Así fue la odisea de un oviedista de Seattle al Tartiere para cumplir un sueño muy azul: "No lo podía dejar pasar"

El ovetense Jesús Fernández, director de "Compliance and Ethics" de Microsoft, recorrerá 8.000 kilómetros para apoyar al Oviedo

Jesús Fernández, anteayer, en Lumen Field, el campo de los Seattle Sounders, viendo el duelo del Atleti. | LNE

Jesús Fernández, anteayer, en Lumen Field, el campo de los Seattle Sounders, viendo el duelo del Atleti. | LNE

Joaquín Alonso

Joaquín Alonso

Oviedo

Veinticuatro años. Los mismos que Jesús Fernández lleva viviendo a más de 8.000 kilómetros de casa. Desde que en 2001 el Oviedo descendiera a Segunda y él hiciera las maletas rumbo a Seattle para empezar su carrera en el departamento legal de Microsoft, sus caminos han corrido en paralelo.

Fernández nació y creció en Oviedo. Estudió Derecho en la ciudad que le vio dar sus primeros pasos como aficionado azul. En su memoria, grabada a fuego, permanece aquella tarde de 1988, cuando de niño vivió el ascenso del Oviedo. "Era muy pequeño, pero lo tengo muy presente. Recuerdo cómo estaba el Tartiere, la emoción de la gente. Esa imagen nunca se me borrará", confiesa. Quizá por eso, cuando en el año 2001 surgió la oportunidad de trabajar en Microsoft, la ilusión profesional se mezcló con la pena de dejar a un equipo que empezaba un duro camino por el desierto.

Desde entonces, ha visto desde la distancia cómo el Oviedo se debatía entre la supervivencia y el resurgir. "Han sido años duros, de mucha dificultad, pero también de grandes alegrías cuando llegaron los ascensos", cuenta. Mientras el club intentaba levantar cabeza, Jesús formaba una vida al otro lado del Atlántico. Hoy es director de "Compliance and Ethics" en el departamento legal de Microsoft, tiene una familia en Estados Unidos con su mujer y sus dos hijos, y cada verano vuelve a Asturias a respirar el aire de casa.

Pero este año, había algo que le decía que tenía que estar. "El año pasado tenía compromisos y no pude estar en la final contra el Espanyol. Esta vez no lo podía dejar pasar. Tenía que venir a celebrarlo con mi familia y amigos. Voy con mucha ilusión. Si Dios quiere, ganaremos; y si no, como decía Luis Aragonés, después de llover siempre escampa. Pase lo que pase, el Oviedo perdurará. Volver a Primera es el sueño; si no ocurre esta vez, será la siguiente", sentencia.

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