La crónica del "sportinguista volador" desde México: el gafe del Sporting y un respiro de victoria

Lo mejor, sin duda, fue el debut de Nico Serrano dando la asistencia para el primer gol de Dotor vestido de rojo y blanco: parece que estos fichajes invernales van a venirle muy bien a Albés y al equipo para recuperar terreno

Los jugadores del Sporting celebrando uno de los goles.

Los jugadores del Sporting celebrando uno de los goles. / Marcos León

Diego Álvarez Bada

Diego Álvarez Bada

Diego Álvarez Bada lleva 11 años trabajando como sobrecargo de aviación en la línea bandera de México. Hace 5 años fundó la peña "La villa de Quini", de la que es presidente. Es la primera y la única peña sportinguista oficial en México y fuera de España. Viaja hasta diez veces al año vuela a España para ver los partidos del Sporting y ha vivido los 13 derbis asturianos que se han celebrado desde 2017, cuando los dos principales equipos asturianos se volvieron a encontrar en la competición

Dicen que cuando no estás mirando, las cosas suceden. Hay días en los que el Sporting, parece querer mandarme un mensaje personal. Este sábado fue uno de esos días. El equipo rompió su racha de dos meses sin conocer la victoria con un 2-0 frente al Burgos. ¿Y dónde estaba yo? Pues a 40.000 pies de altura, sin poder ver el partido. Fue el primer encuentro de la temporada que no seguí en directo. Ni por televisión, ni por la tablet en un hotel, ni siquiera por la radio. Incluso más de alguna vez teniendo wifi en el avión he podido ver al Sporting en mitad del Atlántico Norte en algún vuelo desde Europa a México. Esta vez me enteré del resultado media hora después de aterrizar. Con el móvil por fin encendido y las notificaciones llegando una tras otra, supe que el Sporting había ganado. Y, claro, la pregunta me vino sola: ¿casualidad o seré yo el gafe del Sporting?

No es paranoia. La fama me precede. En México, entre los amigos de la peña a la Villa de Quini y otros conocidos futboleros, ya me han bautizado como "el gafe del Sporting". Y los números no ayudan a desmentirlo. En los últimos nueve años que llevo siguiendo al equipo de cerca, he ido a 38 partidos. ¿Cuántas victorias he visto? Nueve y una suma de 40 puntos en total. Un promedio de poco más de un punto por partido. ¡Números de descenso, díganme sino! Y, lo más gracioso, es que no es raro que cuando estoy en El Molinón o en cualquier otro estadio, más de uno me mande mensajes pidiéndome que, por favor, salga del estadio si el equipo va perdiendo. Ya hasta temo que en Gijón se lo tomen en serio y un día me prohíban entrar al campo. Jajaja. ¡Espero que no llegue a tanto!

Pero más allá de mi supuesta maldición, aunque no lo vi en directo, ya me puse al día y lo más importante es que el Sporting ganó y lo hizo bien, el equipo mostró dos caras: un primer tiempo discreto y un segundo en el que sentenció el partido sin sufrir. Lo mejor, sin duda, fue el debut de Nico Serrano, dando la asistencia para el primer gol de Dotor vestido de rojo y blanco. Parece que estos fichajes invernales van a venirle muy bien a Albés y al equipo para recuperar terreno y acercarse al play-off.

Ojalá veamos en Dotor un caso similar al de Dubasin, que vino del Oviedo al Sporting y ahora brilla con nuestra camiseta. Si estos refuerzos siguen así, la segunda vuelta pueden hacernos disfrutar mucho.

Lo cierto es que, supersticiones aparte, este resultado llega como un respiro para un equipo que necesitaba reencontrarse con la victoria. Quizás, al final, el verdadero gafe no sea mi presencia, sino las circunstancias que arrastraba el equipo. Pero, por si acaso, en el próximo partido, ¿me recomiendan volar de nuevo?

El siguiente Sábado volveré a estar pegado a la pantalla, porque el gafe que llevo dentro no es más fuerte que el amor por este escudo. Y quién sabe, quizás hasta cambiemos la suerte juntos y algún día rompa mi propia racha y vea más victorias que derrotas. Pero mientras tanto, que el equipo siga ganando, aunque yo no pueda verlos.

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