Un tesoro de películas de la Guerra Civil en Asturias que grabó el Ciudadano Kane y rescató una historiadora ovetense

La historiadora Silvia Ribelles colabora en la digitalización del tesoro que acumuló el magnate de la prensa William Randolph Hearst, con cientos de archivos inéditos sobre el conflicto bélico que muestran sobre todo el lado más cotidiano, con seis filmaciones en escenarios asturianos

Un tesoro de películas de la Guerra Civil en Asturias que grabó el Ciudadano Kane y rescató una historiadora ovetense

UCLA

Tino Pertierra

Tino Pertierra

Lo nunca visto sobre la Guerra Civil española sale a la luz y una historiadora asturiana, Silvia Ribelles, ha sido fundamental para el rescate de ese tesoro. Centenares de grabaciones inéditas procedentes de la colección del magnate de la prensa William Randolph Hearst (sí, el mismo que inspiró a Orson Welles su "Ciudadano Kane") y que, emulando el final de la célebre película, estaban sepultadas durante décadas en la Universidad de California Los Ángeles (UCLA). Y ahora abandonan las sombras. Entre ellas, seis filmadas en Asturias, con imágenes de la entrada de las columnas gallegas en Oviedo o de las tropas del coronel Aranda en Pola de Gordón y de la contienda en Gijón.

Ribelles es una de las expertas que ha participado desde 2022 en esta aventura de rescate a cargo del Packard Humanities Institute, institución que trabaja en la preservación de archivos históricos. Una joya para cualquier investigador, según la historiadora, licenciada en Filología Inglesa por la Universidad de Oviedo y doctora en Historia por la Universidad de Extremadura, y que vive en Los Ángeles. Suya es la responsabilidad de describir las grabaciones relacionadas con la Guerra Civil que la compañía de Hearst donó a la Universidad de California junto a más películas relacionadas con otros hechos históricos. El Packard Humanities Institute trabajó para digitalizar unas 360 películas de la contienda, con una duración que oscila entre uno y quince minutos cada una. Grabaciones que fueron descartadas en su día, siendo interesantes por ser inéditas y recoger momentos de la vida cotidiana. Todas las películas se pueden ver en la página web newsreels.net.

Explica Ribelles que las cintas no estaban guardadas en las mejores condiciones para ese tipo de material. En los años 90 "las pasaron a VHS, pero, claro, o vas allí a verlo o no había manera de acceder, no es como ahora con la era digital. Se sabía de su existencia por el boca a boca entre investigadores. Y en 2016 es cuando The Packard Humanities Institute, que es para quien yo trabajo, decide hacer una colaboración con UCLA".

El proceso de digitalización es arduo: "Primero, se limpia la película físicamente de impurezas, de pegamentos, de trozos de celo... se reponen cachitos que puedan faltar, y después eso se pasa por la máquina Scanity, que escanea y pasa de los 35 milímetros a la versión digital. Luego hay un programa que limpia la película ya digitalizada de impurezas visuales, y auditivas, y una vez ya está el proceso hecho, se vuelca en la página web interna y luego eso se pasa a la página pública".

Silvia Ribelles, ayer en Oviedo. | DAVID CABO

Silvia Ribelles, ayer en Oviedo. / David Cabo

Allí donde saltaba la noticia, Hearst enviaba cámaras que grababan y todo se enviaba a Nueva York para preparar los noticieros que se proyectaban en los cines. Los descartes son "lo más interesante, porque ahí hay muchísimas escenas que nunca se han visto, a veces los cámaras tenían que ir a Madrid pero pasaban por Talavera y filmaban a campesinos arando una tierra. Y luego hay momentos en que sí son reporteros de guerra, y viven el intento de la toma del Alcázar el 18 de septiembre en Toledo, por ejemplo".

Asturias aparece "en varios momentos. Primero cuando se rompe el cerco de Oviedo, los reporteros me imagino que entrarían con las columnas gallegas. El 18 de octubre graban a Aranda con un chavalín que era un Flecha de Falange que se hizo muy famoso, lo condecoraron, tenía 14 años, un niño con su casco y su fusil, y esa condecoración... Y después hay escenas de la caída de Gijón, o sea, recién entradas las tropas nacionales, con banderas blancas en las ventanas. Hay escenas que se grabaron desde un crucero británico en alta mar. Gijón y Avilés eran una ratonera, ya llegaban las fuerzas nacionales y la única salida era el mar, donde fueron recogidos por ese barco donde viajaba un francés de agencia".

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