Tamara busca el futuro en las raíces del valle perfecto

ASTURIANOS EN SARIEGO: Tamara Sanmartino

Julián Rus

Eduardo Lagar

Eduardo Lagar

Tamara Samartino, psicóloga, integrante de la Asociación de Padres y Madres del Colegio de Sariego y de la Comisión de Fiestas de Santiago. Tamara es una saregana militante, como la mayoría de los nacidos en un municipio con un acentuado sentido de la pertenencia y con un alto nivel de asociacionismo. Formada en la Universidad de Oviedo, está especializada en neuropsicología, trabaja en el geriátrico del concejo y en una clínica en Oviedo. También se ha digitalizado y tiene su propia plataforma de consultas online. 

Tamara Samartino Cifuentes, nacida en Sariego en 1982, es psicóloga. Trabaja en el geriátrico que hay en el concejo, y en Oviedo, en una clínica. Además, tras la pandemia, también abrió su propio proyecto de atención psicológica online. Es saregana militante, forma parte de la Asociación de Padres y Madres del colegio y de la Comisión de Fiestas de Santiago. Representa esa vocación asociativa de los sareganos, que les valió en 2006 el premio al "Pueblo ejemplar" de la Fundación Princesa. Un tejido asociativo, reivindica Tamara, que precisa como el comer de un centro social donde puedan reunirse y promover actividades todas estas entidades. Tamara echa una mirada a su concejo natal y esto es lo que ve:

"La autovía, por supuesto, supuso un cambio importante para Sariego, que antes era un lugar muy de paso. Todo el tráfico que iba a Villaviciosa pasaba por aquí. Antes, en la carretera general, desde que entrabas en Sariego hasta el alto de La Campa había como quince bares. Ahora la cosa quedó en dos o tres. La autovía desvió el tráfico y mejoró mucho la accesibilidad. En cuanto sales a La Masanti, a la izquierda tienes Gijón y Oviedo a menos de media hora, y, a la derecha, Villaviciosa. Estamos muy bien comunicados".

Pertenencia

"La gente de aquí, cómo decírtelo, somos... muy de Sariego. Me lo dice mi madre: ‘Todo lo quieres traer para aquí’. Digamos que los sareganos nos queremos mucho. No sé por qué es. Será porque somos un concejo muy pequeño. Hay mucho sentido de pertenencia. Lo veo a través de la Comisión de Festejos de Santiago, desde las generaciones mayores que yo hasta en la gente joven. En ellos vas notando el arraigo de lo nuestro. Cuando yo tenía su edad era igual: Sariego de primero, Sariego de segundo y Sariego de tercero".

"En Sariego no tengo la percepción de que la gente se vaya. Lo que sí he visto, de forma más acentuada en los últimos años, es que viene gente a vivir. Y eso ha tenido un impacto muy importante en el colegio. En mi época llegamos a superar los 300 alumnos. Y luego fue perdiendo y perdiendo alumnos. Bajó también la natalidad. Volví a conectarme con el colegio cuando empezó mi hija mayor, que ahora tiene 12 años. En los últimos años, sin embargo, aunque no son muchas plazas, siempre va ganando alumnos poco a poco y ahora ronda los 77 alumnos. Estoy en la asociación de padres y ahí peleamos los por servicios de conciliación. Este colegio tiene horario de 9.30 a 14.30 pero, claro, muchas familias a las 9.30 ya tienen que estar trabajando. Ahora tenemos unos servicios ‘de madrugadores’ donde las familias desde las 8 pueden dejar los críos en el cole. Tengo la certeza de que si no se hubiesen implantado estos servicios el cole no estaría abierto ahora. Porque muchas familias de las que vinieron son familias que a lo mejor no tienen ese apoyo familiar como tenemos los que somos de aquí y no podrían matricular en Sariego a los críos. El colegio es fundamental para traer a población. Y eso unido a que tienes una buena conexión con el resto de Asturias y a que aquí tienes muchos servicios muy próximos. Es un incentivo para la gente que se plantea venir a vivir a Sariego".

El polígono

"La evolución del concejo también tuvo que ver con la creación del polígono de Santianes. Es importante siempre y cuando se respete el entorno y el medio ambiente. Y, más en concreto, te lo digo porque alguna de las industrias no fueron respetuosas bajo mi punto de vista. No se respetó el río Nora, que nace aquí en Sariego, y es un río muy importante en Asturias. Quizás el polígono tendría que tener también unos criterios de acceso. Hubo casos incluso de ser perjudicial para los vecinos de los alrededores. Estamos hablando de un caso puntual, no son todos. Pero creo que nos servirá de aprendizaje a todos de cara cuando vuelva a instalarse una industria aquí. Que tengamos en cuenta que somos un concejo rural y que no tenemos que permitir que cualquiera pueda venir a contaminar el medio ambiente".

Ganaderos y paisaje

"Aunque Sariego todavía sigue teniendo un importante número de gente en la ganadería, el sector está de capa caída, debido a los pocos apoyos con los que cuenta. Por desgracia, nos falta la figura del ganadero, del agricultor. Esto hace que también cambie todo alrededor en el territorio. Por ejemplo, ahora mismo me acongoja mirar para arriba y ver el monte abandonándose. Antes, todos los prados estaban cortados a cortacésped casi, y ahora vas viendo cómo el relevo generacional ya no va al sector de la ganadería, va más al sector secundario, a trabajos fuera de aquí. Como puede ser mi caso: personas que vivimos en Sariego pero que ya no tenemos esa acción directa sobre el territorio".

