Ricardo fue el primer ganadero que empezó a vender su carne por internet

"El paraíso natural de Asturias va a ser un paraíso matorral»"

ASTURIANOS EN TEVERGA: Ricardo García Cortina

Julián Rus

Eduardo Lagar

Eduardo Lagar

Ricardo García, ganadero, pionero en la venta directa de carne por internet. Ricardo García Martínez, de 34 años, lleva junto a su hermano Efrén la ganadería Hermanos Cortina, en el pueblo tevergano de Campiello. Hará unos cinco años iniciaron la venta directa de la carne roxa que producen bajo el distintivo de Ternera Asturiana. Directamente al consumidor y tras abrir una tienda virtual en internet. Hoy la venta directa representa el 40% de la producción de esta ganadería de doscientas reses.

"Desde pequeño me gustaron las vacas. Siempre andaba por ahí con mi güelu Raúl p’atrás y p’alante. Siempre me traía con él por las ferias y con las vacas. Después fui a estudiar a Oviedo, hice un grado medio de soldadura y aprendí un oficio. Trabajaba de soldador, pero no me gustaba. Yo quería estar aquí. Siempre tenía la mente puesta en que llegara el viernes y venir para el pueblo y andar por aquí con las vacas."

"No es todo ganar dinero, tienes que estar a gusto. Claro que ganaba más que ahora y trabajaba menos. Pero cuando tienes la cabeza puesta en otro sitio tienes que tirar para donde tienes la cabeza. Lo que me gustaba de verdad eran las vacas y la vida en el pueblo. No me gusta el estrés de la ciudad, me gusta la tranquilidad, estar por aquí a mi aire".

"Mucha gente piensa que por ser ganadero tienes menos estatus social, pero yo hago lo que me gusta. Es un trabajo como otro cualquiera. Lo único que tiene es que son 24 horas 365 días al año y que no tienes muchas vacaciones ni descansos. Pero también algún día por semana que no se te apetece hacerlo todo, hay cosas que puedes dejar sin hacer. Cuando trabajas fuera andas a lo que te mandan. Aquí, lo que trabajo, lo trabajo para mí".

"El mercado de la carne evoluciona mal. Estamos, en precio, igual que hace treinta años, como vendía mi abuelo. Si a mi abuelo, de aquella, pagaban a mil pesetas el kilo, nosotros ahora no lo vendemos a diez euros. Por eso buscamos otra salida. Decidimos hacer venta directa al consumidor. Fuimos los primeros en Asturias, hará cinco años".

"En la ganadería somos mi hermano Efrén y yo. Somos la tercera generación. Empezó nuestro abuelo y después pasó a nuestros padres, María del Mar y Ricardo. La venta directa fue una idea de mi hermano. Contactamos con un ganadero del País Vasco que lo hacía y él nos explicó todo. En el País Vasco y en el sur de Francia la venta directa la hacen la mayoría de los ganaderos y les funciona muy bien. Aquí estamos empezando, pero todavía cuesta. El chaval vasco nos dijo todo lo que había que hacer, los pasos que había que dar, nos lo puso bastante fácil. Después tuvimos bastantes trabas porque aquí, de primeras, no entraban por el aro. Pero fueron entrando. Una vez que lo hicimos nosotros, el camino fue más llano para los demás".

"El chico del País Vasco del que aprendimos tiene menos cantidad de animales que nosotros, pero él hace tres terneros al mes –como una carnicería de aquí–, y yo más o menos vendo un ternero cada tres semanas. Tienen esa mentalidad. Aquí podemos ser cuatro los ganaderos que estamos en la venta directa".

"Da mucho trabajo. Los que tienen vacas, yo lo entiendo, quieren más comodidad que otra cosa. Tampoco cierran el ciclo porque para cerrar un ciclo de un ternero, cebándolo, tienes que mover mucho para lograr 200 euros más de beneficio. Desde que lo quitas a la madre y lo cebas hasta que va al matadero, son 200 euros lo que te puede dejar. Mucha gente lo que hace es destetarlos, venderlos al tratante y, hale, despreocuparse. Es entendible, la gente se tira más a lo cómodo, pero también están como hace 60 años, como estaba mi abuelo. En cambio, cebándolos y con la venta directa se puede sacar 500 o 600 euros por ternero. Tienes que estar siempre pendiente de que no les falta de nada. Es tiempo, es trabajo, pero grano a grano vas haciendo granero".

"Vendemos lotes de cinco y de diez kilos. Después vendemos también, de las vacas, el chuletón y el solomillo. Las otras partes, si surge algo, se vende. Si no, se pica. Llevamos el ternero al matadero, lo matan con todas las garantías sanitarias y lo certifica la IGP Ternera Asturiana, que estamos amparados por ella. Después, en la sala lo preparan en una serie de lotes de cinco o diez kilos y lo envasan al vacío; todo como el cliente lo quiere. Después lo llevamos con una furgoneta con un equipo de frío al domicilio. En Asturias repartimos nosotros. Lo que es fuera de Asturias lo hacemos a través de una empresa de mensajería. Si lo dejamos, hoy para mañana antes de las 13.30 horas tiene que estar en el domicilio del cliente".

"Al principio, la venta directa fue muy difícil y muy caótica. Abrimos una web. Empezamos poco a poco. Al principio, más que nada, fue el boca a boca. Cuando la pandemia, como la gente no salía, fue donde de verdad hicimos una buena cartera de clientes. Nos conocían por redes sociales. Por la venta directa ahora nos llega a un 40% del negocio aproximadamente. Tenemos una cartera de unas 40 familias al mes. A nosotros nos está salvando casi la venta directa. Porque, ahora, tal y como están los precios, no salen las cuentas según están todos los precios de la luz o el gasoil. Con todo esto nadie contaba hace año y medio".

"La venta directa supone esfuerzo. El día que voy a preparar el ternero arranco de aquí a las cuatro de la mañana y cuando llego son las 12 de la noche. Es mucho trabajo, pero renta porque no hay intermediarios. Y al cliente le sale un poco más barato. Para ellos es cómodo, yo soy el que se lo entrego en casa, y además está la calidad de los animales. Después de llevar la carne al matadero, la dejo dos días en la cámara para que se relaje y va directamente al domicilio. No queda la canal por ahí una semana. Soy yo el que lleva los lotes a las casas y si hay algún problema pues te lo dicen y lo solucionas".

"Habría que tener un respeto por la ganadería de carne y no perseguirla tanto. Ahora parece que es lo peor y es la culpable del cambio climático y de todo. Pero, en realidad, si Asturias fue paraíso natural, lo fue gracias a los ganaderos y a los agricultores, que la mantenían. Y cuando cambiaron las costumbres, Asturias pasó de ser un paraíso natural a ser un paraíso matorral, que es lo que están consiguiendo que sea. Todo ese paisaje verde lleva mucho trabajo y ese trabajo es gracias a generaciones de atrás que lo mantuvieron y lo mantienen para dar de comer a los animales. En realidad, no están apoyando al mundo rural. Hablan mucho de la España vaciada, pero después no la apoyan. ¿Sabes lo que va a pasar? Que en vez de ser todo verde, Asturias va a ser todo matorral".