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Las megaprisiones de Perú se idean en Asturias, así es el proyecto de una empresa de ingeniería ubicada en el Parque Tecnológico de Llanera

La ingeniería Impulso ha diseñado las cárceles más grandes del país latinoamericano, con capacidad para 3.200 reclusos cada una y cuya construcción acaba de retomarse

Obras del Megapenal de Ica, que al término de su construcción será la cárcel más grande de Perú.

Obras del Megapenal de Ica, que al término de su construcción será la cárcel más grande de Perú. / CMO Group

Yago González

Yago González

Oviedo

Ica es una de las 26 regiones en que se divide Perú. Se ubica en la zona suroccidental del país, no muy lejos de las famosas Líneas de Nazca, y su territorio es mayoritariamente desértico. Allí, en medio de una enorme planicie, se extiende un gran complejo en construcción, una superficie de 100 hectáreas cercada por una muralla donde sobresale una torre de vigilancia hecha de hormigón. Son las obras del Megapenal de Ica, el proyecto para edificar la mayor prisión de país andino, con capacidad para 3.168 reclusos (hombres y mujeres) repartidos en 944 celdas. La macrocárcel se ha diseñado en Asturias: es producto de la ingeniería Impulso, ubicada en el Parque Tecnológico de Llanera y con un área especializada en arquitectura.

Hace años que los sucesivos gobiernos peruanos vienen promocionando la construcción de prisiones de gran envergadura para solucionar los graves problemas de hacinamiento de la población penitenciaria del país. Actualmente hay 68 cárceles diseñadas para albergar a 41.000 presos, pero la cifra real roza los 94.000, lo que arroja un excedente de 53.000 que supone un enorme quebradero de cabeza para las autoridades.

Recreación de una celda del Megapenal de Ica.

Recreación de una celda del Megapenal de Ica. / Impulso

Sin ir más lejos, el actual establecimiento penitenciario de Ica aloja a casi 5.000 internos, más del triple de su capacidad original (1.400), por lo que está en proceso de ampliación para dar cabida a 1.500 más.

Se trata de una solución de emergencia, habida cuenta de que el Megapenal de la región acumula varios años de retraso. El diseño de Impulso data de 2015 y las obras no comenzaron hasta 2018, pero el proyecto se paralizó en 2020 por disputas judiciales entre el consorcio ejecutor y el Gobierno.

Tras cuatro años de estancamiento, el Ejecutivo de Dina Boluarte anunció recientemente su intención de retomarlo y que el Megapenal de Ica sea una realidad. Eso sí, los atascos han engordado el coste de tan monumental obra: de los 89 millones de euros presupuestados inicialmente, las últimas cifras publicadas por la prensa peruana apuntan al entorno de los 174 millones, casi el doble.

La de Ica no es la única macrocárcel planificada por Impulso, que en el mismo contrato obtuvo el diseño de un penal similar situado en el distrito de Socabaya, en la región de Arequipa. Esta también lleva años de retraso, y el Gobierno peruano ha prometido que antes de que termine 2024 se tramitarán los permisos para reactivar las obras. El actual penal de Socabaya también está superpoblado: tiene 2.300 presos, cinco veces más que los 400 de su capacidad original.

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