La crónica del "sportinguista volador" desde México: sin gol, sin dos puntos, sin tiempo y sin 9 no hay paraíso
El partido de los rojiblancos contra el Éibar no fue malo, pero tampoco suficiente; falta pegada y el equipo está pidiendo a gritos un rematador

Dubasin, ante el portero del Éibar, Magunagoitia, en una de las ocasiones más claras del partido. / Ángel González
Diego Álvarez Bada lleva 11 años trabajando como sobrecargo de aviación en la línea bandera de México. Hace 5 años fundó la peña "La villa de Quini", de la que es presidente. Es la primera y la única peña sportinguista oficial en México y fuera de España. Viaja hasta diez veces al año vuela a España para ver los partidos del Sporting y ha vivido los 13 derbis asturianos que se han celebrado desde 2017, cuando los dos principales equipos asturianos se volvieron a encontrar en la competición
Tengo un gran recuerdo de la última visita del Éibar al "templo". Pude contemplar in situ en El Molinón aquel gol de Campu en el 85 que nos acercaba al playoff en la penúltima jornada de la temporada pasada. Esta vez, tras la victoria frente al Burgos, el Sporting llegaba más relajado al partido, después de una semana más tranquila, con la esperanza de reducir la diferencia de puntos con los de arriba y de confirmar que aquella victoria no había sido solo un espejismo. Pero el equipo se quedó sin gol y sin los tres puntos en casa. Y lo que es peor, se quedó también sin tiempo. Porque la temporada sigue avanzando y la distancia con la zona de privilegio no se acorta. Cada vez queda menos y el playoff sigue viéndose como una montaña difícil de escalar.
Hoy pude ver el partido con calma, algo que no siempre es posible en mi vida como tripulante de cabina. Tras una semana de vuelos a República Dominicana y San Francisco (California), por fin tuve la oportunidad de sentarme frente a la televisión. Un horario aceptable en México, las 11:30 de la mañana, aunque complicado para reunirnos como peña. Entre el trabajo, las distancias de la ciudad y los horarios de los bares, que aquí abren más tarde, ver al Sporting acompañado no siempre es fácil. Pero, al encender la tele, las imágenes de los jugadores saliendo al campo con el himno de fondo me hicieron sentir un nudo en la garganta. Deseo poder estar ahí otra vez pronto.
El partido dejó sensaciones encontradas. No fue malo, pero tampoco fue suficiente. En la primera parte, el Sporting no logró imponer su juego. Dubasin tuvo la más clara en una buena combinación con Gelabert, aunque de haber entrado, el VAR la habría anulado. El Éibar, sin grandes alardes, mantuvo el partido equilibrado. En el segundo tiempo, el panorama parecía despejarse cuando los armeros se quedaron con diez hombres en el minuto 51. Pero ni con superioridad numérica el Sporting pudo desatascar el partido.
El Éibar no se encerró de inmediato y siguió atacando. Sin embargo, con el paso de los minutos, el desgaste hizo que los visitantes se replegaran y el Sporting se volcara en ataque. Hubo oportunidades: Dubasin, Gelabert, Guille Rosas, Dotor… Pero faltó pegada. Se notó la ausencia de Otero, alguien que podría haber definido esas jugadas en el área. La más clara fue un centro envenenado de Dubasin que pasó por el área sin que nadie lograra empujarlo: un balón que pedía a gritos un rematador.
El próximo reto será una visita complicada al Ciudad de Valencia para jugar contra el Levante. Es un campo que no se nos da bien y un partido que, sobre el papel, se antoja aún más difícil que el del Éibar, pero el Sporting nos ha demostrado que a veces juega mejor contra los grandes que contra los equipos que parecen más asequibles. Esa es otra de sus grandes contradicciones. El Éibar llegaba como uno de los peores visitantes de la categoría y, aun así, logró llevarse un punto de Gijón. Son estos los partidos en los que el equipo necesita dar ese “algo más” para mantenerse en la pelea. Pero, por ahora, seguimos esperando que llegue.
Mientras tanto, en México se habla de otro fichaje bomba: Sergio Ramos llega para jugar con el Monterrey, un club con un gran presupuesto y una plantilla de calidad en la que ya juegan otros españoles como Óliver Torres y Sergio Canales. Monterrey participará este año en el mundial de clubes en Estados Unidos y será sede del Mundial 2026 y ha apostado fuerte por reforzarse. En términos de nivel, creo que cuatro o cinco equipos de la liga mexicana podrían competir en la parte media baja de LaLiga, mientras que el resto estarían más cerca de un nivel promedio de Segunda División.
Pero hoy, más que en fichajes o comparaciones entre ligas, lo que ocupa mi mente es el Sporting. El reloj sigue corriendo y otra jornada que pasa sin victoria nos aleja más del objetivo. Ojalá el equipo nos sorprenda en Valencia y nos dé un motivo para seguir creyendo. Porque quedan muchas jornadas, sí, pero el tiempo, como los goles y los puntos, se nos empieza a escapar.
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