El gran debut en México de un artista asturiano: Pablo Armesto deslumbra en el Museo de Querétaro

"La luz que no vemos" es el título de la primera gran muestra mexicana del creador gijonés, que ha abierto taller en el país azteca e inicia una nueva etapa de desarrollo artístico

Hasta el 29 de junio, Armesto llenará el Museo de Arte de Querétaro con sus creaciones donde la tecnología de la fibra óptica y la luz LED se teje para crear formas luminosas llenas de belleza que hablan de "lo que vibra en el origen de todo lo creado"

Eduardo Lagar

Eduardo Lagar

El artista asturiano Pablo Armesto protagoniza su primera gran exposición individual en México, a donde se trasladó a residir hace unos meses, abriendo así una nueva etapa de su trayectoria artística. El Museo de Arte de Querétaro, el MAQRO, muestra hasta el próximo 29 de junio una amplia representación de la obra uno de los creadores plásticos asturianos de mayor proyección internacional y obra más inclasificable, que parte de la experimentación con nuevas tecnologías de iluminación para tejer ingrávidas presencias con ellas. Porque Armesto viene a ser algo así como un domador de la luz, un geómetra de los fotones.

La luz es, en último término, la materia prima que Armesto moldea para hacer realidad sus obras, que se sitúan en un lugar intermedio, y muy sorprendente, entre la pintura, la escultura y la instalación. La exposición que se puede visitar en Santiago de Querétaro, una ciudad de 800.000 habitantes a unos 220 kilómetros al noroeste de la capital federal, lleva por título “La luz que no vemos”. Es otra demostración del grado de la maestría que este artista con casa-taller en Villaviciosa, criado en Gijón, aunque nacido en Suiza en 1970 por la emigración de sus padres, ha conseguido en el manejo de la fibra óptica y la luz LED, dos tecnologías que utiliza para trazar geometrías que acaban componiendo volúmenes lumínicos que parecen flotar en el aire, como estallidos estelares contenidos en un marco que emiten una cierta radiación espiritual.

Las piezas que se han reunido en el MAQRO –que ocupa el inmueble del antiguo convento de Santa Cruz, del siglo XVIII- hablan paradójicamente habla de la luz como “energía vibracional, como energía latente”. Este esl enfoque que le ha querido dar el artista asturiano. En estas piezas, “la luz no es únicamente el resultado de un fenómeno físico si no la manifestación de una pregunta”. Las obras que Armesto presenta en Querétaro aluden precisamente esa “luz que no vemos” y son “una invitación a desvelar lo que nos sostiene, lo que vibra en el origen de todo lo creado”. Por eso, por proponer una búsqueda de esa vibración ancestral, en el encabezamiento del texto que presenta este conjunto de obras de indudable belleza, Armesto ha elegido un verso del poeta y premio Nobel mexicano Octavio Paz: “El vacío no está vacío. Está lleno de lo que aún no ha nacido” .

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Además de las piezas reunidas en el MAQRO, procedentes de galeristas y coleccionistas de Aspen (EE UU),Panamá, México y España, la exposición incluye también una instalación creada específicamente para la ocasión. Lleva por título “enQuentROs”, compuesta por varias cruces de luz LED suspendidas entrelazadas del techo que hacen de catalizador de la historia del Convento de la Santa Cruz donde hoy se ubica el museo y de una de sus leyendas, la de un árbol que creció a partir del bastón clavado en el patio por un misionero y que daba espinas con forma de cruz. La obra “propone un diálogo entre lo vertical y lo horizontal, entre lo visible y lo intuído, entre lo que cada uno percibe y lo que colectivamente podemos intuir”.

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