Día grande para el Centro Asturiano de Madrid: ni las altas temperaturas pudieron con la Fiesta del Bollo, con más de 600 personas

"Hicimos socios nuevos", asegura Pilar Riesco, secretaria general de la institución, que celebró su jornada festiva en la finca recreativa

Una fotografía de la Fiesta del Bollo

Una fotografía de la Fiesta del Bollo

Xuan Fernández

Xuan Fernández

Día grande para el Centro Asturiano de Madrid. La institución, que reúne y representa a los asturianos residentes en la capital de España, celebró el pasado sábado su tradicional Fiesta del Bollo, una festividad que se remonta al año 1917.

Esta celebración, profundamente arraigada en la vida social del Centro, solo se ha visto interrumpida en contadas ocasiones debido a circunstancias excepcionales, como la Guerra Civil española y la pandemia provocada por el coronavirus.

"Fue un gran éxito, pudimos sumar a socios nuevos", señaló Pilar Riesco, secretaria general del Centro Asturiano, en relación con el desarrollo de la jornada. El Día del Bollo es una de las fechas más emblemáticas del calendario del Centro, junto con el Día de Asturias, el 8 de septiembre.

Esta festividad se celebra tradicionalmente el último domingo del mes de junio y congrega a un gran número de personas vinculadas a la comunidad asturiana en Madrid.

En esta edición, las actividades se desarrollaron en la Quinta Asturias, una finca de recreo que la institución posee desde 1981 en las afueras de la ciudad, y que está disponible durante todo el año para uso exclusivo de los socios. Las instalaciones incluyen piscina, polideportivo, pistas de tenis y pádel, zonas de barbacoa y espacios para actividades sociales y familiares.

A lo largo de la jornada se reunieron alrededor de 650 personas, entre socios habituales, familiares y nuevos asistentes interesados en conocer la actividad de la institución. “Vino gente ajena que aprovechó para apuntarse”, destacó Riesco.

Las altas temperaturas registradas ese día en Madrid, cercanas a los 40 grados, marcaron el desarrollo de la celebración, que dio comienzo con una misa a las 12 horas. Después se llevó a cabo una procesión con la imagen de la Virgen, en la que participaron distintos grupos culturales del Centro: la Banda de Gaitas, la agrupación de baile tradicional y el coro.

Una larga jornada en Madrid

Tras los actos religiosos, se procedió al tradicional reparto del bollo y la botella de vino. Debido a las condiciones climatológicas, se decidió prescindir en esta ocasión del habitual baile al aire libre.

Sin embargo, los asistentes pudieron disfrutar de otras alternativas para sobrellevar el calor, como el acceso a la piscina y la posibilidad de refugiarse a la sombra en las zonas arboladas de la finca.

La jornada continuó con actividades lúdicas y momentos de convivencia entre los asistentes, donde no faltó la sidra, que comenzó a servirse al finalizar la misa.

Durante la celebración también se llevó a cabo la entrega de trofeos a los ganadores de los torneos deportivos organizados por el Centro a lo largo del año, concretamente en las disciplinas de tenis y pádel.

La entrega se realizó en un ambiente distendido, que sirvió como broche a una jornada marcada por la participación, el sentido comunitario y la preservación de las tradiciones culturales asturianas.

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