Los ganaderos ovetenses que lo dejaron todo para viajar a Valencia y han movido más de 200 coches con su tractor

"Cuando decimos que hemos venido expresamente desde Asturias, mucha gente se nos echa a llorar", afirma Alfredo Cuesta

Por la izquierda, Jesús Vega, Carlos Fernández y Alfredo Cuesta, en Sedaví.

Por la izquierda, Jesús Vega, Carlos Fernández y Alfredo Cuesta, en Sedaví.

Jesús Vega, ganadero de La Grandota, en Oviedo, decidió el viernes pasado que no podía quedarse parado, viendo la tragedia por la televisión, y llamó a Alfredo Cuesta, transportista de ganado. “Voy a hacerte una pregunta muy fuerte”, le dijo. “¿Vienes a cargar el tractor y nos vamos a Valencia?” Alfredo, que tiene un camión con las cajas intercambiables, acababa de llegar de Madrid, pero no dudó. Enganchó la plataforma, cargaron combustible, ropa y comida y unas horas después estaban en el aparcamiento del Ikea de Sedaví, en medio de un desastre de lodo y coches apilados, rodeados de un paisaje de absoluta desolación que “a uno se le hace imposible creer que esté a sólo ocho horas de casa”, afirma Alfredo. Jesús dejó a sus 120 vacas al cargo de unos vecinos, él hizo un paréntesis en su trabajo y dejó a su vez en manos de la familia las veinte reses que tiene en Roces de Colloto y con el auxilio de Carlos Fernández, un amigo ovetense que les acompañó en un coche de apoyo, llevan más de tres días moviendo coches con su tractor en la zona arrasada por la riada en la provincia de Valencia.

De ocho de la mañana a ocho de la tarde, calculan que han despejado de calzadas y aparcamientos de Sedaví y Catarroja “doscientos y pico vehículos”. Cuando llamaron al 112 les dijeron que viajar “no era recomendable”, pero siguieron adelante y desde el sábado trabajan “en equipo” con los bomberos desplazados desde Asturias. Limpian tierra, han sacado diecisiete coches sin ninguna víctima del aparcamiento de un supermercado, “ayer pinchamos una rueda del tractor y no nos cobraron la reparación… Cuando decimos que hemos venido expresamente desde Asturias, muchos se echan a llorar”. Han notado que la organización de las labores de desescombro y limpieza ha mejorado en efectividad desde su llegada y les faltan las palabras para retratar lo que han visto. “No te lo imaginas si no lo ves”, señala Alfredo, que al principio tenía previsto dejar el tractor y volver a Asturias, pero “cuando vi lo que había, decidí que tenía que quedarme”.

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