Paz está quemada por la destrucción que se cierne sobre los Oscos

"Piden ayudas contra el despoblamiento y los eólicos nos van a despoblar"

ASTURIANOS EN SANTA EULALIA DE OSCOS: Paz Prieto

Julián Rus

Eduardo Lagar

Eduardo Lagar

Paz Prieto, ferreira y guía de la ferrería tradicional de Mazonovo. María de la Paz Prieto del Álamo, nació en Jaén hace 39 años. A los 12 se trasladó a vivir a Burgos y después a Asturias para estudiar restauración artística, y ahora vive en Santa Eulalia de Oscos, donde trabaja como ferreira y, además, es la guía que muestra a los visitantes la ferrería tradicional de Mazonovo. Alerta de que este conjunto histórico está empezando a necesitar distintos trabajos de restauración para poder seguir en funcionamiento. 

"Llevo ya trece años en Asturias. Vine a estudiar conservación y restauración de bienes culturales a Avilés. La conexión con Los Oscos vino por una amiga muy enamorada de esta zona. Vinimos de rutas por aquí y, en un momento dado, pues me atreví a preguntarle a Fritz (Fiedrich Bransteidl, el ferreiro austriaco que se hizo cargo de Mazonovo en 2006) que si buscaba a alguien para trabajar en la ferrería. Y así empecé. Pero vamos, sin tener ni idea de forja. Valiente de mí, ¿sabes?".

"Voy a hacer seis años trabajando con Fritz. Encantada. Aquí me quedo sí me dejan. Me gusta mucho en lo que trabajo. Es un trabajo duro y muy físico. Pero la parte que más me cuesta, la que nos cuesta a todos los autónomos, son los trámites. Tienes que ser economista, empresario, administrativo… Si fuera solo trabajar en la forja... Con la cantidad de cosas que tenemos que gestionar, es que no nos da el día".

"Yo nací en un pueblo. Mis abuelos tenían vacas, plantaban patatas y yo les ayudaba a sacarlas. Por eso cuando vine a los Oscos yo ya sabía que el pueblo tiene partes duras, que el invierno es duro, que las casas tienen un mantenimiento constante… Pero tiene también su parte de poder vivir en un entorno en el que puedes cambiar tus horarios y no tienes ese ritmo de vida de tanto estrés. Se resume en que yo mando un poquito más en lo que hago".

"Santalla logró atraer población por varios motivos. Uno es que esta sociedad de los Oscos es una sociedad muy abierta. En el siglo XVIII, la industria del hierro, tuvieron mucha mercadería, hubo como mucho movimiento de población, siendo éste un sitio muy cerrado. Esto hace que haya una mayoría abierta a nuevas personas, sin desconfianza. Y uno de los ingredientes, y de paso le doy un homenaje porque ya no está, son personas como Pepe de Pérez (José Manuel Niño, fallecido en 2021, alma del bar tienda La Palma), que fue una persona que acogió a toda la gente nueva que vino. Para mí, personalmente, fue mi abuelo de los Oscos. Es importante que esas personas con ese poder de escucha estén en el pueblo y que te abran la puerta para que el resto te empiecen a conocer. Y luego, obviamente, esto fue un poco en cadena. Si hay gente que se viene, pues tú te vienes también y tienes esa red social para apoyarte".

"Y yo creo que podría haber venido más gente, pero hay un problema muy grande, que es la vivienda. Un problema que lo hay en todos los pueblos. Vivienda tanto para comprar como para alquilar. A mí se me caen las lágrimas viendo las casas derrumbarse. Casas que son de cinco herederos, abandonadas y piden una millonada. Nadie tiene esa visión de que una casa en pie es vida para el pueblo. Creo que los políticos deberían poner un impuesto por las casas vacías, aunque me da mucha rabia eso de las multas. Es lo de siempre: gente sin casa y las casas cayéndose ¿vaya sociedad, ¿no?".

"Yo aquí estoy encantada, pero sabrás que tenemos un problema, la amenaza de los parques eólicos. Pues tenemos unas líneas de alta tensión que no tenían que pasar por aquí. Y luego lo quieren llenar de molinos. Quieren ponerlos en un sitio donde no necesitamos tanta energía y, además, sabiendo que pierden un montón de energía por las vías de evacuación. Para mí es una especulación igual que fue la especulación del ladrillo. Estamos como pollo sin cabeza porque se acaba el petróleo y vamos a hacer esto porque las fábricas de eólicos están haciendo eólicos y hay que venderlos. Y ya veremos después, cuando se abandonen, porque ya empieza a haber parques abandonados".

"Es la principal amenaza para esa zona. Poner eólicos es hacer un montón de caminos, arrancar un montón de árboles. Y otra amenaza así potente son los cultivos de eucalipto. Igual en Santalla no nos pilla tanto porque aquí no tenemos tantos bosques para tipo de producción. En resumen, es la destrucción de los ecosistemas. Llámalo como quieras, pero el principal problema es ese".

"Hay unas políticas que todo el rato se contradicen. En Taramundi se invirtió dinerísimo público para mejorar las infraestructuras y que fuera un sitio con turismo rural. Y aparte, somos Reserva de la Biosfera. El otro día, Barbón se reunió con el presidente de la Xunta de Galicia para pedir a Europa ayudas para frenar el despoblamiento rural. Y digo yo, ¿por qué ponen entonces los eólicos? Porque está claro que nos despueblan y a todos nos afectan. Es todo el rato: ahora te digo que sí pero luego te digo que no. Estoy bastante disgustada con los políticos, no son coherentes".

"Y además estos proyectos de parques eólicos nos están dividiendo. A mí me parece un horror que todo sea dinero, pero, claro, la gente busca una rentabilidad en el monte. Y esa gente a la que le colocan un molino en su tierra dice: ‘si a mí me dan 6.000 euros al año, antes no me daban nada’. Pero son migajas. Y lo que no saben es que luego lo tienen que pagar en Hacienda y que van a tener 30 años su terreno en manos de esa gente. ¿Sabes lo que pasa? Que esos proyectos nos dividen cuando la gente es cortoplacista. Pero, claro, ahí no puedes hacer nada. Desde luego no voy a ir a convencer al vecino de que se ha equivocado porque, a lo mejor, yo también estoy equivocada ¿sabes? Quiero decir, que hay que ser humilde. Pero sí que es verdad que intento tener una visión más global, más comunitaria y más largoplacista".

"Yo creo que socialmente estamos como encerrados muy en nosotros mismos. Hay mucho desánimo, falta de optimismo, dicen: ‘Bueno, total nos lo van a poner igual’. Es la frase que oigo más. Una de esas cosas por las que yo decidí vivir aquí fue por el espacio natural y me alucina que haya gente que es de aquí y que no esté viendo amenazada su biodiversidad. Porque para mí es tan importante desde el mosquito hasta, yo que sé, las vacas, que es lo que te da dinero, vamos a poner como ejemplo. Hace falta un cambio de mentalidad. Socialmente estamos muy desorientados. No sabemos por dónde nos da el viento, por así decir".