"El libro “Alabanza de la aldea”, del antropólogo Adolfo García, me sirvió para tomar conciencia del efecto del abandono del campo sobre el paisaje. Desde que lo leí, cuando miro al monte, que antes no lo veía mal, empecé a verlo mal. Él ponía fotografías de la zona de Lena o de Cangas del Narcea donde se apreciaba eso, pero es algo que atañe a otros concejos de Asturias".

"Por eso digo que en algunos sentidos hay un avance: las carreteras, los caminos han mejorado, la plaza de Vega se puso muy guapa... Sin embargo, cuando miras fotos antiguas ves más pobreza, pero, en cambio, ves el monte y lo ves limpio, ves vida. Creo que Sariego quizá necesitaba un revulsivo que tuviera más que ver con el turismo rural, con relanzar un poco la figura de los ganaderos. Habría que potenciar esa parte para que nos siguiera manteniendo vivos como el concejo rural que somos. Pero, claro, para eso tendrían que cambiar muchas cosas que no dependen directamente de nosotros".

"Si no se hubiera producido ese abandono de la actividad campesina, no se hubiera producido una pérdida real de territorio. No hubiera ocurrido, como ocurrió, que algunas fincas que pertenecían a Sariego aparecieran registradas en Villaviciosa. Eso tiene que ver con ese abandono de la actividad real de los montes".

La identidad

"Creo hay que dar un giro y explotar lo que nos dio identidad como concejo, tanto la ganadería como la agricultura, y orientarlo quizás a la actividad turística. Yo no sé decirte de qué manera, porque quizá no tenga conocimientos para saberlo. Pero tengo referentes que me gustaría traer aquí. Por ejemplo, me encanta el proyecto que hay en Asiegu (Cabrales). La ruta de la sidra y el quesu que pusieron en marcha los hermanos Manolo y Javier Niembro, que fueron a formarse a la Universidad (licenciados en Geografía) y ahora llevan los conocimientos al pueblo. Tienen aquello precioso, tienen a toda la gente involucrada en el proyecto y hay vida en un pueblo que se quedaba sin críos. A nosotros, el hecho de estar tan bien ubicados quizá no nos genere esa necesidad como la que pudo haber en Asiegu. En ese sentido somos un poco, entre comillas, comodones".

"También tenemos ejemplos dentro del concejo, como la ganadera Yaiza Rimada (granja La Saregana, elabora yogures, queso y mantequilla), que vio que no era rentable solamente producir leche y empezó a transformar. Estamos muy orgullosos de ella y es un ejemplo de mujer emprendedora. Gente de este tipo daría más vida al concejo y nos permitiría seguir creciendo sin perder la identidad. Si no tiramos por el territorio, Sariego acabará siendo otra cosa distinta de la que era cuando nosotros fuimos críos. No sé cómo estará el monte dentro de unos años. Igual que los pastores de los Picos de Europa dicen que acabarán siendo un parque temático, no sé cómo va a ser Sariego en unos años".

Tamara Samartino, con su hijo Xune, ante la iglesia de Santiago el Mayor  de Sariego.

Tamara Samartino, con su hijo Xune, ante la iglesia de Santiago el Mayor de Sariego. / Julián Rus

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Tamara Samartino es una psicóloga digitalizada. Con la ayuda del semillero de emprendedores de Valnalón ha puesto en marcha una consulta digital llamada "Reaprender Psicología", donde está constatando dos cosas. Una, que la videoconferencia es una buena herramienta que facilita el acceso a los pacientes. Dos, que la pandemia ha abierto una "caja de sorpresas" emocional y que el número de pacientes crece. "La pandemia marcó un punto de inflexión. Y creo que no fue para mejor. Se disparó la ansiedad. Hay que contextualizar también el momento en el que vivimos. A nivel sanitario podríamos decir que más o menos está bajo control. A nivel económico y social ha habido muchos cambios que están ahí como caldo de cultivo de los trastornos psicológicos. El tener que vivir tan deprisa, familias con problemas para llegar a final de mes... Esa es una realidad que ayuda a que haya personas que se desestabilizan a nivel psicológico".

Samartino también trabaja en el geriátrico de Sariego con personas mayores. En esa atención también atisba cambios. "Habrá un giro muy grande en pocos años en el concepto que tenemos de vejez. Y sobre todo para las personas que viven en los ámbitos residenciales. Se está intentando dar un giro al modelo de los países nórdicos, donde prima la atención centrada en la persona. Aunque la persona viva en un ámbito residencial, es un trato mucho más individualizado, más cercano, cooperativo con el residente, donde las decisiones ya no las están tomando solo los profesionales. También el usuario tiene mucho que opinar sobre cómo quiere vivir y envejecer".

"La pandemia nos creó una sensación muy infantil con respecto a las personas mayores, que ya envejecían y estaban allí antes del covid. Y eran tan importantes como lo son ahora. Pero la pandemia ha sacudido mucho ese sector y acelerado los cambios. Al igual que en la atención psicológica hubo un aceleramiento digital, con respecto a los centros geriátricos también hubo un aceleramiento del cambio de paradigma, una necesidad de refrescar, de cambiar. Que los centros geriátricos no tengan un perfil tan hospitalario y sean más parecidos a una vivienda, que es lo que trasladan estos modelos que vienen de países nórdicos".

"En Vega de Sariego ya hay un proyecto ya bastante avanzado de ‘cohousing’ que se llama La Seronda. Tú tienes tu pequeño apartamento y alrededor zonas comunes que te permiten articular servicios para personas que a lo mejor no podrían vivir solas en una casa independiente. Es una buena solución para evitar, como pasa en Asturias, que haya muchas personas envejeciendo solas en el medio rural. Pero ahí hay un obstáculo educativo y cultural. Lo de vivir en una cooperativa donde vas a compartir espacios quizás en otros países nórdicos lo tienen más asumido que aquí".