Asturianos en el mapa: la avilesina Alicia Pais aprendió el respeto cultural más profundo en Baréin

Esta asturiana de Llaranes, que trata de aglutinar a todos los españoles que residen en el pequeño estado insular del Golfo Pérsico, viaja con frecuencia a Asturias para mantenerse conectada con su familia y amigos, con el verde y para "oír cómo llueve y que no sea el sonido de los aspersores"

Alicia Pais

Alicia Pais / .

La comunidad de asturianos en el exterior que LA NUEVA ESPAÑA teje a través de su edición "Asturias Exterior" ya supera los mil integrantes, repartidos por los cinco continentes e inscritos en el mapa interactivo del periódico. Los apuntados al mapa pueden conocer la ubicación de otros asturianos que se encuentren en los alrededores. Y además, ahora también disponen de un foro en el que poder intercambiar sus opiniones.

Alicia Pais Varela tiene 61 años y es de Llaranes (Avilés). Vive en Baréin, un pequeño estado insular de la costa oeste del Golfo Pérsico. “Aquí estoy acompañando a mi marido, que trabaja en Baréin. Pero en mi tiempo libre me dedico a reunir a los españoles que estamos en esta isla y a aprender algo de esta cultura. Organizo los 12 de Octubre, Día de España, para la colonia española, ya que no tenemos embajada física aquí. E intento que todos los “nuevos” se sientan cómodos y a gusto”, explica.

Esta avilesina lleva ya casi 6 años en Baréin, “desde antes de que saltara el maldito Covid, que me pilló aquí”. Vive en el extranjero, física y emocionalmente: “Lo extranjero”, dice “lleva aportándome muchísimo desde hace más de 30 años, ya que estoy casada con un británico”. Sin embargo, confiesa que “vivir en el Golfo Pérsico y en un país como Baréin” le dio “una perspectiva nueva de lo que es ser árabe, ser musulmán y ser no musulmán. Algo que tenemos muy diluido en Europa, que es algo entre el desconocimiento y la ignorancia. Aprendes a vivir y convivir con personas y no con religiones. Y los bahrainís son gente amable y hospitalaria, lo cual lo pone más fácil todo”.

Baréin, explica, “es un país -una isla grande y algunas chiquitinas- que asombra por su aperturismo con otras culturas. Históricamente ha sido invadido por todo el mundo durante casi toda su historia milenaria, así que es un país que lleva a anexionar otras culturas en su ADN”. Según explica Pais, “la palabra ‘mágica’ aquí es respeto cultural. Hay mezquitas, templos indúes, iglesias protestantes y mormonas, sinagogas y hasta una preciosa catedral católica inaugurada en el 2021, con pinturas de un leonés, Kiko Argüello y que vino a visitar el Papa Francisco en 2022”. Y añade: “Es un país que rezuma historia y cultura por todas sus esquinas”.

Esta avilesina explica que vive en “un país tranquilo, con una sensación de seguridad personal altísima -que tienes que recordar, cuando vuelves a casa no es igual- y a nivel económico se mantiene en la línea de todos los países de la zona del Golfo Pérsico”. Pais, como tantos, se confiesa un poco “asombrada y asustada” por “todo lo que está sucediendo en el mundo”. Así ve cómo estamos los europeos: “Quizá desde esta parte del mundo y después de tantos años, todos los problemas que están asolando a Europa los vemos, desde lejos, entre el más absoluto asombro y la impotencia más dolorosa. El deterioro de las instituciones nacionales, las relaciones internacionales, la insistencia en posturas fuera de la realidad o, simplemente, la falta de proyecto económico futuro de país hace que se vea, cada vez más lejano el regreso a casa”.

Se mantiene conectada con Asturias a través de LA NUEVA ESPAÑA: “Somos suscriptores desde hace años”. Y vuelve a su tierra natal en cuanto puede. “Las Navidades son sagradas para visitar a mis hijos y a mi familia. Lo mismo hago en verano que aquí las temperaturas son bestiales. Me voy a pasarlo a la fresca en Llaranes”. Alicia confiesa que “todos los días” echa de menos la región. “Echo de menos a mis hijos, a mis sobrinos, a los amigos, echo de menos salir a tomarse unas sidras o una cerveza en la Plaza Mayor de Llaranes, charlar de todo, ponerte al día de novedades…Eso es impagable. Ah, ¡y el verde! Ver todo tan verde, con tal variedad de tonos… Oír llover sin que sea (el sonido) de un aspersor. Y dormir con un edredón. Eso es la gloria bendita”.

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