Una operación pionera a nivel nacional

Una operación de cáncer contada desde el quirófano por el "piloto" asturiano del robot Da Vinci SP: "El tumor está ahí, ahí"

El doctor Vital Hevia utiliza por primera vez en España el ingenio en una cirugía para tratar un tumor de riñón: "Es como un F1"

El piloto asturiano contra el cáncer

Xuan Fernández / Amor Domínguez

Xuan Fernández

Xuan Fernández

Madrid

–El tumor va a estar ahí, creo que más hacia allá… Sigue un poco más.

–Creo que sí, pero hay que seguir pelando: está en el peor sitio.

A simple vista, el doctor Vital Hevia (Oviedo, 1983), jefe de la Unidad de Riñón de ROC Clinic, está como jugando a la consola en un quirófano mientras no para de hablar con el doctor Ricardo Brime, jefe de la Unidad de Cirugía Robótica, que es madrileño, hijo de ovetenses. Brime mira a una pantalla mientras Vital, que lleva la voz cantante, está enfrascado en la potente máquina. Maneja unos mandos mientras mira a través de unas lupas. No puede ver lo que hay a su alrededor, que impresiona.

Si uno cierra los ojos y se olvida por un momento de que la escena tiene lugar en un quirófano de un hospital, la conversación entre los dos médicos, expertos en tumores y con una trayectoria contrastada, podría ser la de dos chavales que están con la Play en un piso de estudiantes.

-Tienes que ir más a la izquierda, más a la izquierda.

-Quítame ese trozo de grasa, fuera.

Es correcto decir que Vital Hevia maneja una consola, porque así llaman al aparato que maneja los movimientos del robot quirúrgico que él y su equipo utilizan, aunque el propósito nada tiene que ver con los videojuegos. El doctor ovetense, afincado en Madrid, afrontó ayer una pionera operación en el Hospital Universitario HM Sanchinarro de la capital española, al utilizar por primera vez en España el robot Da Vinci SP (Single Port) durante una cirugía de un tumor de riñón.

Se maneja a través de una "consola" y permite avanzar por el interior del cuerpo del paciente

Se trata del más avanzado de este tipo de robots, que de momento en España solo utiliza el equipo en el que está Vital Hevia. Hay otros modelos de esta potente tecnología Da Vinci, como el XI, que se utiliza en el HUCA o en Cabueñes, pero el SP, a diferencia del anterior, solo tiene una única entrada en el cuerpo del paciente, lo que hace que la operación sea menos invasiva. En resumen: con una pequeña incisión el robot se adentra en el enfermo.

"Nos permite una precisión extraordinaria trabajando en espacios muy pequeños. Este robo está en auge en la cirugía robótica y nos abre nuevas vías para trabajar contra el cáncer", explica Hevia, médico formado en la Universidad de Oviedo, que realizó su residencia en Urología del Hospital Ramón y Cajal y sacó adelante su tesis doctoral en la Universidad de Alcalá, obteniendo un "sobresaliente cum laude" por un trabajo sobre la eficacia de la preservación renal hipotérmica, recibiendo un Premio Extraordinario de Doctorado y de la Real Academia de Medicina en 2022. "Este tipo de intervenciones requiere de mucha concentración para manipular desde una máquina una zona con un tumor. Es como ir en un coche de Fórmula 1", describe Hevia.

"El robot nos permite una precisión extraordinaria", afirma Vital Hevia

La máquina que manejaba ayer este ovetense cuesta entre un millón y medio y tres millones de euros y su funcionamiento parece sencillo a simple vista. El asturiano, a los mandos, guía un brazo robótico por el interior del cuerpo del paciente para encontrar el tumor. A su alrededor, hay otras persona de su equipo, como Ignacio Baselga, enfermero, o Silvia Fernández, anestesista, que supervisan las pantallas y le dan el material requerido a Ricardo Brime. La función de este último, que habla constantemente con Hevia, es distinta a la del ovetense: le da asistencia sin manejar el robot, gracias al minúsculo espacio por el que puede introducir herramientas de trabajo o incluso su propia mano. Mira sin pestañear la cámara, en 3D, en la que se cómo avanzan los brazos del robot.

El equipo de Vital afrontó ayer un intenso trabajo en una operación que duró más de lo previsto y que se complicó más de lo esperado, debido a la compleja ubicación del tumor a tratar. Finalmente, los doctores pudieron extirpar el tumor. La operación fue novedosa, ya que nunca se había usado este robot para un cáncer de riñón. Sí se utilizó semanas atrás para cirugías de próstata y se espera que su incidencia en el paciente vaya a más. "Es el futuro en cirugía", recalca Hevia.

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