Los 300 héroes asturianos de la II Guerra Mundial: Luciano Prida, el base de los Jefferson Dragons que fue condecorado en la liberación de Filipinas
Hijo de piloñés y pongueta emigrados a Florida, fue un estudiante brillante y destacó en el baloncesto antes de alistarse y participar en las campañas del frente del Pacífico, donde resultó herido
Al volver de la guerra, se graduó en contabilidad, fundó su propia empresa y tiene una cátedra con su nombre en la Universidad de Florida
El proyecto de investigación "Asturians under american flag" ("Asturianos bajo bandera americana"), desarrollado por expertos asturianos en historia militar, ha logrado rescatar 300 biografías de descendientes de emigrantes asturianos que lucharon en las filas del ejército de Estados Unidos durante la II Guerra Mundial y en otros conflictos posteriores como la guerra de Corea o la de Vietnam. La mayor parte de ellos eran hijos de asturianos que se habían establecido en Tampa (Florida). Muchos de ellos lograron brillantes hojas de servicio y algunos, la más altas condecoraciones del Gobierno estadounidense. Este artículo resume una de esas 300 biografías de los héroes que dio la emigración asturiana a América.
Cuando se alistó en el ejército de Estados Unidos, el 23 de junio de 1943, Luciano Prida, diecinueve años, 1,81 de estatura, había sido un estudiante brillante y un prometedor base del equipo de baloncesto de su instituto, los Jefferson Dragons. Nacido en Tampa (Florida) el 15 de octubre de 1924, era el hijo de un matrimonio de emigrantes asturianos, él de Pintueles (Piloña) y ella de San Juan de Beleño (Ponga), que a los ocho años había sido adoptado por sus tíos maternos tras la muerte prematura de sus pares a causa de la tuberculosis. El alistamiento que detuvo su carrera deportiva le llevó al teatro de operaciones de la Segunda Guerra Mundial en el Pacífico, donde participó en tres campañas militares, resultó herido durante los combates que condujeron a la liberación de Filipinas y recibió varias condecoraciones. Es uno de los trescientos héroes asturianos o descendientes de asturianos que han sido identificados como combatientes en las filas estadounidenses durante el conflicto bélico y los posteriores del siglo XX.
La hoja de servicios de Luciano Leopoldo Prida González, hijo del piloñés Luciano Prida y de la pongueta Josefa González, se abre en la base de entrenamiento de Camp Blanding (Florida) en julio de 1943 y continúa hasta finales de ese mismo año en otros centros de adiestramiento del arma de Infantería, como Fort McClellan (Alabama) y Fort Meade (Maryland). Finalizada su instrucción, el 6 de diciembre es destinado a Camp Shanks (Nueva York) para su traslado al frente del Pacífico formando parte del 172 Regimiento de Infantería de la 43 División.
Intervino allí en tres campañas, Nueva Caledonia, Nueva Guinea y la liberación de Filipinas, donde cayó herido. Sucedió durante los combates para expulsar del archipiélago a las fuerzas imperiales japonesas, que habían invadido las islas durante el primer semestre de 1942. Cuando una bala alcanzó a Luciano en un pie y puso fin a su experiencia bélica ya era marzo de 1945. La ofensiva estadounidense había llegado en enero a las costas de Luzón, la mayor y más importante isla filipina, con el desembarco en el golfo de Lingayén, y se prolongaría durante seis meses. La jungla proporcionaba un considerable abrigo a las tropas niponas, pero el avance estadounidense fue relativamente rápido.
La intervención de Prida llegó hasta el mes de marzo, cuando el impacto de un proyectil le produjo una fractura en un pie que terminó aconsejando su repatriación a Estados Unidos. Fue trasladado a Camp Butner, en Carolina del Norte, donde se licenció tras restablecerse de sus heridas. Ya era diciembre de 1945 cuando la licencia hizo oficial la salida del ejército de este hijo de la emigración ultramarina asturiana cuya aportación a la conquista del Pacífico no pasó, sin embargo, desapercibida para las autoridades norteamericanas. Luciano Prida fue condecorado con tres estrellas de bronce, un “corazón púrpura” –una medalla con la efigie de George Washington que el presidente de Estados Unidos entrega a los heridos o muertos en acto de servicio– y una “punta de flecha de bronce”, reservada para quienes hayan participado en operaciones militares singulares, como asaltos anfibios, saltos en paracaídas de combate y aterrizajes de asalto en helicóptero o avión de combate, entre otros.
En un regreso muy fructífero a la vida civil, Prida volvió a su hogar en Florida, donde el 18 de agosto de 1946 contrajo matrimonio con Alicia Martínez en Hillsborough y tuvo cuatro hijos –Luciano Jr., Xavier, Alicia y Mónica–, catorce nietos y once bisnietos. Finalizó sus estudios de contabilidad en la Universidad de Florida y fundó su propia empresa en el sector, Prida & Guida Company, que adquirió una gran notoriedad en la ciudad de Tampa durante seis décadas. Como tributo a su compromiso y excelencia profesional, la Universidad de Florida estableció en 2006 una cátedra temporal con su nombre. Falleció el día 3 de enero de 2015 en Tampa.
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