Beatriz, la estrella asturiana de las verbenas, llega con su "Bala rosa" solidaria hasta Valencia (y algunos delincuentes quisieron interceptarla)

La cantante y acordeonista de Cangas del Narcea, una de la grandes referencias de las fiestas populares en Asturias, movilizó a sus cientos de miles de seguidores para contribuir a llenar tres trailers, que entregó a las autoridades oficiales en la comunidad afectada por la riada, evitando varias ofertas de estafadores que intentaron hacerse con el cargamento

De Asturias a Valencia a bordo de "la bala rosa" : así fue la odisea del grupo Beatriz para repartir ayudas a los afectados por la DANA

LNE

Eduardo Lagar

Eduardo Lagar

Beatriz Rodríguez, cantante y acordeonista de Cangas del Narcea, es simplemente Beatriz para muchos de sus seguidores. Para dar idea de la enorme popularidad de la cabeza visible del “Grupo Beatriz”, un imprescindible de las fiestas populares en Asturias, baste decir que sólo en Instragram la intérprete canguesa tiene 216.000 seguidores. Toda esa fama acaba de ponerla al servicio de los afectados por la riada de Valencia y, tras convocar a todos sus seguidores por redes sociales, ha logrado llenar tres trailers con todo tipo de material, además comprar con ayuda solidaria 80 bombas para aguas sucias que irán desde su fábrica en Galicia hasta los pueblos afectados. Todo ello en una operación en la colaboración y las aportaciones de Piensos Lago, Transportes Montalvo y la asociación filantrópica gijonesa Synergie Clubs. Ella puso su enorme capacidad de convocatoria, pero también corrió con los gastos del transporte de uno de los trailers, impulsado por la cabeza tractora su camión-escenario, al que todos sus fans conocen como la “Bala rosa”.  Un “rosa Barbie” es el color característico de este grupo, pero eso no quiere decir que todo en esta operación fuera de color de rosa: una vez en Valencia intentaron engañarlos y hacerse con toda la mercancía. Así cuenta Beatriz la peripecia:

“Llegamos el miércoles pasado. Habíamos recogido de todo: productos de limpieza, de higiene personal, escobonas de estas grandes para el barro, pilas, guantes, pañales para niños y también para mayores… Llevábamos de todo… Primero íbamos a La Marina de Valencia, pero nos llamaron a medio camino para decirnos que allí ya no se podía descargar, que estaba todo colapsado porque habían llegado más trailers, y nos recomendaron que fuéramos al pabellón de Mislata, El Quint, donde podríamos descargar”.

“Nada más que llegamos un policía nos avisó de que tuviéramos mucho cuidado, que había muchísima gente oportunista, que se hacían pasar por organismos oficiales y que incluso iban con la ropa de Protección Civil. Efectivamente, por la mañana se acercaron varias personas para ver dónde íbamos a descargar eso. Ellos querían saber qué llevabas. Incluso uno venía en bicicleta para decirme que él tenía un contacto. O luego te escribían por WhatsApp y te decían: te voy a dar el contacto de un bombero que está en tal sitio y que os va a ir a buscar a una gasolinera con una moto para llevaros a un polígono donde hay una nave, si lo dejáis ahí va a llegar todas las familias. Resulta que la foto del perfil de aquel bombero estaba descargada de Internet. Me decía: ‘¡Buf! Meca, de esto no me fío yo un pelo”.

“Habrá alguno que estará haciéndose millonario, porque date cuenta que luego todo esto lo revende. Pero nosotros no nos fiamos. Es que llevábamos miles de euros en esos trailers. Y llevaba la responsabilidad de toda mi gente asturiana, toda la gente que me conoce, que llenó los trailers. Y estuvimos cinco días empaquetando en Piensos Lago, que también aportó mucho, todo el cargamento. Es que yo no iba a permitir que se rieran, ni de mí de toda la gente asturiana, ¿sabes? No lo iba a permitir”.

“Estuvimos dando vueltas y al final directamente pude contactar con Feria Valencia. Los propios empleados de Feria Valencia estaban trabajando ahí, más un equipo de Protección Civil y los militares. Nosotros fuimos el tercer trailer que llegó a ese sitio. Se había preparado para recibir todo lo que se necesitaba. Entonces ahí descargamos el primer tráiler y al rato, por la tarde, llegó el segundo; descargamos todo”.

 “Allí también se nos averió la cabeza tractora de la ‘Bala rosa’, se nos rompió embrague y nos tuvimos que quedar en Feria Valencia cuatro días. Pero eso me vino muy bien por una parte, porque vi cómo trabajaban. Vi que nadie puede entrar ahí sin un certificado y con un papel que ponga la matrícula de la furgoneta y que ponga a dónde va dirigido lo que se lleva”.

“Nosotros fuimos subiendo vídeos en las redes sociales para que se viera dónde se quedaba todo lo que habíamos recolectado en Asturias. Incluso tenemos fotos de dónde se estaban utilizando las bombas que se habían comprado. En Instagram hay mucho contenido. Para que nadie sospechara de nosotros y todo quedara claro. Está muy documentado. La verdad es que para mí es todo un orgullo que la gente se gastara tanto dinero en ayudar a la gente de Valencia; eso se me va a quedar grabado. Fue muy desagradable la situación que vivimos allí, pero también fue muy grato saber que tenemos tanta gente solidaria y tanta gente que confió en nosotros para bajar todo el cargamento. Hay gente que va a nuestros conciertos que sé que tienen una pensionina de 600 euros y que igual se gastaron 200 euros en cosas para enviar a Valencia. Es gente que da hasta lo que no tiene. Por eso era mucha responsabilidad para mí. Y que no se me olvide citar también al conductor de la ‘Bala rosa’, a Daniel Cid, la persona que lo bajó, que estuvo allí ayudando a empaquetar, que perdió cuatro días de jornal y no quiso cobrar ni un duro”.

La riada pilló a Beatriz y a su grupo de vacaciones. De hecho, una de las bailarinas es de Benetússer y todavía no ha salido de la localidad. Perdió su coche, pero no sufrió daños personales, ni ella ni su familia. El sábado volverá a Asturias, que el conjunto comienza su calendario de actuaciones este sábado en Cantabria. Beatriz dice que, en la operación solidaria con Valencia, “formamos una familia”: “Yo estoy súper satisfecha, tengo la conciencia muy tranquila y me siento muy orgullosa de todo el equipo que formamos para bajar a Valencia. Nos costó muchísimo que no se rieran de nosotros, que no nos tomaran el pelo, pero lo conseguimos”.

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