Un Marco Polo de la canasta: el técnico gijonés Fran García entrena nuevo equipo en Mongolia
Tras experiencias en Escandinavia y la India, el entrenador de baloncesto se pone al frente del Ulan Bator Amazons

Fran García. | G. G.
Guillermo García
La vida se construye a base de experiencias. Y si no que se lo digan a Fran García (Gijón, 1971), quien cuenta con una extensa trayectoria como entrenador de baloncesto en la que los viajes para entrenar fuera de España se han convertido en una constante. Ahora afronta una nueva etapa en Mongolia, donde entrenará los próximos meses al Ulan Bator Amazons, en un país "perfecto para pasar un periodo corto de tiempo", cuenta García.
Su carrera dentro del mundo del baloncesto comenzó en casa, lejos de aventuras exóticas, hace 32 años. Empezó a entrenar en Gijón, en el colegio público El Llano. Allí pasó algunos años antes de entrar en el Grupo Covadonga. Todo iba bien en su ciudad, pero su carácter aventurero salió a la luz por primera vez tras una llamada de Dinamarca. Fran García contaba por ese entonces con 27 años y, aunque su nivel de inglés "era justito, el que enseñan en el instituto", asegura, se aventuró a adentrarse en esta nueva experiencia. Allí entrenó al Stevnsgade, un club femenino de la ciudad de Copenhague, la capital, donde había "un gran ambiente y un gran estilo de vida", a pesar de que sus inicios fueron duros hasta que logró adaptarse a la cultura. "Sobreviví y al final se llevó bastante bien la vida allí", explica García.
Pero como en casa no se está en ningún sitio, o eso debió pensar Fran, quien decidió volver a Asturias tras un año en territorio danés para entrenar al Oviedo Vetusta en la Liga Femenina 2, que actualmente es la tercera división, pero en ese momento era la segunda. Sin embargo, al término de su primera temporada en la capital, pensó que debía volver a emigrar, por lo que esta vez se estableció en Finlandia, un nuevo país escandinavo, donde entrenó al Tapiolan Honka en la primera división femenina. De nuevo, la experiencia solo duró un año y regresó a España. Esta vez para quedarse, o al menos algo más tiempo.
Extremadura era el nuevo destino para el gijonés. El Don Frío Cáceres decidió firmarle para dirigir al equipo en Liga Femenina 2, categoría que García ya conocía tras su paso por el Vetusta. Allí dejó buen sabor de boca, pero decidió volver a Asturias para ponerse a los mandos del ADBA Avilés, en la misma categoría. Tras "tres o cuatro años" en Avilés -viaja tanto que ni se acuerda-, la India apareció en su vida. Dejó de lado el frío clima de los países escandinavos para probar uno un poco más cálido. "Superé la fiebre escandinava", bromea. La selección absoluta femenina india era su nuevo reto durante los dos años siguientes, en los que disputó un Campeonato de Asia, donde finalizó quinto. Al término de su contrato regresó a España y dirigió al Bembibre y al Zamora, y luego, de vuelta en Asturias.
Tras un tiempo "tranquilo y descansando en casa", la nueva fijación por el sudeste asiático seguía en su cabeza, por lo que decidió probar el año pasado como seleccionador de la selección nacional absoluta de Jordania durante seis meses, con quien sumó una nueva participación en el Campeonato de Asia. Este campeonato marcó su futuro, ya que allí conoció al secretario general de la Federación de Mongolia, con quien hizo "mucha amistad". En enero de este año, su nuevo amigo le ofreció el puesto del Ulan Bator Amazons, equipo mongol, y Fran aceptó.
Tras hacer las maletas este verano, García ya se encuentra en Mongolia, "muy ilusionado" con su nueva aventura. "El proyecto que me presentaron era muy bueno, cuento con prácticamente las mejores jugadoras del país", explica el asturiano, quien tiene el objetivo de "competir por ganar la liga". Además, Ulan Bator fue clave en su decisión. "Es una ciudad muy moderna, se están haciendo muchas infraestructuras nuevas y el nivel de vida es muy bueno; es el país perfecto para pasar un periodo de mi vida", explica.
Fran García regresará en febrero de su aventura en Mongolia sin saber qué ocurrirá con su futuro. Explorar nuevos destinos siempre es una gran opción, pero reconoce que volvería a entrenar en Asturias. De todos modos, siempre que está aquí ayuda a distintos clubes, como el Fodeba de Gijón, porque "no tengo problema ninguno en ayudar a quien me lo pide", asegura siempre dispuesto a entrenar, ya sea en casa o a miles de kilómetros.
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