Los centros asturianos de Madrid hacen a Kike Figaredo "Asturiano universal"

El jesuita gijonés recibe en un emotivo acto el premio que reconoce su incansable labor humanitaria en Camboya y su compromiso "con la dignidad y los derechos humanos"

Kike Figaredo, de pie, con su título. En la mesa, de izquierda a derecha, Rafael Jerónimo,  (Centro Asturiano de Tres Cantos), Santiago Menéndez, Valentín Martínez-Otero (Centro Asturiano de Madrid), Toni Uría (Casa de Asturias de Alcobendas) y David Ruiz (Casa de Asturias de Alcalá de Henares).

Kike Figaredo, de pie, con su título. En la mesa, de izquierda a derecha, Rafael Jerónimo, (Centro Asturiano de Tres Cantos), Santiago Menéndez, Valentín Martínez-Otero (Centro Asturiano de Madrid), Toni Uría (Casa de Asturias de Alcobendas) y David Ruiz (Casa de Asturias de Alcalá de Henares).

Kike Figaredo ya es oficialmente “universal”. El sacerdote jesuita gijonés, prefecto apostólico de Battambang (Camboya), recibió este martes el título de “Asturiano universal” que otorgan los centros asturianos y casas de Asturias de la Comunidad de Madrid en una emocionante ceremonia que reconoció en el homenajeado los méritos de “una destacada labor humanitaria” y un constante compromiso con la dignidad y los derechos humanos. En la ceremonia de concesión de la distinción se agradeció con particular intensidad la dedicación de Figaredo a los más vulnerables en Camboya, en especial a las víctimas de las minas terrestres y a las personas con discapacidad.

El homenajeado dedicó una parte de su discurso de agradecimiento a destacar la importancia de la solidaridad y el compromiso colectivo para la construcción de una sociedad más justa. Antes, su figura y su trayectoria de servicio habían sido glosadas por Santiago Menéndez Menéndez, amigo de Figaredo del sacerdote desde su infancia en Gijón y exdirector de la Agencia Tributaria, que quiso hacer sobresalir la generosidad, el compromiso y la resiliencia del misionero. Menéndez elogió especialmente la dedicación de Figaredo en Camboya, donde ha construido centros de rehabilitación y educación, y ofrece un futuro, dijo, a miles de víctimas de la guerra. Conocido como “el obispo de las sillas de ruedas”, Figaredo ha dedicado décadas de su vida a la integración y rehabilitación de personas con discapacidad en Camboya y fomenta la inclusión y el respeto a la dignidad humana. Su trayectoria ha sido reconocida internacionalmente como un ejemplo de entrega y empatía que, al decir de las entidades que le han concedido el premio, “representa el espíritu asturiano en el mundo”. Según el Centro Asturiano de Madrid, el tributo público al sacerdote refuerza, “el orgullo y la admiración de los asturianos por una figura que ha llevado su legado de valores más allá de las fronteras, inspirando a generaciones presentes y futuras”. 

El acto de reconocimiento público a la labor humanitaria del sacerdote gijonés, que cerró el himno de Asturias, conectó además su dedicación a los más desfavorecidos con la necesidad de auxilio que estos días recorre las zonas devastadas por la riada en Valencia. Los intervinientes destacaron el paralelismo entre el compromiso de Figaredo con las crisis humanitarias y la necesidad de unidad y apoyo en momentos difíciles.

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