El asturiano que estrechó la mano a cuatro papas vive en Panamá y tiene "dos grandes amigos en común" con León XIV

Que eleve el brazo aquel asturiano que haya intercambiado un apretón de manos con los últimos cuatro papas, incluido el actual. No cuenta en este cómputo el cardenal Ángel Fernández Artime, el prelado luanquín que participó en el último cónclave y que habrá repetido ese gesto en numerosas ocasiones. Difícilmente alzará su palma un solo nativo de esta región, un solo católico que pueda jactarse de haber tenido acceso al saludo de cuatro pontífices. Pero hay uno que lo ha logrado y dado fe de ello: Fernando Hevia Barrasa, de 73 años recién cumplidos, nacido en Lugones, en la calle La Ciega, y afincado actualmente en Panamá por motivos laborales desde hace más de una década y media.

Hevia Barrasa estuvo con León XIV en la primera audiencia general del nuevo Papa, celebrada el pasado miércoles 21 de mayo, en la que el pontífice saludó en perfecto castellano a los peregrinos de lengua española, "en modo particular a los grupos provenientes de España y América Latina", dijo Robert Francis Prevost. Este asturiano errante que trabajó en el Banco de Asturias de 1977 a 1984, que abandonó la banca tras ocupar cargos de responsabilidad y que, apasionado del turismo, se convirtió en uno de los mayores operadores en la organización de expediciones turísticas de contenido religioso, ya conocía al Papa con anterioridad. "Lo saludé cuando le nombraron cardenal en 2023. Yo estaba en Roma durante ese Consistorio, en el que también accedió al Colegio Cardenalicio nuestro Fernández Artime".

"Él y yo tuvimos dos grandes amigos comunes". Y de ellos habló a Prevost en la reciente audiencia, cuando tuvo ocasión de acercarse a él. "Le comenté que había conocido bien al padre José Castaño, dominico asturiano que fue rector de la Pontificia Universidad de Santo Tomás de Aquino en Roma, conocida como “el Ángelicum”, y a Benito Gangoiti, un prestigioso canonista". "¡Ah, mis grandes profesores!", respondió el Papa, un hombre, a juicio de Hevia Barrasa, "muy cercano y dialogante". El asturiano se presentó al Santo Padre como "panameño", pues iba acompañando en la audiencia papal al arzobispo de Panamá, José Domingo Ulloa, "también agustino y amigo desde hace años". Castaño, que había nacido en Sama, dirigió en 1987 la tesis doctoral de quien llegaría al Papado con el nombre de León XIV. La tesis, que obtuvo la máxima calificación, "magna cum laude", versaba sobre el papel del Prior Local de la Orden de San Agustín.

Acompañando a una delegación panameña asistió Hevia a una audiencia papal con Francisco con motivo de la celebración del quinto centenario de la instauración de la primera diócesis en tierra firme del continente americano, Santa María la Antigua del Darién, establecida en 1510 por Vasco Núñez de Balboa. "Le dije al Papa que era asturiano y que llevaba años organizando viajes de turismo religioso". "Muy bien, muy bien, ánimo y a seguir", le respondió Bergoglio.

"A Benedicto XVI también le gustaba mucho conversar", rememora el asturiano, que pudo departir con Ratzinger cuando en noviembre de 2011 la Orquesta Sinfónica de Principado de Asturias, dirigida por Max Valdés, actuó en el Vaticano, en la sala Nervi, con capacidad para 12.000 personas. Hevia fue uno de los promotores de ese concierto. Posteriormente acompañaría a su madre a una audiencia con Benedicto cuando la mujer, ya fallecida, cumplió 90 años

Con Juan Pablo II, la relación de este asturiano comenzó en 1985. "Nos vimos varias veces, y siempre recordaba su visita a Asturias y a la Madonna de Covadonga, que era la manera en que se refería a nuestra Santina".

La elección de León XIV "fue una sorpresa para muchos, pero a mí me supuso una inmensa alegría", relata este asturiano que regresa a su tierra todos los veranos, y que tiene tres hermanos que viven en Oviedo. "Erraron mucho las quinielas. En este caso no hay duda de la intervención del Espíritu Santo: nadie hablaba de Prevost, la mayoría de los cardenales ni se conocían y fueron capaces de emitir un mismo voto en apenas 24 horas". A su juicio, al primer pontífice norteamericano, también el primer papa agustino, le aguarda "una tarea difícil, dentro y fuera de la Iglesia. Dentro hace falta unidad, pues la Iglesia está dividida. Crece la apostasía en muchos países y hay que esforzarse en recuperar a muchos católicos".

"Y fuera, el mundo está como está. Se habla mucho de la guerra de Ucrania y de la situación en Gaza, pero en otros países, como Nigeria, se está asesinando a sacerdotes y religiosos. Ojalá que León XIV ayude a poner un poco de sentido común en medio de tanto conflicto", anhela Fernando Hevia, que regresará a Asturias en agosto y volverá encontrarse con su peña de Lugones, de la que participan varios vecinos de esta localidad sierense, amigos desde la infancia, "desde la época del catecismo", concluye el asturiano que ha estado con cuatro papas.

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