"Bob el corrupto" espera sentencia: la caída del condecorado nieto de avilesinos que brilló en el Senado de EEUU

Robert Menéndez, descendiente de la emigración asturiana a Cuba, se convirtió en una estrella de los Demócratas y fue el primer senador latino, pero su inclinación por aceptar favores lujosos le ha llevado a una condena por aceptar sobornos

En enero, un juez dictará sentencia contra un político que encabezó el comité de asuntos exteriores del Senado pero que ha sido atrapado aceptando pagos de países extranjeros a cambio de lograr ayudas públicas de EE UU

Menéndez, que visitó Asturias en 2011 para conocer su raíces avilesinas, presidió en EE UU la Fundación Consejo España-Estados Unidos y recibió la Orden de Isabel la Católica por parte del Gobierno de España

Bob Menéndez

Bob Menéndez / Efe

Eduardo Lagar

Eduardo Lagar

De los despachos de la alta política a la antesala de la cárcel. Y la condena no será por pocos años, previsiblemente. Cuando Robert "Bob" Menéndez, que hoy tiene 70 años, llegó a Oviedo en 2011 como presidente en EE UU de la Fundación Consejo de España-Estados Unidos, pisaba por vez primera la tierra de sus abuelos, avilesinos emigrantes a Cuba. Era, además, el hijo de una costurera y un carpintero habían huido de la revolución castrista y habían alcanzado el sueño americano a través del ascenso social de su hijo. Menéndez, que entonces tenía 57 años, era una de las estrellas latinas del Partido Demócrata. Era el único hispano que en aquel momento se sentaba en el Senado estadounidense, un puesto que ocupaba en representación de Nueva Jersey desde 2006. Estuvo en Oviedo, donde se reunión el Consejo, y en una entrevista que concedió a LA NUEVA ESPAÑA, demostró que mantenía fresca su vinculación emocional con Asturias y España gracias a las enseñanzas de sus padres. Menendez (su apellido pierde el acento en EE UU) tuvo una carrera larga que culminó como presidente del comité de relaciones internacionales del Senado; fue el hombre al que Biden encargó que articulase el acuerdo con los republicanos para aplicarle las sanciones a la Rusia de Putin por la guerra de Ucrania. Pero todo eso ya es pasado.

El senador Robert "Bob" Menendez, con el Rey don Juan Carlos, en Washington en 2015

El senador Robert "Bob" Menendez, con el Rey don Juan Carlos, en Washington en 2015 / efe

El próximo 29 de enero Bob Menéndez oirá la sentencia correspondiente por haber sido condenado por corrupción el pasado 16 de julio. El ya ex senador ha sido considerado culpable de 16 cargos que suman un total de 222 años de reclusión, aunque las condenas por cada cargo se cumplirán simultáneamente. El fiscal le acusó de fraude electrónico, obstrucción de la justicia y actuación como agente extranjero por aceptar sobornos de empresarios de fuera de Estados Unidos, a cambio de que el político ejerciera su influencia sobre su amplia red de contactos en todos los ámbitos. Uno de esos empresarios, el dominicano José Uribe fue uno de los que declaró contra Menéndez tras llegar a un acuerdo con el fiscal. El político de origen avilesino, que renunció a su puesto en el Senado en agosto pasado, mantuvo en todo momento durante el juicio que era inocente. Su esposa, Nadine Menéndez (de soltera Arslanian), también ha sido procesada. Su juicio no se ha celebrado todavía porque sufre un cáncer de mama, aunque estaba previsto que el proceso comenzase este mes de diciembre.

Menénzde con Mariano Rajoy cuando recibió del gobierno española la Gran Cruz de Isabel la Católica.

Menéndez con Mariano Rajoy cuando recibió del gobierno española la Gran Cruz de Isabel la Católica. / efe

En 2011, en la entrevista que dio a LA NUEVA ESPAÑA, Menendez hablaba un castellano perfecto y bromeaba con que “solo me fallan la zetas”. En aquellos momentos estaba en la cresta de la ola, y cantaba las oportunidades de inversión española que se abrían en Estados Unidos con el aumento de la población latina, de la que él era uno de sus más señeros representantes en el bando demócrada. Era tan influyente como temido en el estado que representaba, Nueva Jersey. En un amplio perfil que le dedicó el periódico "The New York Times", algunos de sus excolaboradores y rivales decían que más que un político “actuaba como un jefe”. Subrayaban su carácter vengativo y su inclinación a aceptar regalos lujosos. De hecho, era oficialmente el más” pobre” de todos los senadores estadounidenses, buena parte de ellos multimillonarios. No tenía otros ingresos oficiales más que su sueldo público. Tras la sentencia condenatoria del pasado julio, su partido le pidió la inmediata renuncia a su escaño en el Senado.

Lo que se conoció en el juicio no era para menos. Los fiscales le acusaron de “promover intereses militares egipcios, interferir en procesos penales y conseguir inversiones de funcionarios qataríes, entre otras cosas. Menéndez y su esposa recibieron lingotes de oro, cientos de miles de dólares en efectivo, un Mercedes-Benz convertible y otros sobornos a cambio de su influencia”, decía la BBC en su cobertura de un caso que mediáticamente casi pasó desapercibido pues, a pesar de la relevancia política del encausado, había otro reo mucho más relevante en la actualidad: el juicio contra Menéndez coincidió con el de Trump por haber pagado a la actriz porno Stormy Daniels para ocultar una noche de sexo extraconyugal.

Bob Menéndez

Bob Menéndez / Efe

Si bien esta sentencia será la muerte política del influyente Menéndez, que durante tres décadas representó a Nueva Jersey tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado, lo cierto es que distintos fiscales llevaban siguiéndole la pista, sin haber concretado ninguna acusación, desde hace década y media. Uno de los lugares donde primera urgaron los fiscales, según "The New York Times", fue la North Hudson Community Action Corporation, una ong que pagó al político unos 300.000 dólares durante nueve años en concepto de alquiler. El senador ayudó a que el grupo consiguiera millones de dólares en subvenciones federales. También investigaron cómo había conseguido numerosos contratos de consultoría con grupos demócratas para una novia que tuvo (exempleada suya dos décadas más joven que él) tras su primera divorcio.

No solo los fiscales, el propio Comité de Ética del Senado, reprendió a Menéndez por haber aceptado viajes en avión privado y lujosas vacacones por parte de amigos ricos, según apuntaba The New York Times en mismo perfil del senador hoy condenado por corrupción. De forma paradójica, la carrera de Menéndez empezó a despegar cuando, con 28 años, se dio a conocer como un honrado representante que subió a declarar contra el que había sido su padrino político, William V. Musto, que era el alcalde de Union City (Nueva Jersery), donde Menendez tenía su origen humilde. Menéndez, que había logrado su primera cargo público con 20 años como presidente del consejo escolar testificó precisamente en un caso de sobornos para dar vía libre a proyectos de construcción.

 

Tracking Pixel Contents