El resurgir de la gran novela asturiana del siglo XX que se escribió en Madrid

"Jugadores de billar", de José Avello, entra en el canon literario español gracias a su publicación en la colección Literatura de Alianza, que también ha publicado "La subversión de Beti García", la primera obra de este escritor de Cangas del Narcea fallecido en 2015

Milagros Gonzalvo, viuda del escritor, recoge este lunes en Gijón el premio "María Elvira Muñiz" concedido a la trayectoria literaria de Avello, un autor que tanto los lectores como los críticos están aupando a los puestos más relevantes de la literatura española del siglo pasado

José Avello y Milagros Gonzalvo en 1977, en una fotografía tomada en el Palacio de Cristal del Retiro, en Madrid

José Avello y Milagros Gonzalvo en 1977, en una fotografía tomada en el Palacio de Cristal del Retiro, en Madrid

Eduardo Lagar

Eduardo Lagar

Por desarrollarse en Oviedo y haber salido del ingenio de un asturiano de Cangas del Narcea, “Jugadores de billar”, la obra que José Avello (Cangas del Narcea, 1943.2015) publicó originalmente en 2001 en editorial Alfaguara va camino de quedar consagrada como la mejor novela asturiana del siglo XX y, hasta que aparezca otra que la releve, también del actual. Pero cada día son más –lectores, críticos y escritores- quienes la descubren y están aupando a los primeros puestos de la lista de los imprescindibles de toda la literatura española. Tanto “Jugadores de billar” como su novela anterior, “La subversión de Beti García”, habían sido casi rescatadas el olvido por la editorial asturiana Trea en 2018 y ahora puede decirse que han entrado en el canon literario español al ser publicadas en mayo y febrero del año pasado respectivamente en la colección “Literatura” de Alianza Editorial, bajo los auspicios de la editora Pilar Álvarez, gijonesa.

Este lunes día 13, en el marco de la entrega de los premios "María Elvira Muñiz", en el Centro de Cultura Antiguo Instituto de Gijón, a las 19 horas, tendrá lugar un coloquio sobre la obra de Avello, que ha recibido a título póstumo el premio a la trayectoria literaria de la edición correspondiente a 2004. En el coloquio, entre otros participantes, estará Milagros Gonzalvo, viuda del escritor cangués. Esta economista, funcionaria jubilada del Ministerio de Economía, de origen turolense, que conoció a Avello en Madrid en su época de estudiantes universitarios, se ha convertido en la más tenaz defensora de la obra de Pepe, como se refiere al aautor cangués, que vivió en la capital de España buena parte de su vida –aunque también trabajó en Guinea- y que se jubiló como profesor universitario en la Universidad Complutense (impartía Sociología en la Facultad de Bellas Artes).

Gonzalvo está contenta por la progresiva relevancia que va adquiriendo la obra publicada de Avello, que pasó años olvidada por los lectores. Ahora está embarcada en el proceso para reunir y transcribir toda la poesía inédita de su marido, escrita a mano. “Dejó montañas de poesía. Hay poemas que son buenísimos y otros de una primera etapa, de los años 60, donde él es muy joven y son un poco más ripiosos”, afirma este economista que se confiesa más inclinada a la literatura que a las cuentas de la oferta y la demanda. Durante el encierro de la pandemia, Gonzalvo también recuperó y ordenó todos los cuentos (una mayoría inéditos) que dejó escritos Avello, a quien recuerda como “un gran conversador, divertido; su propia conversación ya era como una novela. En cualquier reunión era el alma de la fiesta. Igual de buen narrador que era en sus novelas, lo era de palabra”.

Avello era “un escritor nocturno” que huía de camarillas literarias, apasionado de la escritura pero “a quien no importaba ni la fama ni el reconocimiento”, apunta Gonzalvo. Sus novelas no acumularon premios, pero sí quedaron finalistas de relevantes distinciones: “Jugadores de billar”, del Nacional de Narrativa en 2002 y “La subversión de Beti García”, del Nadal en 1983. Sí recibió “Jugadores de billar” el Premio de la Crítica de Asturias. “Ese fue un premio que a Pepe le alegró muchísimo precisamente por el reconocimiento que suponía en su tierra”, indica Gonzalvo.

 “Pepe siempre pensó que había escrito dos muy buenas novelas y por eso yo creo que estaba muy tranquilo. Él estaba contento con esa ética del subcampeón en la que a uno lo que le importa es jugar”. El juego es, precisamente, la clave que explica “Jugadores de billar”, a juicio de Gonzalvo. “Lo que el lector va a encontrar en esa novela es la descripción de la vida de una ciudad, que en este caso concreto es Oviedo (donde Avello comenzó sus estudios universitarios). Encontrará una descripción de los distintos personajes que representan las distintas clases sociales que se entremezclan como las bolas del juego de billar y que vivirán los distintos movimientos que les hace la vida. A partir de pequeñas minucias descubres un microcosmos. Una bola mueve a la otra, como en la vida misma, que te lleva a sitios que no tenías planeado”, comenta Milagros Gonzalvo, quien insiste en que esta es su visión de lectora. “Yo no soy crítica”.

“Jugadores de billar”, donde el humor tiene también un componente fundamental, está ambientada en Oviedo y emerge para algunos como la gran novela ovetense después de “La Regenta”. En este punto, donde la obra de Avello se coloca a la sombra de Clarín, Milagros Gonzalvo cree que la comparación, en tanto que “Nueva Regenta”, no ha beneficiado precisamente a la novela del cangués. “Le ha perjudicado. Está muy bien que digan que está al nivel de Clarín. Pero entonces el lector dice: pues para eso ya tengo a Clarín”. La viuda de Avello no cree que “Jugadores de billar” tenga como fin exclusivo retratar la sociedad ovetense, ni que existan personajes copiados fielmente del natural. Por si alguien tiene la tentación de buscarse. “Pero nadie escribe sobre el vacío, tú vives en un medio y de ahí tomas características de la gente para conformar tu propio personaje, que no es ninguno en concreto, pero sí la suma de muchos”. Tampoco, como han hecho otros críticos, considera que la novela pueda reducirse al relato de un ajuste de cuentas de la Guerra Civil, aunque ese conflicto esté presente en sus páginas. Es, como en las novelas de personajes del siglo XIX, cuyo gusto compartían ella y Pepe Avello, el retrato de un mundo en una ciudad pero de validez universal.

Milagros Gonzalvo no tiene duda de que “Jugadores de billar” se convertirá en “un clásico”. “Me parece una novela que está a la altura de las mejores”, afirma. Y pese a que es esta la obra que está haciendo emerger el legado literario de Avello, su viuda reivindica “La subversión de Beti García”: “Yo soy muy amante y muy defensora de esa novela. Beti me parece un personaje tan bueno como los mejores, que lo podría comparar con Ana Karenina”.

La identidad canguesa de Avello

José Avello era primo segundo de Juaco López, director del Muséu del Pueblo d’Asturies, que guarda un recuerdo imborrable del carácter del escritor de Cangas del Narcea, siempre atento, siempre divertido, con una charla inagotable y cautivadora. Tras su fallecimiento en 2015, López escribió una sentida biografía de Avello y sobre su vinculación con Cangas del Narcea para la página web de la sociedad canguesa Tous pa tous, en la que afirmaba que “Pepe era de esa clase de personas que logra que la vida sea más fácil para los demás y que consigue que la Tierra sea un lugar agradable en el que vivir. Algunas de sus cualidades: gran lector, espléndido conversador y una de las pocas personas que conozco que todavía recomendaba libros y lecturas, hecho que agradezco mucho”. Lee el artículo completo aquí.

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