El día de la marmota

"Prevaricación: f. Der. Delito consistente en que una autoridad, un juez o un funcionario dicte a sabiendas una resolución injusta". 

La RAE recoge como sinónimo o afín “prevaricato”, pero viendo la actuación arbitral este pasado lunes, que se ha convertido en la tónica de las últimas jornadas, y me atrevo a decir de las últimas temporadas para el conjunto carbayón, “CTA” podría sumarse perfectamente como acepción. 

En el mundo del fútbol, donde cada decisión puede cambiar el rumbo de una temporada, el Real Oviedo ha encontrado en los arbitrajes un adversario inesperado. La temporada ha sido un viaje lleno de altibajos, pero hay un hilo conductor que une cada partido: la sensación de impotencia. Un penalti no señalado aquí, una falta inexistente allá, un “no era falta eh, chocas tu compi. La pito porque ya teníais el balón vosotros, hubiese sido gol eh“… cada episodio alimenta la narrativa de que el equipo está siendo víctima de un sistema que no le favorece, y es que a medida que avanza la liga la sensación de que la moneda siempre cae para el mismo lado se intensifica.

El Video Assistant Referee (VAR) llegó al fútbol con la promesa de revolucionar el deporte, de traer justicia y claridad a decisiones arbitrales que a menudo resultaban polémicas; sin embargo, se está convirtiendo en un arma de doble filo, y lo que debería ser una herramienta para mejorar el juego se ha transformado en un foco de frustración y confusión. 

Sin los errores cometidos por el VAR el equipo ocuparía la primera plaza con 52 puntos, 8 más respecto a los actuales 44 que nos colocan en puestos de playoff, pero dejándonos con un sabor de boca amargo. Y es que a día de hoy el Oviedo es el equipo más perjudicado de la Segunda División (+8), seguido de Huesca (+3) y Mirandés (+1).

Si algo he aprendido este medio año que llevo en China es que a veces hay que coger distancia para poder ver las cosas con perspectiva; (aunque desde aquí a 10.000kms, y me atrevo a decir que también desde la estación espacial internacional, vimos claramente dentro el gol de Colombatto de hace un par de semanas…) y aunque parezca que jornada tras jornada vivimos en el día de la marmota, este año podemos decir que estamos en la pelea, y todavía nos quedan balas en la recámara. La enfermería se está vaciando, los fichajes de invierno carburan y depende de nosotros, quedan 16 finales. Próximo objetivo: Albacete en casa. El Tartiere tiene que ser una caldera.