de calidad de productos digitales, trabaja desde casa para el mundo, y forma parte de una nueva hornada de jóvenes parragueses que trata de dinamizar la sociedad local.

Sergio Suárez González (Arriondas, 1986) es consultor digital. Trabaja desde su casa en la capital de Parres en el testaje de páginas web y software desarrollado por grandes empresas nacionales e internacionales. Trabajo aparte, pertenece a una generación de parragueses treintañeros que se está volcando en reactivar la vida social del concejo. Es integrante del colectivo Selleros, fundado en 2014 para recuperar la esencia de la fiesta de Les Piragües y fomentar la implicación vecinal. Además, participa en la nueva directiva de la asociación La Peruyal, que organiza la fiesta que se celebra los próximos días 29, 30 y 31 de julio.

Crisis de juventud. “Arriondas ye un pueblu muy joven. No ye Villaviciosa, con un casco históricu muy vieju. Ésta ye una villa a la que vino mucha gente de los pueblos de alrededor durante los años cincuenta y sesenta. Digamos que después de la guerra vivió un cierto boom y alrededor de eso se hicieron muchas empresas, mucha cooperativa del mueble sobre todo. En los sesenta, setenta, ochenta y noventa el pueblo vivió una época ascendente. Y eso, en una villa tan joven, causó un cambio demasiau bruscu que se dejó notar en la fisonomía de Arriondas, que también sufrió cambios muy rápidos coincidiendo con la época de bonanza de la construcción. En 15 años dio un cambio casi total".

"En Arriondas había un parque, el de la Llera, que se hizo a principios de los setenta y que era muy guapu. Cuando llegaron los años dosmil había muchu dinero y se hizo uno nuevo. Pero la gente, a día de hoy, no lu puede ver. Ye un parque que no era como el de antes, que tenía sus zones verdes".

"Indudablemente, la intención sería para hacerlo mejor, pero fue un intento de hacerlo demasiáu modernu y no sentó nada bien. El parque de la Concordia ye preciosu y enlaza con el parque de la Llera, que era preciosu. Pero también hicieron una pasarela de dudosu gustu y peor mantenimiento".

La plaza del cañón de Arriondas, con el Ayuntamiento al fondo. Julián Rus

“Después, parez que también hubo demasiada construcción en aquella época. Y mira que te digo que mi padre era constructor, eh. La fisonomía del pueblu cambió muy rápido. A día de hoy hay cosas que no se hicieron todo lo que bien que se debieron hacer. Son eses coses que dices tú: si lo hubiéramos hecho mejor igual sería un pueblu en el que se reflejara mejor la gente. Pero son coses del aquel boom”.

De paso. "El aspecto de la villa cambió muy rápido. Eso coincidió con la entrada en servicio, primero, de la variante de Arriondas y, después, con la llegada la Autovía del Cantábrico. Arriondas siempre fue un sitiu de pasu. Antes pasaba tou el tráfico por aquí. Pasaban autobuses, iban muchos a Covadonga. La gente paraba a comer, a merendar, a desayunar. La hostelería vivía de eso tou el añu. La gente venía por la carretera nacional N-634, por el interior, y Arriondas estaba en un nudu de comunicaciones, bien sea para los Picos o bien para la zona de la costa, Llanes, Ribadesella…"

“Arriondas era un sitiu de pasu y también para salir en el Oriente. En les discoteques que había aquí siempre hubo muchísima más gente en comparación con los demás pueblos de alrededor. La discoteca Toype, a principios de los dosmil, ya iba cerrando, pero en los noventa estaba todavía muy arriba. En los setenta y ochenta el Toype era lo más en el Oriente. Llegó un momento, en los noventa, en que llegó a haber tres discoteques. Pa un pueblu que no llega a los 3.000 habitantes, tú echa cuentes".

Les canoes en la capital de Les Piragües. "Ahora la gente que va a pasar el día a Llanes va por la autovía y no para en ningún lado. Ahora Arriondas dejó de ser un pueblu de pasu que tenía también su industria en las cooperativas del mueble, ahora casi tou son canoes. Arriondas es un destino de primer orden en cuanto a turismo activo y de naturaleza".

"Al principio, a finales de los noventa, el de les canoes era un turismo, digamos, más llevaderu en cuanto a que eran empreses pequeñines que estaban dentro de la villa. Era como más de andar por casa. Después, el boom de las canoas fue estiráu y sigue al día de hoy. Siempre se dijo aquí que algún día explotará, pero de momento no explotó. Hay mucha gente bajando el Sella y la gente de Arriondas está acostumbrada. Pero siempre piensas que lo ideal sería que no hubiera tantos bajando el Sella ciertos días, que fuera más espaciado. La mayoría de los chavales de Arriondas, y no tan chavales, todos más o menos trabajamos alguna vez en les canoes. Pero ye eso: un trabajo de verano, no hay más, puede ayúdate si estás estudiando una carrera y quieres sacar un dinero. Pero ye un trabaju muy estacional y bastante intensu pa lo que ye".

Empleo. "Los polos de trabajo en Arriondas digamos que son el hospital comarcal, que genera empleo de bastante calidad, y Quesería Lafuente. Y también está el Mercadona, que tiene bastante gente trabajando. Cuando cerró Arias, compró la fábrica de Arriondas Quesería La Fuente, una empresa cántabra, y sigue dando trabajo. Yo tengo unos cuantos amigos de mi pandilla trabajando ahí. Ahora sobre todo trabajan para Mercadona, hacen la marca blanca. También hacen para más empresas. La fábrica la fueron ampliando y modernizando poco a poco”.

Todos juntos. “Aquí tou lo que sea tema de asociaciones funciona. Es por eso que te decía de que Arriondas es una villa muy joven. Toda gente que vino de los pueblos rápidamente tuvieron que ayudarse unos a otros y eso creó un sentimiento de comunidad muy importante. La sociedad La Peruyal refleja ese sentimiento de hermandad perfectamente. La Peruyal nace como una pequeña reunión de amigos que quería una fiesta que uniera a la gente de Arriondas y del concejo. La Peruyal lleva 73 años de historia, ye algo muy míticu de aquí. Cuando naces, antes de metete en el registro ya te está haciendo de La Peruyal”.

Selleros. “Cuando Dionisio de la Huerta empezó a organizar la fiesta de Les Piragües, lo pensó como una cosa entre amigos, que empezara de abajo y fuera horizontal, que cualquiera que viniera se pudiera identificar con la fiesta, del país que fuera. El colectivo Selleros nació en 2014. Éramos un grupo de chavales de aquí que coincidíamos haciendo coses cada uno por nuestra cuenta y decidimos unirnos. A día de hoy el colectivu sigue fuerte, tenemos más de mil socios. No es que nosotros fuéramos los salvadores de la fiesta, nosotros queríamos aprovechar el mal momento por el que pasaba, sobre los años dosmil, pa retomar el Sella más primigeniu, el de Dionisio. Animamos a que la gente de Arriondas mirara pal desfile. En Arriondas siempre hubo a tradición de engalanar los balcones. Que la gente ponga les banderes en los balcones ya te está indicando que está totalmente volcada, que está participando en la fiesta con entusiasmo".