Los 300 héroes asturianos de la II Guerra Mundial: “Buddy” Tamargo sigue el rastro de los submarinos japoneses en el Pacífico

Paulino, hijo de un allerano y una valdesana establecidos en Florida, vivió el tramo final de la contienda formando parte de la tripulación de un destructor que escoltó a las fuerzas estadounidenses durante el avance hacia Japón

Una imagen de Paulino "Buddy" Tamargo, junto al buque en el que sirvió.

Una imagen de Paulino "Buddy" Tamargo, junto al buque en el que sirvió.

Asturians under American Flag

Asturians under American Flag

El proyecto de investigación "Asturians under american flag" ("Asturianos bajo bandera americana"), desarrollado por expertos asturianos en historia militar, ha logrado rescatar 300 biografías de descendientes de emigrantes asturianos que lucharon en las filas del ejército de Estados Unidos durante la II Guerra Mundial y en otros conflictos posteriores como la guerra de Corea o la de Vietnam. La mayor parte de ellos eran hijos de asturianos que se habían establecido en Tampa (Florida). Muchos de ellos lograron brillantes hojas de servicio y algunos, la más altas condecoraciones del Gobierno estadounidense. Este artículo resume una de esas 300 biografías de los héroes que dio la emigración asturiana a América.

El 5 de mayo de 1944, mientras en el Pacífico un submarino estadounidense hundía parte de un convoy japonés que navegaba a Nueva Guinea con refuerzos, en la base naval de San Diego (California) el recluta Palmiro Tamargo, “Buddy”, se embarcaba hacia Pearl Harbor en la que sería su primera misión de guerra. Tamargo, hijo de asturianos nacido en Tampa (Florida), es uno de los 300 héroes asturianos en la Segunda Guerra Mundial que han identificado los impulsores del proyecto “Asturians under American Army”. Era el hijo menor de una familia numerosa de once hermanos, hijo de un granjero de Lago (Aller) y un ama de casa natural de Arcallana (Valdés) que habían buscado fortuna en Hillsborough (Florida). Se había alistado el 13 de diciembre del año anterior, siguiendo los pasos de su hermano Andrés, destinado en el cuerpo de guardacostas de Estados Unidos. Tenía dieciocho años casi recién cumplidos.

Andrés se había inscrito en mayo de 1942 en Jacksonville. El joven Palmiro siguió sus pasos algo más de un año después y como él fue destinado al Pacífico, pero en su caso a la tripulación del “USS Snyder”, un destructor de escolta que en ese momento estaba casi recién terminado y preparado para zarpar hacia la guerra. Era su primera misión, la del barco y la del soldado Tamargo, y los unió en tareas de apoyo y vigilancia al convoy “Task Unit 16.15” en una ruta desde San Francisco a Pearl Harbor. Soltaron amarras el 11 de julio de 1944, siempre con la encomienda del rastreo de submarinos enemigos. Habían pasado más de dos años y medio desde el ataque japonés a la base norteamericana en Hawai que decidió la entrada de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial y la contienda en el Pacífico se encaminaba muy lentamente hacia su desenlace. “Buddy” Tamargo se encaminó hacia la zona en pleno avance aliado en la zona, en las vísperas de la decisión del mando de Estados Unidos de tomar medidas para invadir la isla de Iwo Jima y adentrarse en territorio japonés.

Fue en ese intrincado contexto bélico en el que Palmiro Tamargo se incorporó a las tareas de rastreo de submarinos enemigos. En el polvorín del Pacífico y como apoyo al avance estadounidense en la zona, el militar de origen asturiano continuaría participando en misiones de este tipo durante todo el año 1944 y hasta el final de la guerra, en el verano de 1945. El “USS Snyder” fue su casa a lo largo de todo el periodo y permaneció dentro de su tripulación hasta que se licenció el primero de mayo de 1946 con el rango de “S1c V6, Seaman 1st Class”, el equivalente a cabo.

Licenciado a los veinte años, con la vitola de superviviente del conflicto y veterano de guerra, Tamargo contrajo matrimonio el 11 de diciembre de 1946 con Ophelia Langford y fijó su residencia en el condado de Polk, Florida. La relación terminó en 1949, se casó en segundas nupcias con Dolores Tamargo y tuvo un hijo. Falleció a los 47 años, el 10 de noviembre de 1973 y sus restos descansan, como los de tantos compatriotas descendientes de asturianos, en el Memorial Park del Centro Asturiano de Tampa.

Palmiro “Buddy” Tamargo fue uno de tantos miles de hijos de la emigración de los asturianos que decidieron buscar fortuna en el estado de Florida entre el tramo final del siglo XIX y el primero del XX. Primero llegó su padre, Frank Tamargo, un allerano de Lago que llegó a Hillsborough en 1893, a los diecisiete años, y regentó una granja en la población junto a su esposa, María Tamargo, que entró en el país en 1907. Frank murió en 1945 y María le sobrevivió hasta 1961 y ambos descansan en el mismo cementerio del Centro Asturiano de Tampa en el que está sepultado su hijo. De los once hijos de la familia, siete varones y cuatro mujeres, sólo Palmiro y su hermano Andrés, ocho años mayor que él, sirvieron en el ejército durante la Segunda Guerra Mundial.

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