Un siglo de asturianía en Tucumán (Argentina): "Lo llevamos en la sangre, es un sentimiento muy fuerte"
El Centro Asturiano de Tucumán cumple 100 años con una rejuvenecida junta directiva al frente, empeñada en mantener la cultura asturiana en la principal ciudad del norte argentino
Los asturianos de San Miguel de Tucumán (Argentina) acaban de celebrar el centenario del centro asturiano de esta ciudad, la más importante del norte de Argentina, la quinta más poblada del país, con unos 600.000 habitantes, aunque en toda la provincia de Tucumán son unos 2 millones. Aquel 1 de noviembre de 1924, un grupo formado por 52 asturianos firmaron el acta fundacional del Centro. Hace unos días, los asturianos de esta ciudad, celebraron esta efeméride en un acto en la Casa de Tucumán, un lugar especialmente simbólico para los argentinos: en ese lugar se produjo su Declaración de Independencia, el 9 de julio de 1816.
Además de este acto se sumaron a la romería que se celebra en una capilla situada a unos cien kilómetros, en El Mollar, dedicada a la Virgen de Covadonga y a la que invitan a representantes en los otros centros asturianos del Argentina. Entre los asistentes estuvo Pilar Simón, presidente del centro de Buenos Aires, el principal del país. “Participamos en esta procesión acompañando a la Virgen con las gaitas y cuando termina la procesión presentamos todos los bailes con todos los centros asturianos del país. Los hay que ni siquiera son católicos practicantes o cristianos, pero es algo que nos convoca a todos como asturianos. Así que vamos, estamos tocando gaitas, bailamos y es muy emocionante”, afirma Mariana Cano la presidenta del Centro Asturiano de Tucumán
Cano es una joven arquitecta de 33 años a la que todos conocen como “Chura”. “Aquí en el norte de Argentina se usa la palabra ‘chura’ o ‘churita’ para decir que algo es simpático, lindo o tiene buena onda. Mis amigos, cuando yo era muy chica, con 13 o 14 años, me empezaron a decir Chura y mucha gente ya no me conoce ni por Mariana”, explica esta profesional que teletrabaja para una empresa de Córdoba (Argentina) en haciendo “modelo en 3D de instalaciones eléctricas para hospitales, centros comunitarios, de música…”.
Cumplen un siglo, pero no están mayores. En la directiva del Centro Asturiano de Tucumán, que cuenta con ayudas del Principado y la declaración de asturianía, hay un grupo de jóvenes dispuestos a mantener bien viva la cultura asturiana, pese a que ninguno de ellos nació en el Principado y, como el caso de Chura Cano, ya son la cuarta generación. “Mi abuelo, que tenía un negocio que se llamaba Metalúrgica Asturiana, ya nació acá, en Tucumán. Pero mi bisabuelo era de Salas”. Chura es monitora de gaita, se formó con la Escuela de Asturianía. Admite que el sentimiento de pertenencia, su vinculación emocional con la cultura asturiana, es “una cosa muy fuerte”. “Mis abuelos empezaron a ir al Centro. Yo era chica y no entendía de dónde venía la ascendencia ni nada. Pero escuché las gaitas y me gustó. No sé si estará en la sangre o qué. Pero algo se me despertó cuando escuché el sonido de la gaita. No me había sentido así con otros instrumentos ni con otras tradiciones. Así que aprendí a tocar la gaita, empecé a investigar, a estudiar más sobre Asturias… Y me involucré mucho. Mi abuelo falleció en 2022 y él estaba muy orgulloso, aunque él tampoco entendía por qué yo seguía sosteniendo estas tradiciones”.
Chura preside el Centro desde este año. La nueva comisión directiva ha tenido que reactivarlo socialmente, y con obras de reforma incluidas, tras la pandemia de coronavirus. La mitad de los integrantes de esa comisión directiva tienen menos de 46 años, así que el futuro de la institución parece garantizado por unos años. “Actualmente somos 102 socios. Tenemos una sede social propia, con un gran salón en donde realizamos todas las actividades, una pequeña sala de ensayo donde tocamos la gaita y el tambor, y hacemos baile. Tenemos un grupo que se llama “Jota” (acrónimo de Jóvenes Tucumanos por la Asturianía), donde estamos tres gaiteros, un tamboritero y tres pandereteras. Además, tenemos también de un grupo de niños que se van sumando de a poco. En la parte del fondo de la sede tenemos una mini cancha de bolos también. Hemos construido a escala un hórreo que tenemos en el patio, muy lindo”.
La presidenta del centro tucumano apunta que en la ciudad “las distintas colectividades hacen muchas actividades, mostrando sus tradiciones, su música, su baile, su gastronomía. Aquí tenemos muchas: La colectividad mexicana, boliviana, de Honduras, de Bélgica, la alemana, la árabe, que también es muy fuerte. Y nosotros tratamos siempre de participar. A la gente le llama mucho la atención nuestra cultura porque es muy distinta a todo lo otro que hay: creen que España siempre es solamente flamenco y cuando ven una gaita y los bailes se emocionan mucho”.
Tucumán, al decir de Chura Cano, es hoy una ciudad joven por la presencia de centros universitarios y de estudiantes. “La calidad de vida es muy linda, tenemos aquí, a 15 minutos de la ciudad, Cerro San Javier. Entonces es como que: te levantas, lo primero que haces es a ver dónde está la montaña y salís a tu vida diaria. Tucumán es lindo, pero hace muchísimo calor todo el tiempo. No hay invierno prácticamente. Tienes 3 o 4 días de mucho frío, pero después es calor. La semana pasada tuvimos temperaturas de hasta 40 grados”.
