La misión de "Coach Álvaro": mejorar el fútbol de Vanuatu, las islas que están más allá del fin del mundo

El entrenador asturiano fue elegido tras un duro proceso de selección por la FIFA para dirigir un ambicioso proyecto en el país oceánico: "Tuve que buscarlo en el mapa"

Personal de la Federación recibe a Álvaro López a su llegada a Vanuatu.

Personal de la Federación recibe a Álvaro López a su llegada a Vanuatu.

Nacho Azparren

Nacho Azparren

Oviedo

Álvaro llegó un jueves a Vanuatu, un conglomerado de islas a 1.750 kilómetros al este de Australia; es decir, todavía más allá de la otra punta del mundo. Al enviado por la FIFA para darle un impulso al fútbol del humilde país oceánico le agasajaron a su llegada y le comentaron que al día siguiente los chavales de la selección de 15 años jugarían el primer partido de sus vidas. Eso, lo de debutar en un encuentro a una edad tan tardía, ya le chocó. Pero más aún el choque en sí: "Estaba previsto a la 1 y empezó a las 2.20", dice como primer detalle. "El calentamiento consistía en que un niño se iba al córner a centrar y el resto entraban al remate…", añade para situar al lector el nivel de organización y hábitos del fútbol de Vanuatu. "Pensé: ‘¿pero dónde te has metido?’".

Álvaro enseña  en su móvil dónde está Vanuatu.    | DAVID CABO

La selección sub-16 de Vanuatu. / .

Pero aquellas dudas del primer vistazo fueron rápido solventadas por la predisposición y amabilidad de la gente que ha tenido desde el primer día en esta singular aventura. Vayamos con el contexto. Álvaro López Pando tiene 37 años y entrenaba al Avilés cadete cuando, a través de un contacto, se le ofreció la posibilidad de optar a una de las demandadas plazas que la FIFA ponía en concurso para su programa "Talent coach", que consiste básicamente en desarrollar el fútbol en países con menos tradición y medios. "Mandé el curriculum con escasas esperanzas de que me cogieran: éramos 1.100 entrenadores de todo el mundo para 15 plazas", explica. Pero fue superando fases hasta ser uno de los elegidos. El asturiano no lo dudó. Dejó un buen trabajo en Johnson & Johnson y el fútbol formativo en Asturias por perseguir su sueño. Aunque le llevara tan lejos. "Ahí no puedes elegir destino. Me dijeron: ‘Te vas a Vanuatu’. Y, de primeras, tuve que buscarlo en el mapa", comenta.

"Coach Álvaro" tiene una misión: mejorar el fútbol de Vanuatu

Álvaro López, durante un entrenamiento / .

La perspectiva mejoró al mirar el globo. Había vivido años atrás en Australia, así que no le resultaría un contraste tan marcado. Pero el reto venía en lo profesional. López aterrizó en el país oceánico a mediados de octubre y se dio cuenta de lo que tenía por delante.

"Coach Álvaro" tiene una misión: mejorar el fútbol de Vanuatu

Álvaro López enseña en su móvil dónde está Vanuatu / David Cabo

"Lo que más noto es la diferencia en cuanto a la educación deportiva. Lo del primer día de la puntualidad y el calentamiento era solo un ejemplo", dice. Así, a López, rebautizado por su staff en la Federación como "Coach Álvaro", le toca establecer unas pautas que acerquen el fútbol de Vanuatu al alto rendimiento. Está el reto de la captación de talento. ¿Cómo saber dónde hay un futbolista prometedor en un país compuesto por 83 islas y 8 federaciones regionales de fútbol? También la formación de entrenadores y jugadores, de las selecciones sub-16 y sub-14 en la que se centra este proyecto de, al menos, dos años. Pero su labor también incluye aspectos más mundanos como incluir pautas sobre la alimentación, organizar la logística de recogida de niños de cara a los entrenamientos y asegurar que los chavales tienen unas condiciones óptimas en la Academia, donde pernoctan los jóvenes futbolistas que no son de la capital, Port Vila.

Más contrastes. "Allí son muy religiosos. Son católicos, y después de cada entrenamiento y de cada partido se hace una oración para agradecer la actividad. Y los partidos se juegan los viernes. Los sábados y los domingos son para ir a misa", cuenta Álvaro.

Las dificultades son superadas por las cosas buenas: "A nivel de hospitalidad y amabilidad es otro nivel. Los niños son educados y respetuosos. Podríamos aprender de ellos".

Ahora, debe solventar algunos problemas en el visado para volver a Vanuatu. "El día después de irme, el 16 de diciembre, hubo un terremoto en el que murieron 16 personas. Libré por 22 horas. El edificio de inmigración donde me estaban facilitando el visado se derrumbó y ha habido retrasos. Pero espero estar allí a finales de mes", relata. Sus planes próximos, integrar una forma de trabajo que para los oriundos supone un contraste. Y, de fondo, un reto deportivo: clasificarse para el Mundial sub-17 de Catar. "Sería un puntazo", proclama el asturiano.

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