Asturias exporta talento
El gijonés que gana la gran partida en los videojuegos (y es CEO del club que poseen Marc Gasol y Courtois)
El directivo gijonés del primer club deportivo mundial que compite en fútbol real y virtual afirma que "en Asturias tenemos miedo a emprender, y para hacerlo bien hay que mirar al futuro sin miedo y sin complejos"

Mario Fernández.
Mario Fernández (Madrid)
Mario Fernández nació en Gijón en 1985. Es el CEO de Dux, un nuevo concepto de club deportivo que compite en fútbol real y en esports, donde los contenidos y los influencers están en el centro ya que cuentan con canales que suman millones de seguidores, impulsados por marcas de talla mundial. Entre los propietarios de Dux se encuentran los deportistas Marc Gasol, Borja Iglesias, Thibaut Courtois y el youtuber DjMaRiiO.
El gijonés Mario Fernández es CEO de "Dux", el primer club deportivo del mundo que establece nexos entre el mundo real y el virtual. Explíquenos eso: "Internamente funcionamos como una agencia creativa y de influencers y diseñamos formatos y activaciones para las marcas que nos patrocinan. Lo que más me gusta es que todo lo que hacemos lo hacemos sin perder los valores esenciales del deporte, como son la inclusión, la diversidad, el trabajo en equipo y la lucha contra la violencia, buscando así tener un impacto positivo que cale entre las audiencias más jóvenes para demostrar que el deporte, ya sea real o virtual, puede ser un agente transformador para bien".
Los contenidos, los videojuegos y el deporte le han acompañado toda su vida: "Desde jugar al fútbol con los amigos en el recreo hasta echar unas partidas a la consola con mis dos hermanos, Iván y Jorge. Hay una cosa muy curiosa y es que hoy en día los videojuegos son una puerta de entrada al deporte, ya que aprendes nombres de jugadores, de equipos, de estadios… Además, devoraba cualquier tipo de formato de entretenimiento: revistas, películas, series, videojuegos, videoclips cuando la MTV aún los ponía. Estas aficiones me llevaron a Madrid a estudiar Bellas Artes para seguir profundizando en la dimensión estética de los contenidos".
Pronto comenzó haciendo colaboraciones como fotógrafo para revistas y periódicos. De ahí "me animé a escribir también algunas reseñas de videojuegos y películas en revistas hasta que me llamó Electronic Arts (EA) para ayudarles en su departamento de comunicación. Trabajé varios años gestionando la relación con periodistas y organizando eventos de presentación de videojuegos hasta convertirme en el director de comunicación para España y Portugal, donde tuve la oportunidad de diseñar la estrategia de comunicación de sagas como Star Wars, Los Sims, Battlefield, Need for Speed y, por supuesto, FIFA, que ahora se llama FC. Y después di el salto a Dux, convencido por mi buen amigo Xavi Robles, donde además de dirigir el club soy uno de los socios de la empresa".
Recuerda con mucho cariño "la primera vez que fui con EA a trabajar a un E3 (Electronic Entertainment Expo) en Los Ángeles, la que era la feria de videojuegos más grande del mundo. Un espectáculo gigantesco donde se presentaban los próximos estrenos con la intención de conseguir la máxima repercusión mundial y donde tuve la oportunidad de conocer a gente maravillosa de todas partes del planeta e incluso a algún famoso que otro como Snoop Dogg o Paris Hilton. Me formó mucho, crecí como persona y como profesional y aprendí a tratar con todo tipo de personas y talentos. También me impresionó comprobar que muchas veces en Estados Unidos no es todo tan brillante como te lo pinta Hollywood y que en comparación la calidad de vida de Europa en general y de España en particular es inigualable… ¡Y en Asturias ya ni te digo!"
Sus padres, Emilio y Carmen, le brindaron "la posibilidad de explorar mis aficiones y a la vez me inculcaron que con esfuerzo y sobre todo siendo buena persona, se llega. Mi consejo es el mismo que me dieron mis padres: trabajar, trabajar y trabajar, pero siempre siendo buena persona antes que nada porque con buenos amigos y buenos contactos se llega aún más lejos. Plantea tu profesión como una carrera de fondo y no como un sprint, sobre todo porque la tecnología avanza muy rápido, demasiado, por lo que estar abierto al cambio y tener una curiosidad constante por aprender cosas nuevas es absolutamente esencial".
Al principio de su carrera profesional "no siempre llegaba el dinero y podríamos decir que tenía lo justo para vivir en Madrid. Y no quería enmarronar más a mis padres, que ya bastante me habían ayudado (y aguantado) con mis locuras. ¿Cabezonería? Puede, pero esta situación me hizo perder el miedo al no y al fracaso, a saber apreciar las cosas buenas cuando vienen, a empatizar con todo tipo de personas y situaciones, a resistir y no rendirse, y a poner el foco en lo que realmente importa. También descubrí que hay asturianos en todas partes y todos los que dejamos la tierrina pasamos por situaciones más o menos similares. Esa ‘network astur’ es importantísima: allá donde vayas habrá un asturiano dispuesto a escucharte, a echarte un cable y a presentarte gente".
Los asturianos somos muy críticos cuando estamos en Asturias, "pero cuando cogemos un poco de perspectiva y nos alejamos, la situación se ve de otra manera más positiva. No digo que no haya problemas, pero nadie negará que es el mejor sitio para vivir y reúne todas las cualidades para convertirse en un lugar atractivo para inversores y empresas. Además, con la irrupción de la IA el mundo va a cambiar y se volverá aún más digital si cabe, y desde luego más productivo. En este nuevo paradigma los asturianos tenemos valores excepcionales que ofrecer: estamos bien educados, somos leales, trabajadores y estamos acostumbrados a luchar por lo que nos apasiona. Eso sí, deberíamos pensar en crecer sin dejar de proteger lo que nos hace únicos: nuestra cultura, nuestra hospitalidad y la belleza de nuestra tierra. Las inversiones en proyectos de sostenibilidad deberían ser una prioridad para la región y también una oportunidad para la innovación".
Hay un "talento excepcional en nuestra región, pero desde hace años no hemos sido capaces de retenerlo y aunque muchos nos fuimos para estudiar o en busca de un futuro mejor siempre tenemos en mente volver algún día. Pero si todo ese talento lo aprovechamos para crear un tejido empresarial que sea igual de excepcional que la gente que sale de Asturias no me cabe duda de que podríamos volver a ser uno de los motores del país. En Asturias tenemos cierto miedo a emprender, probablemente fruto de haber resistido crisis económicas, y para poder hacerlo bien hay que mirar al futuro sin miedo y sin complejos".
Aún resuenan con fuerza en su cabeza algunas frases de su padre "como ‘de tener la razón no se come’, es más importante convencer que vencer. Mi madre es y siempre será la persona más honesta y buena que conozco, y de ella aprendí a brillar con más fuerza en los momentos más oscuros. Y, por supuesto, mis hermanos, de los que aprendo y me sorprendo constantemente y que claramente son más listos que yo porque viven en Asturias y les va estupendamente bien".
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