Cual ave fénix resurgiremos de nuestras cenizas

Ya hace casi tres meses que llegué a Hong Kong y parece que fue ayer, tempus fugit…Quién me iba a decir a mí hace un año que iba a estar poniendo el despertador a las 3 de la mañana para ver al Oviedo jugar contra el Real Ávila, tirada en la sala común de una residencia universitaria, haciendo malabares por encontrar un punto con buena conexión a Internet…

He de reconocer que esta semana por un momento tuve la tentación de ignorar la alarma y dar media vuelta en la cama, todo estaba en contra: primera ronda de copa, entrenamiento con mi equipo en seis horas, examen en doce…pero a quien quiero engañar, esto no te lo pueden contar, tienes que vivirlo, así que una ducha para despejar y a funcionar.

A pesar de la derrota en copa, esta semana traía muy buenos recuerdos al oviedismo. El conjunto carbayón volvía a Ávila, donde hace casi 20 años certificaría, con un contundente 1-5, el ascenso a 2ªB después de dos largos años arrastrándose por el barro de la 3ª división. Yo era muy pequeña y no lo recuerdo con claridad, pero hay una imagen que no se me borrara de la cabeza: el impresionante tifo desplegado en el partido de vuelta que rezaba: “Cual ave fénix resurgiremos de nuestras cenizas”. Si echamos la vista atrás, vaya que si lo estamos haciendo… 

No obstante, por otro lado, no debemos confiarnos. Es cierto que la liga Hypermotion es muy larga, y una derrota como la sufrida en Cádiz supone tan sólo una pequeña piedra en el camino al objetivo, pero siempre y cuando este domingo contra el Burgos no sigamos con la costumbre que tiene el Oviedo de resucitar a los muertos. Aquí en China no son tanto de fénix, son más de dragones, así que: “como decimos en Hong Kong, cuidado con la serpiente… puede convertirse en dragón”.

Tras la resaca emocional de los Premios Princesa a mí también me gustaría rescatar unos versos de Machado que hizo suyos Joan Manuel Serrat “todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar. Pasar haciendo caminos, caminos sobre la mar. Caminante, no hay camino, se hace camino al andar (…) Al andar se hace camino, y al volver la vista atrás, se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar”. Para mirar hacia delante es importante tener claro de dónde venimos, y eso los carbayones lo tenemos grabado a fuego. Por lo que somos, fuimos y seremos.