Algunos nombres asturianos para la historia tucumana
Los primeros asturianos que llegaron a Tucumán, según la documentación que aporta el Centro Asturiano de esta ciudad argentina, se asentaron en la zona entre las décadas de 1870 a 1890. Llegaban “por la falta de trabajo (en Asturias), el deseo de escapar del servicio militar y por razones políticas”. La segunda oleada se produjo entre 1920 y 1930, “impulsada por la buena situación que disfrutaban algunos emigrados en nuestra provincia (coincide este período con la creación de nuestro Centro Asturiano)”. Los asturianos, ya en una tercera etapa migratoria siguieron llegando desde la postguerra, en la década de los 1940, y hasta los años sesenta.
“A lo largo de estas corrientes migratorias, muchos asturianos en bonanza hicieron venir a sus parientes, trayendo con ellos familias enteras. Algunas se asentaron en la zona de Famaillá y otras en San Miguel de Tucumán”, indica la misma documentación, donde se destaca algunas figuras históricas en el seno de una comunidad astur-tucumana “bien numerosas”: “Destacaron en nuestra provincia y, sin equivocarnos, en el país, Don Manuel García Fernández, oriundo de Luarca, destacado industrial azucarero y filántropo, fundador del Ingenio Bella Vista y quien donó el dinero para la creación del colegio Tulio García Fernández, llamado así en honor a su hijo fallecido, y Don Luis Remis. Este último nació en Sirviella, Cangas de Onís, en 1859 y llegó a Tucumán en 1876, casi simultáneamente con el ferrocarril Central Córdoba y se dedicó al comercio de frutos del país”. Remis fundó en Villa Luján “una curtiembre (curtiduría), una de las más importantes del interior del país. Consolidada su fortuna se dedica a diversas actividades comerciales e industriales de envergadura, ejerciendo la presidencia de varias compañías de seguros. Fue director de la Bolsa de Comercio, del Banco Francés y presidente, por varios periodos, de la Sociedad Española. Don Luis Remis, donó el bello y majestuoso edificio de Córdoba y Laprida, actual sede de la Sociedad Española de Socorros Mutuos”. Entre los asturianos destacados en Tucumán también se menciona al obispo José Eusebio Colombres: “si bien nació en Tucumán él fue el impulsor de la industria azucarera y su padre era de origen asturiano”.
Muchas familias asturianas “formaron parte del colorido de Tucumán”. He aquí algunas de las que han pasado a la historia de la colectividad: “Los García, una familia de la zona de Noreña, vinieron y se establecieron como comerciantes, algunos de ellos retornaron a Asturias como “indianos”, más otros se quedaron en Tucumán o viajaron a otros puntos de país. Los García son un caso especial de interés, porque por tres generaciones viajaron a Asturias y de Asturias a Tucumán”.
Otros emigrantes importantes recordados por los asturianos de Tucumán son “los Estrada (Sabino y Luis), que pusieron una panadería en Villa Luján. Los Rotella, que se dedicaron a la ferretería. Luego los hermanos Parajón, que fueron empleados y comerciantes, aunque de uno se sabe que fue herrero. Él hermano menor de Don Luis Remis adquirió un bar en calle Laprida 2ª cuadra el Bar San Martín, lugar preferido por asturianos y otros españoles que ‘timbeaban’ entre naipes y billares. La Familia Vidal, fundó el bar “El Molino”. Los Fanjul (de la zona de Oviedo y Noreña) José Fanjul Huelga, Eduardo, Anastasio, Juan, Ramón y Sabino Fanjul. Todos se desempeñaron como empleados en un principio, para luego ser independientes”. También han pasado a la historia local Fausto Casal y su esposa Carmen, que regentaban en la llamada “esquina Casal” un establecimiento que era “bar, confitería, rotisería, fábrica de helado y repostería fina, servicio de lunch y pista de baile”.
También entraron en la pequeña historia tucumana los hermanos González y los hermanos Prado, “fueron asturianos que explotaron en la mejor época la tradicional confitería ‘El Galeón’, en la vereda de la catedral y el popular bar Colón. El primero era cita obligada de la sociedad tucumana”. Del mismo modo, hicieron historia los asturianos que en la década del 50 “llegaron y arrendaron el hotel Coventry por entonces el mejor de la ciudad: José García, Lorenzo Ríos, M. Prado y el chef Arsenio, todos profesionales de la gastronomía y de la hotelería, que dejaron imborrables recuerdos en Tucumán”.
- El sábado acabé muy malín y ya sospechaba que algo no iba bien', el relato de Borja Sánchéz tras ser diagnosticado de cáncer de cólon
- Fabada, pote, cabrito, callos y maninas de cerdo: así es la cocina de El Madreñeru de Cayés, chigre auténtico de Llanera
- Exigen a Hacienda dar marcha atrás a sus trabas a las devoluciones a mutualistas: clamor a favor de los afectados
- Alejandra Rubio y Carlo Costanzia abandonan Madrid tras la ruptura: 'Al fnal...
- Las jornadas del chuletón ya están en marcha: las claves de una cita gastronómica con '1.200 kilos de carne
- Un jabalí siembra el caos en Avilés: entra a la carrera en un bar y aterroriza a las camareras
- ¿Por qué la lista de espera para una resonancia en el Hospital San Agustín de Avilés se redujo un 25%? La clave estuvo en verano
- Los vecinos de La Calzada piden explicaciones por las 'cuchillas' de la ecomanzana