Marta Pastur lleva el orvallo en la sangre desde Copenhague

"Ser emprendedora y dirigir una pequeña empresa en un país extranjero es, en sí, un reto constante", afirma la escritora y directora de una academia de español para niños en la que estimula su imaginación y la cultura

Marta Pastur.

Marta Pastur.

Tino Pertierra

Tino Pertierra

"Nunca me habría imaginado así el instante en el que fui consciente de que ya no era una niña. Lo recuerdo perfectamente, igual que el momento en el que me di cuenta de que yo era yo".

Relato: "Orvallo", página 33. Autora: Marta Pastur. Ovetense. Estudió Pedagogía y se especializó en Neuropsicología educativa. Vive en Copenhague (Dinamarca) y dirige una academia de español para niños que fomenta la imaginación, la cultura y el idioma.

Entramos en "Pollitos": "Mi trabajo consiste en acompañar a niños y familias en el proceso de aprendizaje del español, en un entorno afectivo, seguro y divertido. Reviso nuestra metodología, organizo eventos, gestiono nuestra librería infantil y, sobre todo, estoy presente en el día a día de la academia".

¿Lo que más le gusta? "Ver cómo los niños aprenden, se hacen amigos, disfrutan y crean lazos con el resto de profesoras y conmigo. También ver a las familias felices y ser consciente de que, con mi trabajo, estoy influyendo en sus vidas, facilitando la transmisión del español y la crianza bilingüe en el extranjero. Además, me enorgullece haber creado un punto de encuentro y una comunidad unida".

La mayor frustración "surge cuando los proyectos en los que he invertido tiempo e ilusión no salen adelante o no resultan como esperaba. A menudo avanzo por un camino que nadie ha transitado antes, y eso implica muchas veces luchar por cosas que finalmente, por diversos factores, no se consiguen".

Siempre ha estado "muy vinculada al mundo de la infancia. Soy la tercera de siete hermanas, y desde pequeña aprendí a cuidar, consolar y acompañar. Esa experiencia me marcó y me llevó a estudiar Pedagogía, luego un máster en Neuropsicología en el ámbito educativo, y finalmente a dedicarme profesionalmente a trabajar con niños. Realmente me fascinan y me inspiran".

Su primer viaje como estudiante fue a Gdansk, Polonia, "donde hice mi Erasmus. Una de las cosas que más me impresionó fue ver el mar helado. Disfruté mucho de los paseos por la playa con un paisaje completamente distinto al que conocía. Fue un momento crucial en mi vida, tanto personal como profesional. Me permitió conocer otra cultura, relacionarme con personas de todo el mundo, ser independiente por primera vez y tener tiempo para reflexionar sobre mi futuro".

Hablemos de sus relatos en "Orvallo": "Es un libro que conecta lo cotidiano con lo universal. Aborda situaciones que todos hemos vivido y que reviven nuestra propia infancia. Ayuda a comprender cómo ciertas experiencias nos marcan y moldean al adulto que llegamos a ser. Es un libro cercano y profundo, para leer con calma y dejarse empapar por sus relatos".

De paso, vayamos por los relatos de la memoria asturiana: "Rutas por el monte con mi tío Pepe, largas tardes cazando grillos con mis primos, convencer a mi padre para desviarse por el ‘caminito’ y parar el coche para ver a los burros y las vacas o jugar en el parque que había al lado del viejo Tartiere. El olor que me transporta es el del gran árbol de mimosas al lado de mi casa en primavera o el del pavimento caliente justo cuando empieza una tormenta de verano. Y si pienso en un sabor, el del helado almendrado que comía a escondidas para evitar los mordiscos de mis hermanas, o el del bollo de chorizo un Martes de Campo".

Un día memorable: "En febrero de 2023 presentamos en el Parlamento danés una propuesta para incluir el español en la ley educativa, con el objetivo de abrir el primer colegio bilingüe danés-español para niños de 0 a 6 años. Fue un gran reto acceder a los políticos y exponer nuestra propuesta ante el Comité de Infancia y Educación. El ministro de Educación reconoció la necesidad de incluir el español en el sistema, aunque seguimos luchando para que se modifique la ley y podamos ofrecer este servicio a las familias hispanohablantes residentes en Copenhague. Todo el proceso ha sido un enorme aprendizaje, sobre todo mantener viva la visión a largo plazo cuando los avances son lentos".

Hora de desafíos: "Ser emprendedora y dirigir una pequeña empresa en un país extranjero es, en sí, un reto constante. Hay obstáculos burocráticos, culturales y personales que no siempre se ven desde fuera. Las adversidades me han hecho madurar, trabajando la resiliencia, la prudencia y la capacidad para solucionar problemas con creatividad. Sostener este proyecto es una de las cosas que más me ha transformado. Mi padre dice que soy muy cabezota, y quizá gracias a esa terquedad sigo aquí".

Desde Dinamarca, "Asturias se ve como un lugar acogedor, verde y con una fuerte identidad. Se valora su calidad humana, el vínculo con la tierra, su excelente gastronomía y su enorme potencial como lugar para vivir bien. Sin embargo, también se percibe una falta de oportunidades para emprender, dificultades para conciliar y la necesidad de que muchos jóvenes se marchen si quieren desarrollarse profesionalmente. Siempre pienso en volver a Asturias, y la principal razón que me retiene es la dificultad para continuar creciendo como profesional".

Como pedagoga, lo que más observa "es el sistema educativo. Me parece fundamental respetar los tiempos de desarrollo de cada niño, reducir la ratio en las aulas, fomentar la autonomía, trabajar el aprendizaje para la vida y, sobre todo, vincularlo a una experiencia emocional positiva. En Dinamarca, por ejemplo, estos principios están muy presentes, y creo que modelos así podrían contemplarse también en Asturias, adaptándolos a nuestra realidad para construir un enfoque más respetuoso".

Se ha adaptado "observando mucho y eligiendo los aspectos de la cultura danesa que más le gustan, como ir en bicicleta a todas partes o comer temprano. Pero también noto el contraste: en el norte de Europa la vida resulta muy fácil, y a veces echo en falta esa pasión que surge de superar obstáculos. Por ejemplo, durante la carrera trabajé a jornada completa en un bingo para costear el Erasmus y los primeros meses en Copenhague, y esa experiencia me dio herramientas que sigo usando a día de hoy".

"Marta, ¿los humanos solo tienen una vida?" (Relato "Inmortal": página 29).

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