La historia de un emigrante asturiano gana el "Nadal": Jorge Fernández desvela el "secreto" de su padre Marcial tras el enorme éxito de "Mamá"

El autor argentino, de raíces asturianas, se convirtió en un superventas en Argentina con la historia de su madre belmontina Carmen Díaz y ahora completa del díptico familiar con una novela sobre su padre, un camarero asturiano "laburante, terco y bondadoso" que al principio le disuadió de ser escritor

Jorge Fernández, en Oviedo

Jorge Fernández, en Oviedo / LUISMA MURIAS

David Mirón/E.Lagar

El escritor y periodista argentino Jorge Fernández, hijo de asturianos nacido en Buenos Aires en 1960, se convirtió en un superventas en su país con la novela “Mamá” a principios de este siglos. En aquella novela contaba la historia de Carmen Díaz, una emigrante de Belmonte de Miranda y en la noche de este día de Reyes, dos décadas después, recibió el premio "Nadal" por la obra de ficción que cuenta la vida de su padre Marcial, asturiano también. Un hombre “laburante, terco y bondadoso”. El libro que se hizo con este galardón de 30.000 euros, una de las grandes referencias de la literatura en español, lleva por título “El secreto de Marcial”, fue presentado con el pseudónimo Daniel Ocampo y cuenta "la historia de un escritor que intenta entender quién fue su padre años después de su muerte".

Un jurado formado en esta edición por los escritores Inés Martín Rodrigo, Care Santos, Andrés Trapiello, Lorenzo Silva y el editor de Destino, Emili Rosales, eligió como ganadora del certamen una obra que Fernández dedica a desentrañar la vida de su padre, una existencia que el autor ve como un misterio. "Madre no hay más que una pero cada padre es un enigma y todo hijo necesita resolverlo", desliza el narrador de ‘El secreto de Marcial’. El libro es también la reconstrucción de una relación no siempre armoniosa que empezó a echar raíces frente al televisor, encadenando películas en blanco y negro y clásicos de John Ford, y se acabó agrietando cuando la escritura irrumpió en la vida del hijo. Así lo confesaba en una entrevista con LA NUEVA ESPAÑA durante la presentación, en 2019, de su anterior obra “La herida”, un "thriller" sobre uno de sus grandes personajes, el espía Remil, que arranca en el Vaticano y viaja a la Patagonia en una intriga que desvela los entresijos de la corrupción y el poder. Cuando se le preguntaba a Jorge Fernández cuál había sido la herida fundamental de su vida contestaba: “Mi padre asturiano, Marcial, era camarero de un bar. Cuando descubrió que yo quería ser escritor, dedujo que yo quería ser vago. Y me dio por perdido. Yo tenía 15 años, y estuvimos alejados durante nueve años: sólo podíamos decirnos frases de ocasión. Cuando tenía 25 años, yo ya escribía una novela por entregas en un periódico de la tarde, y Marcial me llamó (algo que nunca hacía) para saber cómo iba a continuar la historia, que yo había cortado de manera dramática siguiendo la técnica de los viejos folletines. Marcial quería darles a sus clientes, que me leían religiosamente, la exclusiva. Se me saltaron las lágrimas y disimulé para que no se diera cuenta. Le respondí y me fui a llorar al baño. A partir de ese momento, nos amnistiamos mutuamente. La literatura, que nos había separado, nos volvió a unir. Yo cargué durante años con esa sensación: Marcial me había dado por perdido y me profetizaba la ruina. Le transferí ese conflicto, esa herida fundamental, a Remil. Su jefe, Cálgaris, lo da por perdido, y él trata de demostrarle durante toda la novela que está equivocado”.

En esa entrevista, Fernández reconocía que no se había curado la herida emocional. “No. Lucho contra ese fantasma, pero no creo haberme curado. Ni siquiera con el éxito de mis libros. Hace un tiempo soñé que yo estaba desempleado y que marchaba junto con otros menesterosos por la calle, y que de repente me tocaban el hombro. Era Marcial, el viejo asturiano, que me decía al oído: "Te lo dije, Jorge. Te lo dije, pero no mi hiciste caso".

Fernández, analista político del diario ‘La Nación’ y azote primero del kirchnerismo y ahora de Milei, Fernández Díaz empezó publicando novelas por entregas junto a las páginas de sucesos y durante más de de cuarenta años ha alternado la crónica policial, el periodismo de investigación y la columna de actualidad con la novela negra, las intrigas vaticanas con cuerpo de thriller, y la comedia sentimental con país a la deriva de fondo.

Fernández alcanzó en 2002 un éxito atronador en Argentina con “Mamá”, la novela que su propia madre inspiró al decirle: "Si querés escribir una gran aventura, contá la mía". Y contó la historia de Carmina Díaz, una joven campesina asturiana que en 1947 emigró a Argentina con 15 años y acabó cambiando la miseria por la depresión. “Le prometieron que pronto se reunirían con ella el resto de la familia, pero eso nunca pasó. Se quedó sola, atrapada al otro lado del Atlántico. Nunca superó ese desarraigo”, recordaba Fernández Díaz durante la promoción de su libro más vendido, todo un fenómeno editorial desde que se publicó en Argentina en 2002 y en España en 2019.

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