Llegan los tiempos de levantarse con los pájaros y acostarse con los grillos

"Está viniendo gente de otros países de Europa buscando calidad de vida"

ASTURIANOS EN QUIRÓS: Alba María Rodríguez

Eduardo Lagar

Eduardo Lagar

Alva María Rodríguez, responsable del Museo Etnográfico de Quirós. Licenciada en Historia y en Turismo, esta quirosana «hasta la sexta generación» es la responsable de una joya bastante desconocida: el Museo Etnográfico de Quirós, ubicado en San Salvador, a un paso de la capital quirosana. Está construido en torno a las ruinas de la siderurgia que a finales del siglo XIX llevó la modernidad a Quirós y también el trazado ferroviario que con el tiempo se convertiría en la Senda del Oso.

Por primera vez desde la década de los sesenta del siglo XX, el número de vecinos empadronados en Quirós lleva creciendo dos años consecutivos. Desde la pandemia de 2020, este concejo que ahora tiene 1.207 vecinos, registró 50 nuevos residentes, algunos de ellos parejas jóvenes con hijos. No importa tanto la cantidad como el cambio de tendencia, que también se está registrando en otros pequeños concejos rurales de Asturias después de una epidemia mundial que confinó en la ciudad a millones de personas y supuso para muchos una auténtica crisis vital. Alva María Rodríguez Fernández, responsable del Museo Etnográfico de Quirós, es testigo de ese aún tímido regreso a la vida en los pueblos. De hecho, ella misma se anticipó y ya en los años noventa del pasado siglo volvió a la tierra que habían abandonado sus padres. Así lo cuenta:

"Yo soy el fruto de la gran migración años 60 y 70 a la ciudad, de las políticas aquellas de industrialización y paternalismo. Mis padres se marcharon a Oviedo en los años 60. Yo nací en los 70 y me crie en Oviedo, pero toda mi vinculación sentimental y familiar estaba en Quirós. Todos los fines de semana, fiestas de guardar y vacaciones venía para Quirós, a casa de mis güelos y de mis tíos, en Coañana y en Casares. Tengo una pata en cada sitio. Yo soy carraguau y afumá. A los de Coañana los llaman afumaos y a los de Casares, carraguau".

"Aunque también estudié Historia, mi primera carrera fue Turismo. Mi primera vinculación laboral con la zona, con 22 años, fue como monitora de turismo rural la Escuela Taller Valles del Trubia. En 1998 salió una plaza para el primer museo etnográfico, el que estaba ubicado en Bárzana, y ahí sigo".

"El Museo Etnográfico de Quirós, sin menospreciar a ninguno, posiblemente no sea de los más conocidos, pero es uno de los de mayor versatilidad. Hay patrimonio etnográfico, patrimonio industrial (está emplazado junto a los restos de la antigua siderurgia quirosana, por la que se hizo el ferrocarril que luego se transformó en la Senda del Oso) y también se hace un guiño al patrimonio inmaterial: todos los textos están en quirosano y en castellano. Curiosamente, tenemos un montón de grupos franceses. Después de la pandemia, tenemos un touroperador francés que trae aquí a unas 500 personas al año".

"Aunque teníamos vivienda en Oviedo, cuando murió mi padre compramos la casa en Quirós porque estaba decidido que queríamos venir a vivir aquí. Por nuestro hijo, sobre todo, que queríamos que tuviera una educación y una vivencia muy diferente a la urbana. Queríamos que mamara la esencia de vivir en un pueblo. También por la seguridad y la tranquilidad. Mi hijo ya está casado, tiene 28 años, es taxista aquí en Quirós. También él se quedó. Su mujer trabaja en Teverga. Somos de los que nos mantenemos en el mundo rural".

"Fue absolutamente un acierto criarlo aquí. La educación de una escuela del medio rural es casi personalizada, con una calidad nada que ver con una en Oviedo. Al ser pocos, reciben mucha más dedicación. No por vivir en el medio rural dejamos de tener las mismas oportunidades. Te lleva un poco más el desplazamiento, cierto. Pero hasta ahí".

"Antes, venir a Quirós eran dos horas por una carretera estrecha y con camiones cargados de carbón. Luego arreglaron la carretera y ahora te lleva 45 minutos. Pero también te digo que a mayor comunicación mayor emigración, aunque sea una contradicción. Así pasó en todos los valles. Cuando estaban bien comunicados, en vez de aprovechar esa oportunidad de estar a nada del centro, emigraron. Ahí influyeron muchos factores. El primero, que durante mucho tiempo nuestros padres nos decían: ‘Hijo, no seas lo que yo soy, no seas ganadero, mira a ver si te buscas una oficina en la ciudad’. Y ahora mucha gente se está dando cuenta de que es justo lo contrario, que no por trabajar en una oficina de ocho a tres y de cuatro a diez tienes mejor calidad de vida. Hay gente que vino aquí, por ejemplo, a hacer pan artesano, y otros con sus empresitas, que les va muy bien. Estoy convencida que todos los que vienen y se establecen en Quirós tienen muy claro que prefieren estar a 45 minutos de una ciudad que vivir a cinco minutos del barullo. Siempre lo digo a los madrileños que vienen: yo vivo en un sitio privilegiado, que es una Reserva de la Biosfera, a cuarenta y cinco minutos de Oviedo. ¿Cuántos de vosotros podéis decir lo mismo? No hay cosa con más valor que esto de levantarte con los pajarinos y acostarte con los grillos, como digo yo. Bajo mi criterio esto es calidad de vida".

"Creo que ya se tocó fondo y que volvemos a repuntar. Se ven cosas. Por ejemplo, ahora se creó una empresa de alquiler de bicicletas, también hay una lavandería dedicada a las casas rurales, una herrería, está la empresa de pan ecológico y luego también está viniendo mucha gente de fuera, fíjate. De otros países de Europa. Se está repoblando mucho gracias a esa gente, que algunos tienen familia. Están regenerando. Los que yo tengo controlados son profesionales que trabajan desde aquí, que lo que necesitan es una buena conexión digital. Saben que viven en un territorio que pertenecen a una Reserva de la Biosfera, pero luego están a cuarenta y cinco minutos de Oviedo".

"La llegada de gente nueva ya se estaba produciendo antes de la pandemia, pero con la pandemia fue de locura. Se notó la llegada de gente nueva. No son muchos, pero para Quirós es mucho. Son gente que invierten aquí, compran las casas, las rehabilitan y eso genera ingresos para todos, para el Consistorio, para los almacenes de construcción… Pues, mira, hay quince niños en Infantil y la mayoría son de gente que no vivía aquí habitualmente. Descendientes de quirosanos que retornaron o gente que vino de fuera o que se casó aquí. La gente busca calidad de vida. Es eso, reducido al mínimo común denominador. No busca más que eso y, además, con el aliciente de la cercanía a la ciudad y una buena conexión digital, que el cable ya llegó hasta Bárzana".