César, un agricultor de cabecera y la prueba de la berza

"En Asturias lo tenemos todo para ser una superpotencia de la huerta"

ASTURIANOS EN RIBERA DE ARRIBA: César García

Julián Rus

César García Diéguez, agricultor ecológico «de cabecera». César García encarna el potencial agrícola que tiene la vega de Bueño, que hasta mediados del siglo XX fue la despensa de Oviedo. En la finca La Fuelga, este productor ecológico de proximidad cultiva las hortalizas que luego sirve en cestas semanales a decenas de familias en Oviedo, que son sus clientes habituales, además de abastecer a una tienda y dos restaurantes.

"Me llamo Cesar García Diéguez, tengo 52 años. Hasta los 40 trabajé en una cadena de cines. Primero estuve en Oviedo y luego siete años en Baracaldo. Yo soy de Oviedo, estudiaba Minas, pero me puse a trabayar y la carrera quedó sin acabar, hubo que buscar les lentejes. Y yo siempre fui muy cinéfilo, así que a mí ese curro del cine me iba muy bien. Trabajaba en gerencia, era un poco el coordinador de los chavales, un poco de recursos humanos, de programación, de atención al público, un poco de todo. Pero como a los doce años y pico de estar allí hicieron un ERE porque la cosa ya se estaba automatizando. Ya tiraben al formato que tienen ahora, más rollo McDonald’s, guajetes a media jornada. Y los que ya teníamos trienios ya no cuadrábamos con ese modelo. Así que nos dieron un cheque bastante guapín y con el cheque me dediqué a pensar en cómo volver a empezar la vida otra vez con 40 años".

"Así que empecé a hacer cursos de agricultura ecológica y ayudando en les huertes de otros pa ir pillando truquillos. Siempre me tiró la huertuca. Mi güelu César Diéguez tenía una bastante consistente donde eren antes los bomberos en Oviedo. Al final expropiaron-ylo pa pasar por allí la Ronda Sur. A mi güelu paso-y el progreso por encima".

"Entonces encontré esta finquina en Bueño, ronda los 4.000 metros. Ye lo que los sajones llamen un acre. Esto ye tierra de vega, una tierra negra guapa, aquí prácticamente no haz falta abonar. Está encerráu en un valle, no pega mucho el viento cuando pega. Caen unes xelaes de la Virgen, pero eso ye bueno. En invierno tien que xelar y en verano tien que hacer calorín".

"Me certifiqué en el Copae como ecológico, pa poder decir que lo haces todo bien, como debería de ser. Aunque, en realidad, a los que deberíen de pedir papeles ye a los que echen venenos. El que lo haz normal no tendría que estar ahí pidiendo permisos ni auditándose. Pero bueno".

"Hay ahora una corriente, el market gardening, que ye hacer una agricultura totalmente respetuosa con lo tradicional en cuanto a no usar químicos ni híbridos ni coses rares. Todo eso, pero aplicando técnicas más actuales. No estar con la fesoria de toda la vida. Aprovechar mejor los espacios, hacer unos cultivos más intensivos, digamos, y no basarlo todo en un monocultivo".

"Intentamos guiar un poco a la gente que nos compra para que se vuelvan a dar cuenta de que hay que comer de temporada. De que no puede ser que haya tomates todo el añu a tu disposición. También se trata de ir a vender a mercaos, que yo de momento no lo estoy haciendo, pero acabaré yendo al Fontán. La intención es que, en vez de médico de cabecera, seas un agricultor de cabecera".

"Cultivo mucha variedad y poca cantidad en cuanto a tener una oferta amplia para vender, sobre todo, cestas a domicilio, que es lo que yo hago. También llevo los productos a una tienda ecológica en Oviedo, Alma Orgánica, y luego a un par de restaurantes, el Balcón de Bueño, que está aquí al lado, y a Pedro Martino, en Las Caldas".

"Se hace una cesta semanal que se reparte a domicilio en Oviedo. Tengo muchos tipos de clientes, desde familias a gente soltera de treinta y tantos, pero todos tienen un perfil en común: que están muy preocupados por lo que comen. Y que compran cosas de kilómetro cero, que se cosecharon cerca y no pasaron por una cámara, que no tuvieron procesos artificiales para conservase. Lo que me suele decir mucho la gente es: ‘Oye, yo con tu lechuga flipo, con la otra en dos días está para tirar y la tuya aguanta en la nevera y está como el primer día’. Claro, no pasó por esos procesos raros que hacen de mete-yos gases para que aguanten. Lo de siempre, que se vende por los ojos. Pero esto no ye pa los ojos, ye pa la boca. La gente que me compra se fía. Muchos me compren a ciegues y no me pregunten qué va a venir en la cesta. Y como ye una finca que está al lado de Oviedo, muchos vinieron a verla, saben de dónde vien lo que comen; de dónde comen".

"La finca la compré en el 2008 y luego estuve como seis meses poniéndola a funcionar. Estuve investigando mucho por internet a ver cómo se podía sacar partido de lo que tenemos aquí en Asturias, que tenemos la mejor tierra y el mejor clima para ser una superpotencia de la huerta. Lo que no hay son finques grandes, como cuando bajes ahí a Castilla. Y respecto al clima, el mejor lo teníamos hasta ahora, porque está siendo una locura estos últimos años. El cambio climático va cuesta abajo y sin freno".

"Es que se nota de un añu para de un otro. Pero brutal. Los ciclos que llevaba mi güelu ya no valen a día de hoy. El calendariu ya no ye el mismu que haz treinta o cuarenta años. O lo pones antes o lo pones después. Cuando haz calor, haz mucho calor. Cuando llueve, llueve todo a la vez. Una muy típica ye la de les berces. Les berces duren tou el añu y se vuelven a poner cuando espiguen. Hacíes un calendariu pa saber que en abril la berza iba a espigar, que era cuando empezaba el calor. Era cuando había que cambiala y ponela nueva. Ahora ya haz bastante años que la berza espiga en febrero, ya está tirando parriba. Y la fauna, les plagues, los pulgones, la mosca blanca… todes estes coses, que lo ves".

"Mira, una cosa de la que no me daba cuenta cuando trabajaba en el cine, como allí no libraba ningún festivo, es que no podía hacer vida normal en cuanto poder quedar a tomar un vermú con los colegas cuando todo el mundo puede. Ahí gane mucho en calidad de vida. Aquí tengo mi esclavitud, pero como soy autónomo si algún domingo digo que hoy toca vermú, puedo hacerlo. Y otra cosa muy importante, lo del biorritmo. Porque en el cine trabayabes siempre a oscures y siempre de noche. Llegabes a casa a las dos de la mañana y acabes acostumbrando al cuerpo a eso, pero no te das cuenta hasta que lo dejes y, de repente, vuelves a vivir normal. A levántate por la mañana, a ver la luz del día y todes estes coses…Yo creo que gané bastante en salud. Aquí te das cuenta de los relojes que hay en la naturaleza".