Asturias exporta talento

Pablo Coto tiene una fórmula para reactivar Asturias y la cuenta desde Cantabria

El catedrático de Fundamentos del Análisis Económico anima a que sociedad, empresas e instituciones asturianas aprovechen "suficientemente el gran potencial de la Universidad de Oviedo"

Pablo Coto Millán.

Pablo Coto Millán.

Tino Pertierra

Tino Pertierra

Pablo Coto Millán (La Felguera, 1957) trabaja actualmente como catedrático de Fundamentos del Análisis Económico de la Universidad de Cantabria. Se licenció y doctoró en la Universidad de Oviedo. Fue director del Departamento de Economía y Decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Cantabria. Fue asimismo elegido presidente de la Red Transnacional Atlántica de los Consejos Económicos y Sociales de Reino Unido, Francia, España y Portugal y Presidente del Consejo Económico y Social de Cantabria.

Los fracasos acabaron convirtiéndose en oportunidades. Pablo Coto Millán finalizó su paso por el instituto con diecisiete años "bastante despistado, pues me gustaba estudiar todo. Era excesivamente disperso y ansioso por aprender. Afortunadamente acerté en estudiar Economía y descubrí mi pasión por las clases e investigaciones". Su vocación surgió en la Universidad de Oviedo "al admirar a aquellos profesores que nos enseñaban Economía con tanta entrega y dedicación".

Y hoy es catedrático de Fundamentos del Análisis Económico en la Universidad de Cantabria: "Enseño matemáticas, micro y macroeconomía, economía industrial, economía del transporte e historia del pensamiento económico. Esta docencia la llevo a cabo en los diferentes grados de Economía y Administración y Dirección de Empresas, en el Máster Oficial de Economía e Instrumentos del Análisis Económico, en el Programa de Doctorado y en el Programa Senior".

Suma y sigue: "También realizo investigaciones teóricas sobre el impacto en el crecimiento y desarrollo económico de las Infraestructuras, la inversión I+D+i, y la logística, así como sobre la eficiencia técnica, asignativa y económica de las empresas y los sectores productivos. Finalmente realizo mucha transferencia de conocimiento –he dirigido más de un centenar de proyectos de investigación– en estudios de Análisis Coste Beneficio e Impacto Económico de Puertos, Terminales y Zonas Francas, Aeropuertos, Aerolíneas, Trenes de Alta Velocidad y Altas Prestaciones y Autopistas, y todo tipo de infraestructuras".

La parte más gratificante: "El contacto con los estudiantes y percibir sus ganas de aprender y saber. La menos gratificante es la burocracia que nos inunda con controles de calidad, encuestas y otras tareas administrativas que me distraen de lo que considero realmente importante que es la docencia, la investigación y la transferencia de conocimiento".

El primer viaje como estudiante de doctorado fue "a la Universidad Mundial de las Naciones Unidas en Malmö, en la división de la World Maritime University. Allí aprendía las sinergias de trabajar en equipo con personas que tenían las mismas inquietudes que yo y procedían de todos los países del mundo. La experiencia fue tan buena que la repetí varios años allí, y luego me animé a otras Universidades como las de California, Boston, Amberes, Roterdam y Oxford, en las que aún tengo grandes colegas y amigos".

Si alguien de Asturias quisiera seguir sus pasos le aconsejaría que "se forme y aproveche muy bien sus estudios en la Universidad de Oviedo y luego que viaje y amplíe conocimientos en otras universidades del mundo. También aconsejaría que volviera a Asturias, o al menos a España, para arrimar el hombro con sus experiencias y dar retorno a la inversión en capital humano que hemos hecho desde Asturias y desde España".

Sus recuerdos de infancia se mezclan "entre La Felguera, en donde nací y Cotorraso, de donde era natural mi padre. Sigo recordando con nostalgia el olor de la hierba y el sabor de las patatas cocidas en una hoguera de rastrojos después de la recogida en sacos".

A la Universidad de Oviedo y a la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales las ve desde el exterior "cada vez mejor. Por ello creo que la sociedad y las empresas e instituciones asturianas no aprovechan suficientemente el gran potencial que tiene".

Vive en Santander, "frente al mar en el Sardinero y puedo ir andando a mi despacho de la Universidad en diez minutos. Tengo un equipo amplio de personas a las que he dirigido la tesis doctoral y otros que se han sumado por afinidad. Con ellos cada día tomó un café después de las clases y debato sobre diferentes cuestiones económicas, sociales y de políticas públicas. También cuento con un grupo de amigos y amigas con los que disfruto mucho cada día después del trabajo. Lo que menos me gusta es que no voy tanto como quisiera a Asturias".

Su maestro fue el catedrático José Miguel Sánchez Molinero, "con el que sigo en contacto en las épocas de vacaciones tanto de Navidad como de verano. Su sentido crítico sobre el pensamiento y las teorías económicas hizo que me cuestionara muchas ideas preconcebidas y muchos prejuicios. Además, es un profesor con unos valores y un sentido ético tan elevado que te influye y marca para toda la vida. He disfrutado mucho también en las clases de Álvaro Cuervo, de Emilio Costa, de Rafael Anes, de José Luis García Delgado, de Pedro Gil, y de muchos otros. También en la Universidad de Oviedo me colaba a algunas de las clases de otras Facultades de Emilio Alarcos, de Gonzalez Campos y de Gustavo Bueno, que eran referentes intelectuales en mi época, junto con el admirado y querido poeta Ángel González del que aún disfruto recitando en alto sus poemas con algún acorde de guitarra. También me ha marcado mucho estudiar el bachillerato en el Instituto Jovellanos de Gijón con profesores y compañeros excelentes".

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